Los resultados electorales del 8 de diciembre donde el régimen perdió por un escaso 0.56% y la continuidad de la duda sobre la nacionalidad de Nicolás Maduro aunado al alto costo de la vida, la devaluación progresiva del bolívar, el desempleo, la caída de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, el empobrecimiento de la clase media, el desabastecimiento, la escasez, la inseguridad, la incertidumbre por falta de oportunidades, la violencia de grupos anárquicos-oficialistas, el descontento de sectores oficialistas por incumplimiento de promesas, caso, viviendas y pagos de misiones y el discurso amenazantes desde el gobierno han creado una irritación psicosocial en más del 75% de los venezolanos.
Este
escenario crea una situación muy comprometida cuando lo miramos en un país
donde existe un proceso de desinstitucionalización promovida por el mismo
régimen en la búsqueda de imponer su Sociedad y
su Estado Socialista y, donde las instituciones creadas para sustituir
las derrumbada no logran legitimidad por reconocimiento de la sociedad, léase,
Asamblea Nacional, Tribunal Supremo de
Justicia; Consejo Nacional Electoral; Fuerzas Armadas Nacionales Bolivariana,
Contraloría General de la República, entre otras instituciones que perdieron la
confianza y credibilidad de los ciudadanos. Son instituciones militantes del
partido de gobierno.
Dentro de este marco de sensibilidad
político-social hacia la profundización de la conflictividad el régimen se
propone a implantar un paquete económico basado en mayor intervención y control de los procesos económicos y
financieros, aumento de las tarifas de los servicios públicos que presta el
Estado y aumento del precio de la gasolina y demás derivados del petróleo, sin
presentar medidas compensatorias como
mejoramiento salarial y políticas sociales directas a los sectores empobrecidos
más allá de las misiones que hoy siente ya los efectos del fracaso y
agotamiento. Los paquetes comunistas son más corrosivos que los paquetes
neoliberales.
Los
cubanos que asesoran al régimen y que
tienen más de cincuenta años de experiencia manejando situaciones de control
social y manipulación de los ciudadanos han analizado profundamente estos
escenarios antes planteados, y seguramente
le aconsejan a Maduro bajar un poco el volumen de la conflictividad y de su
discurso radical por estos días de fiestas ya que la “masa no esta para bollos”.
Y le han advertido que existe un descontento generalizado que no se mitigó con
las elecciones municipales y que anunciar las medidas económicas del paquete
rojo en navidades seria muy peligroso
porque podía desencadenar en una explosión social de magnitudes impredecibles
que hasta pondría en riesgo la estabilidad del régimen y que tocaría muy de
cerca a la dictadura de los Castro en Cuba.
Por
tanto, es aquí donde los estrategas cubanos le indican al régimen que es necesario preparar el terreno para anunciar
tales medidas de reformas económicas, empezando con crear una imagen de Nicolás
Maduro de hombre de dialogo y de concertación con la oposición, para ello, es
necesario convocar a los alcaldes y gobernadores de la alternativa democrática
a una reunión en el Palacio Presidencial, tal como se celebró. Eso sí, sin la
presencia de Henrique Capriles Radosnski (acuerdo PSUV-MUD). Además, de lograr
la imagen de amplio y magnánimo, serviría la citada reunión para legitimarse
como Presidente de la República ante los cuestionamientos, tanto de los
resultados del 14A, como las dudas de su nacionalidad y, sobre todo, por la
derrota del 8D. Esto Maduro lo logro, pero además, logro crear fisuras dentro de la Unidad Democrática, Unidad que
se fracturo en cuanto a las opiniones encontradas entre sectores que apoyaron
tal encuentro como los que lo cuestionaron.
Maduro prometió corregir o congelar algunos abusos y medidas, entre ellas, despojo
de competencias y gobiernos paralelos, pero todo pareció un teatro bien articulado
como el que monto Chávez el 13 de abril del 2002 cuando con crucifijo en mano
juro cambiar para luego en el 2003 declarase socialista, antiimperialista y
desarrollar una revolución de corte marxista que condujo en el 2007 a proponer
un cambio de la Constitución Nacional para establecer el Estado Socialista,
propuesta que fue negada por el pueblo soberano, pero que Chávez obviando la
voluntad popular impuso mediante leyes habilitantes una centena de leyes
inconstitucionales que consolidan su revolución neocomunista y; sobre todo, que entrego a Venezuela al castrocomunismo.
Los
gobernantes opositores que acudieron al encuentro con Maduro, gobernadores y
alcaldes, unos urgidos por quedar bien en sus gestiones buscaron desbloquearse
y pragmáticamente actuaron en consecuencia, otros actuaron valientemente
denunciando tibiamente los abusos y los acosos desde el gobierno nacional en contra
del federalismo, la descentralización y el poder municipal. En el ínterin Maduro
salio fortalecido, congela los conflictos, involucra a la oposición y gana
tiempo para dar el zarpazo al pueblo el primer trimestre del 2014. Mientras
tanto al otro día Maduro para responder a los sectores radicales del PSUV
afirma, violando la Constitución Nacional, que en el año 2014 se profundizara
el socialismo.
Ahora
los propagandistas cubanos, iraníes y
soviéticos (ex funcionarios de la vieja URSS) que trabajan en equipo en la imagen del gobierno van a repetir hasta
el cansancio por todos los medios de comunicación social disponibles el
“encuentro del dialogo y el consenso nacional”, transformado de forma
manipulada una reunión “institucional” en una reunión de acuerdo y apoyo de la
oposición a las medidas económicas y, sobre todo, de reconocimiento al Plan de la Patria. Recordemos que “la inocencia no mata al
pueblo pero tampoco lo salva”, una vez
más cayeron en el juego de los Castro como en el 2002.
Esta maniobra cubana nos recuerda las mesas de dialogo conformadas el año 2002 con presencia de la OEA y, donde el régimen solo busco alargar el tiempo para recuperarse y permitir la toma del país por los designios de Fidel Castro y sus subalternos quienes han impuesto desde ese momento el ritmo demoledor de la “revolución” .
Surge entonces la interrogante: ¿La MUD le sirvió la mesa a Maduro para que avanzara en el Plan de la Patria como es la imposición definitiva del socialismo?. En el 2002 lo advertí, pero me dijeron:” tu radicalismo no te permite percibir la sinceridad de Hugo Chávez”.
El tiempo me dio la razón. Espero que ahora yo sea
el equivocado por el bien del país, de mis hijos, de mis nietos y de todos los
hijos y nietos de los venezolanos que no merecen este presente mucho menos el
futuro que se proyecta. Los venezolanos el 28 de diciembre le partiremos una
torta a la MUD en celebración del día de los inocentes.
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