lunes, 30 de diciembre de 2013

PEDRO R GARCÍA. ¿LA CLAUSURA O EL INICIO DE UN NUEVO CICLO HISTÓRICO?, PUNTO DE QUIEBRE

En esta hora menguada de la República. Nos preguntamos: ¿Hemos reflexionamos si esta etapa es la clausura o el inicio de un nuevo ciclo histórico?

UNA ACOTACION NECESARIA…

En Macbeth hay un curioso diálogo entre Lady Macduff y su pequeño hijo.  El niño pregunta quién debe ahorcar a los traidores, y la madre contesta que los hombres de bien. Con la ingenuidad característica de sus años, el niño comenta: “entonces los traidores serian imbéciles si se dejaran ahorcar, por que ellos son mayoría y pueden ahorcar a los hombres de bien”…  

EL CANTO DE LAS SIRENAS

Uno de los episodios más memorables de la Odisea es aquella en que Odiseo se las ingenia para oír el Canto de las Sirenas, quienes con su melódica voz, atraían a los marinos hasta la costa para hacerles naufragar: “Circe nos aconsejó rehuir la voz de las sirenas. Dijo que sólo yo debía oírlas; atadme con cuerdas al mástil, y en caso de que os mande que me soltéis, atadme con más cuerdas todavía”.

Ulises explica cómo actuó: “Tomé al instante un gran pan de cera, lo partí con la espada en pedacitos que apreté con las manos y fui tapando con ella los oídos de todos los compañeros. Luego me ataron al mástil, y cuando estuvimos cerca, las sirenas comenzaron a entonar un melodioso canto: “¡Famoso Ulises!” acércate y dejen la nave para oír nuestra voz.  No hay nadie que pase por aquí sin oír la dulce voz que fluye de nuestra boca.  Hice gestos indicando a mis compañeros que me desatasen; pero todos agacharon la cabeza y se pusieron a remar.  Levantándose dos de ellos, me ataron más fuerte. Cuando dejamos atrás las sirenas y ya no se oía su canto, mis fieles compañeros se quitaron la cera con que había tapado los oídos y me soltaron las ligaduras”.

El regreso de Troya fue complicado para Ulises: diez años a merced de los dioses y de los mares y siempre con la muerte en los talones. Cada vez que su nave arribaba en tierra extraña, una misma inquietud: “¿De que clase de hombres es la tierra a la que he llegado? ¿Son soberbios, salvajes y carentes de justicia, o amigos de los forasteros y con sentimientos de piedad hacia los dioses?”.

¿CLAUSURA DE UN CICLO HISTORICO? 

En toda su historia Republicana de Venezuela, no había experimentado una crisis como la que sofoca la vida institucional del país. Pudiera postularse que el tejido que dio forma a la existencia que cultivamos los venezolanos en el siglo pasado, se encuentra en su estado terminal. Sin lugar a dudas nos aproximamos a la fase de clausura de este ciclo histórico. Esta es una afirmación gruesa que apunta hacia lo sustantivo de lo que está arribando a su momento decisivo. Así se explican las dificultades que experimentan los diversos factores colectivos, en la búsqueda y articulación de una salida a esta asfixiante situación.

Necesario es preguntarse entonces, ¿Qué tejido ha entrado en crisis? ¿El político, el económico, el institucional o el discursivo? ¿La totalidad de ellos? ¿Existe implicación causal entre las distintas dimensiones societarias? ¿La crisis política generó la económica? o fue ¿La desigualdad económica que engendró la conflictividad política? ¿La respuesta a la crisis ha de ser exclusivamente política, económica o institucional? ¿Tendrá que tener un sentido más amplio? ¿En esta alteración hay un nuevo orden discursivo? ¿Cuál será su lógica?

Es inaplazable intentar responder estas interrogantes, las cuales deberían ser objeto de un gran debate nacional. Una reflexión en el plano de las ideas.

