domingo, 12 de enero de 2014

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, CAIMANES DEL MISMO CHARCO, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL

Hoy el país se desgaja en medio de una revuelta moral que tiene a la muerte de aliada toda vez que la impunidad y el resentimiento establecieron las condiciones sobre las cuales se ha ennegrecido el futuro nacional

CAIMANES DEL MISMO CHARCO

Los atribulados hechos que a diario son del conocimiento público, dan cuenta de un país que cayó en desgracia. Lamentablemente, así hacen ver los sucesos que hablan de la inseguridad que ha venido apoderándose de los espacios sociales y políticos, fundamentalmente, sobre los cuales se alza Venezuela. Ahora, convertida en una nación cuyo gobierno no se compadece del cuadro de violencia que caracteriza sus realidades. Violencia de toda índole. Desde aquella que se instaló en las instituciones del Estado para atropellar a cuanto coterráneo declare su apego al sentimiento democrático, hasta la violencia solapada de la cual se valen los actuales gobernantes para abusar de la interpretación y aplicación de la norma constitucional. Y de esa manera, tomar decisiones que muchas veces salpican de sangre a familias y comunidades enteras. Inclusive, hasta al país completo.

La gente del alto gobierno no se tiene sentido de la explicación de la Teoría del Caos cuando, contrario a lo que su nombre presupone, hace ver la trascendencia del problema que causa la muerte de un simple capullo al otro lado del mundo. Entonces, ¿qué esperar del dantesco escenario que trae la muerte provocada por manos asesinas que han minado el panorama de una país que, como Venezuela, tuvo las mejores posibilidades de adecuarse a los más exigentes niveles de desarrollo económico y social a partir de una moderada orientación política ajustada a los cánones de una democracia ciertamente comprensiva y participativa? Sin embargo la obstinación de un militar frustrado, animó advenedizos y furibundos a romper reglas y valores cuyo resultado desembocó en violencia induciendo conductas políticas y sociales totalmente desviadas, responsables de la descomposición que ha vivido el país en los últimos años.

Hoy el país se desgaja en medio de una revuelta moral que tiene a la muerte de aliada toda vez que la impunidad y el resentimiento establecieron las condiciones sobre las cuales se ennegreció el futuro. De continuar el país este curso de transgresiones, seguirán agraciándose razones y excusas para arrinconar la vergüenza por la cual se han agigantado la inseguridad y la corrupción que al fin de cuentas son caimanes del mismo charco.

VENTANA DE PAPEL

¿AHORA LA TRISTEZA ES SABOTAJE?

¿Quien dijo que padecer tristeza o vivir la indignación de reconocer un país enfermo de violencia, es politizar los sentimientos? Pues ahora el desquicio de gobernantes autoritarios ha animado a algunos a entender el mundo al revés. No es posible y menos admisible, que por causa del resquemor de un régimen cobarde, pretenda autocensurarse  el dolor que siente cualquier persona sensible ante la muerte del amigo. O sencillamente, ante la crueldad que envuelve el asesinato de cualquier ser humano.
Todo esto es de un absurdo total que no cabe en la cabeza de gente sensata. Solamente, en el pensamiento de un perturbado o aturdido por ideologías fundamentalistas que nunca sirvieron a la causa democrática. Después de casi quince años de retorcer al país, estos gobernantes, esquiroles por defecto, siguen desatendiendo el ordenamiento jurídico que concibe la vida, la libertad, la solidaridad, la justicia y el pluralismo político como ejes alrededor de los cuales giran los engranajes de la democracia. Entonces, ¿cómo es que ahora la tristeza es sabotaje?
¿DEPORTE O REGGAETON?
De verdad, el régimen va de mal en peor. Lejos de tomar decisiones que dirijan al país por derroteros de desarrollo, siguen sometiéndolo a torturas morales que sólo garantizan más miseria ética donde la responsabilidad social y los derechos humanos pasan “por debajo de la mesa”. Con el nombramiento de un expelotero, Tony Álvarez, como Ministro del Poder Popular para el Deporte, conocido como el Potro Álvarez, dedicado al género musical del reggaeton o reguetón, el deporte venezolano, sobre todo el deporte de calle o masivo y el deporte escolar, han de correr el riesgo de ver frenadas sus expectativas de crecimiento y desarrollo.
Con dirigentes así que sólo respiran la politiquería en provecho propio, luce difícil vislumbrar que el deporte se comprenda como la forma mejor concebida de delegar al cuerpo algunas de las virtudes más nobles del alma. Con politiqueros frustrados, el deporte tenderá a entenderse equivocadamente al proponer al cuerpo como objetivo y no como sujeto de acción que utiliza la mente y las emociones en aras del compromiso de crecer intelectual y personalmente. Por eso la cita latina “mens sana in corpore sano” a manera de instrucción para alcanzar la salud integral de la mente, el cuerpo y el alma. Entonces, ¿cómo es que la autoridad del deporte nacional sea un reguetonero? ¿Deporte o Reggaeton?
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
Cualquier análisis político, por interesante que pueda parecer, deberá pasearse por una revisión de la sociedad en la cual se exacerban los problemas políticos que, sin duda, confronta. Sin embargo, no siempre sucede así. Sobre todo, cuando se desconoce una política mal concebida en el fragor de una democracia equivocadamente estudiada. O también es el caso de gobiernos que por desenvolverse a espaldas de la sociedad, hace que ese tipo de análisis político no aborde con alguna injerencia los desafueros que afectan el devenir social. En todo caso de vivirse ese tipo de experiencias, hay razones que pueden explicar tal insuficiencia o negligencia por parte del analista.
Una, por ejemplo, podría ser el temor del gobierno a ser descubierto en sus pillerías atentatorias contra derechos humanos fundamentales. Otra, sería la mezquindad gubernamental la cual se pone de manifiesto al momento de pretender actuar con la responsabilidad social que exige la pauta constitucional. A pesar de estas presuntas justificaciones, son muchos los reveses que quedan atrapados en el tumulto de contrariedades que el gobierno, por su tendencia a actuar con la tirantez propia de un régimen totalitarista, intenta encubrir. Para ello se basa en técnicas de manipulación para desconcertar cualquier investigación que vaya en la dirección de indagar irregularidades cometidas en nombre de una “justicia” que no es distinta de la de una tiranía abierta.
Aún así, cabe preguntar a ese país político y social que por ratos suele cuestionar prácticas absolutistas y negadoras de libertades puestas en marcha como “políticas de Estado”, ¿qué motivó tan vergonzantes situaciones? Más, cuando muchas situaciones lucen más absurdas que las mismas cometidas tiempo atrás. Entonces, ¿qué está pasando?
 “Cuando la voluntad política aprende a encauzar la incertidumbre de cara a las posibilidades que los ideales democráticas suscriben, las libertades serán entonces parte intrínseca de la vida económica y social” AJM
@ajmonagas

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