miércoles, 18 de diciembre de 2013

JOSE LUIIS MENDEZ, EL ULTIMATUM DE LA LOTTT A LOS SINDICATOS

El próximo 31 de diciembre se vence el plazo dado por  la Ley Orgánica del Trabajo,  los Trabajadores y las Trabajadoras, LOTTT, en su disposición transitoria cuarta, para que las organizaciones sindicales del país adecuen sus estatutos a la  nueva normativa laboral. Se trata este de un imperativo que si bien no establece sanción  alguna de manera expresa, ha dejado en el medio sindical un mal sabor de boca, muchas dudas sobre las intenciones del gobierno con esta decisión de someter  a una reforma obligatoria los estatutos de los sindicatos actualmente establecidos  y, sobretodo, la sensación de que el futuro del movimiento   sindical en  Venezuela está más  amenazado que nunca.

A quienes piensan así  dentro del sector,  no les faltan motivos para ello. Si bien,  al principio de la década pasada, hubo un auge aparente de los sindicatos debido  a  la aparición de organizaciones nuevas que  incluían la palabra bolivariano, socialista, o una combinación de ambas dentro  del texto de su  denominación,  lo cierto del caso es que no ha habido un desarrollo cualitativo, real, del sindicalismo en nuestro país. Por el contrario, así como  crecieron en número,  las nuevas  entidades sindicales  se fueron esfumando  una tras otra, como consecuencia de la inercia del propio sistema, que  con el pasar del tiempo  fue obstaculizando cada vez más su funcionamiento, hasta el punto que las trabas administrativas  por parte de los funcionarios encargados de tramitar el papeleo,  se convirtieron en verdaderos escollos burocráticos a la hora de permitir la continuación de las organizaciones  que ya estaban operando, así como  las nuevas  en fase de constitución. Es así como mediante el mecanismo de las “observaciones caprichosas”  y de las “subsanaciones insatisfechas”,  los funcionarios del  Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social en esta materia, y es que el pueblo lo puede todo cuando se manipula a través de la palabra, incluso convertirse en un ministerio, paralizan la continuidad de los sindicatos presentes  y la creación de los futuros, lo que explicaría por qué desde hace unos dos años para acá, casi ningún sindicato nuevo presentado  para su inscripción es autorizado.

Por  esta razón hay quienes  creen que esas “observaciones”, pudieran ser también la piedra de tranca para impedir la renovación de todas las organizaciones sindicales actuales, las que con esta obligada reforma estatutaria se ponen a merced de la administración, corriendo el peligro de desaparecer  en su intento de adecuarse o ajustarse  a la nueva legislación laboral.

Los motivos que subyacen  en todo esto y que significarían la abolición del sindicalismo como tal, con todo lo que ello significa, estarían en la necesidad  de fortalecer la cogestión y  los anunciados  Consejos de Trabajadores, previstos en al LOTTT, para ser desarrollados en una ley especial. Una  estructura  experimentada y ya  superada en la vieja Europa,  que  en nuestro país, tenía en la legislación laboral anterior a Chávez,  una tenue forma de expresión con la figura de la representación  de los trabajadores en las juntas directivas de las  empresas del Estado. Figura que nunca fue puesta en práctica por el régimen  chavista y que de hecho desapareció en  la  LOTTT.  

Los sindicatos, las  federaciones y confederaciones obreras son la forma y expresión más representativa y acabada de organización y lucha que pueden darse los trabajadores en una sociedad democrática y que la historia del movimiento sindical en el  mundo está ligada, a raíz de la revolución industrial, a la defensa  y reivindicación de derechos individuales y sociales que hoy están recogidos en la legislación laboral de los países y en los convenios internacionales  que rigen la materia.

 Para nadie es un secreto que el Estado es en Venezuela el mayor empleador que existe y  que  la  contratación colectiva con el sector público ha prácticamente desaparecido, no obstante las veladas y, algunas más abiertas,  manifestaciones de oposición sindical al gobierno. Siendo así,  es fácil comprender  porque los sindicatos de los trabajadores del estado son  aún un problema latente, sin resolver,  y por qué los sindicatos son una piedra en el zapato  del estado venezolano desde  que Chávez  ganó las elecciones en 1998, no obstante los  muchos  intentos por debilitar el régimen sindical anterior y conformar uno nuevo, incluso creando artificialmente una confederación bolivariana de trabajadores que contrastara  con la CTV adeco-copeyana del sistema bipartidista anterior.

Si bien el Art 95 de la Constitución Bolivariana de Venezuela  prohíbe  la  intervención y disolución administrativa de las organizaciones sindicales, ya que como ocurre con cualquier forma de asociación civil solo pueden ser anuladas por vía judicial, el ultimátum dado por la LOTTT, pone en alerta al movimiento sindical y gremial de todo el país, a partir del 1 de enero del año entrante.

xlmlf1@gmail.com

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