Para ese ejercicio los partidos políticos lucen trabados, los que agonizan, torpemente conducidos por nulidades fosilizadas y los que intentan emerger, “crisálidas en estado quiescente”, sumidos todos en una especie de dramática adolescencia eterna, disolvieron todo rastro de democracia interna y por esa senda todos terminaron, en el proceso de alienarse a las “elites” en cuyas canteras debían haberse provisto de la necesaria renovación intelectual, ideológica y programática.


El resultado electoral del 8 de diciembre, con sus optimistas resultados para unos e inciertos para otros, con sus desgarradoras consecuencias, no es otra cosa que un empate hegemónico característico de la actual situación social y política que vive el país.

Es importante resaltar que esta tendencia se ve reforzada por el hecho de que el régimen en sus 15 años de ejercicio gubernamental, ha privilegiado una visión instrumental del Estado; es decir una plaza que puede ser conquistada y ocupada por el partido mayoritario y ser destinada como instrumento al servicio exclusivo de sus “políticas”.

En articulación con esa visión, las tácticas desplegadas por este movimiento político, dirigido antes y sin mediaciones por un jefe único, y ahora por una confusa tutela  Bifronte, desestiman la existencia de realidades políticas que se imponen y actúan independientemente del “tamaño” de su victoria o derrota electoral. He allí, una de las razones que inciden en la situación de turbulencia y confrontación que esta presente en el clima político de la Venezuela actual.

La consolidación de una democracia expansiva en Venezuela, ha de ser el resultado de articulaciones entre principios políticos, (libertad, igualdad, justicia, inclusión, participación). Se hace necesario vertebrar su cultura con su política.  Esta relación no es de fácil construcción. 

Las tradiciones populares son vistas por el racionalismo político como antiguallas para la modernización. Sin embargo, el mundo rural, urbano, el sincretismo religioso, la diversidad indígena, el lenguaje popular, el mestizaje y demás, son fuerzas decisivas en el presente, que pueden proporcionar las creencias que las libertades políticas deben proteger. Es en este marco seria posible concebir la preterida democracia, no como una abstracción, sino como un componente vital en la vida de los venezolanos. 

Sólo así, la política se articularía al entreverado de tradiciones, costumbres y creencias que proporcionan singularidad a nuestro pueblo.  Democrático ha de ser el lenguaje que permita dotar de amplificadores a nuestra diversidad de voces.

La sociedad no es homogénea, especialmente en sus sectores más débiles, es diversa, sabe, siente, intuye, comprende e interpreta desde múltiples referencias criticas, pero también ha sido expropiada de las voces de impugnación, de sus medios de expresión y de diversas herramientas que permitan colocar la luchas en condiciones de mayor igualdad, contra el sentido común dominante, contra los discursos hegemónicos.

En el país no hay claras definiciones teóricas. Fluyen incesantemente, propuestas e ideas que, aunque cargadas de esperanza, se mueven en el terreno del desconcierto. Esto, resultado de un intento de continuidad entre la búsqueda actual y la evocación del pasado, hay que evitar la repetición dogmática o neutra de teorías revolucionarias y la copia servil de modelos de otras latitudes, rasgos que han marcado en gran parte nuestras pasadas luchas.

No tenemos un pacto societario, cabalgamos todavía en un pacto nacional que es un pacto de las élites, (libertad-igualdad-dererechos y deberes), cada época tiene una teoría. A eso deseaba enfrentarse el filósofo  italiano Giambattista Vico, para muchos fundador de la filosofía de la historia. Con sus reflexiones de modo arrojado y con considerable esfuerzo para su tiempo bautizó como la confabulación de los doctos a esa especie de asociación de de lugares comunes que se dan por verdaderos sin serlo gracias al prestigio que les confiere la simpatía de algunos Académicos.

Apelemos a los argumentos del filósofo alemán-costarricense Franz Hinkelammert, quien hace una corrosiva crítica a los relatos de la modernidad. Este autor disecciona el pensamiento occidental que sirve a esta innovación de fundamento y legitimidad, desde John Locke, para sostener que no es el capitalismo lo que esta en crisis, sino la vida, la reproducción humana y del mundo por efecto del capitalismo. A partir de ello elabora criterios para plantear un nuevo orden que repose en la centralidad del hombre concreto, corporal, de la humanidad, de la vida para todos, incluyendo la naturaleza… 

Finalmente para no olvidar la metáfora inicial, debemos tener claro que en el país, la política no fija el rumbo necesario de los eventos en marcha, la fijan los medios. En complejísima problemática sus intereses que no son necesariamente los del país ni los de la política, su configuración, su control y su funcionamiento, han llegado a ser agentes primarios de socialización.  En razón de su importancia, por eso en el preterido capitulo sobre el debate mediático, no caben abdicaciones, complicidades, apresuramientos ni simplificaciones, hoy a través de los rayos catódicos, entonan sus modernizadores cantos las sirenas de nuevo cuño. Están en juego demasiadas cosas en el contexto actual de las nuevas relaciones de poder. Sobre este tema volveremos en su momento.

 ¿A quien el pueblo le entrega el testigo para este difícil nuevo tramo con obstáculos?…

“No se puede verter vino nuevo en odres viejos, sin que aquellos se no se corrompan”

“Los socráticos que no son por cierto, los únicos “ilustrados” posibles  sostienen que el hombre desvaría y se equivoca porque ignora; Freud se unió a una larga traza de pensadores antisocráticos (como Lucrecio, Montaigne o Nietzsche) que ponen las cosas más difíciles: el hombre no yerra por ignorancia, sino por deseo”.

Antes de aceptar que Dios nos creo a su imagen y semejanza, el infante tendrá que hacerse un yo a su imagen y semejanza: un representante en el intercambio simbólico que le degradará del alucinatorio estatuto divino a su humanidad real. Este yo será el sujeto de la palabra y de la actividad responsable, el acosado inquilino racional del mundo. El trastorno en su estatuto propio, porque debe trazar su camino permanente, hostigado por los impulsos infernales (es decir, inferiores) de la materia viviente y por la sombra represiva del consorcio simbólico, establecido con sus parientes, los demás hablantes. Nos encontramos en una situación semejante a la del enérgico caballero que protagoniza un grabado de Durero, cabalgando con prudente pero orgullosa firmeza a través del bosque de la existencia, mientras sufre el incesante hostigamiento del Diablo y de la Muerte… Sin cuya ominosa compañía olvidaría ciertamente quién es y adonde va.

“A pesar de las compañías no olvidemos jamás quienes somos, y adonde vamos”…

pgpgarcia5@gmail.com

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1 comentario:

  1. Demasiado complicado su razonamiento filosófico, apareado a la multiplicidad de citas, insertas en personajes, obras y autores famosos, como para despistar a quien se asome, con ansias de acertar, a la Venezuela de hoy, la cual no es otra que la resultante de la misma República que ya cumplió los 200 años. Claro que, agotada la democracia originaria del 45, incluidos el lapso dictatorial y el acuerdo político partidista, sumado al descalabro del regreso al socialismo de siglos pasados, necesariamente fracasados, se impone un nuevo ciclo histórico cuyos perfiles la gente pensante debe definir dentro de lo "políticamente posible" y lo verdaderamente conveniente para aproximarnos al futuro. Una idea podría ser abjurar de los modos de organización del Estado en la República y sustituirlos por unos más genuinos, que nos aproximen más a la auténtica democracia representativa, colocando al individuo sobre la masa y al elector sobre los partidos, tanto como al gobierno en función y al servicio de los gobernados. Una democracia parlamentaria, con un Congreso integrado por representantes electos directamente por sus electores, sin intermediación de partidos ni tercerías organizadas, un Premier o Jefe de Gobierno escogido por ese Congreso con finalidad programática definida en sustitución del presidencialismo absolutista y unos Estados Autónomos, productivos y auto-gestionados, generadores de renta externa y abiertos al mundo, harían de ese nuevo ciclo, a mi juicio, un primer piso en la construcción de una sorpresiva Venezuela superior. Feliz año, compañero. Rafael Grooscors. grooscors81@gmail.com.

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