sábado, 21 de diciembre de 2013

ELIDES J. ROJAS L., LLEGANDO AL LLEGADERO

El país está en una etapa en la que el chavismo se instala seguro. Será hasta llegar al fondo

Van 19 elecciones. De ellas, 17 derrotas. Apenas dos triunfos. Ni el Cardenales de Lara, pues, con su famoso relevo y las loqueteras del manager en momentos cumbres. Pero es lo que hay. En efecto es lo que hay. 

Pueden ver los escenarios que quieran, como también los hemos visto. Se pueden obtener conclusiones favorables de un lado o del otro de manera parcial. Pero la realidad que pega justo en la frente y te tira contra la pared es que después de 15 años de malísimo gobierno, robos, corrupción, escándalos, maletines, incapacidad, mentiras, doble cara y otras joyitas socialistas; el castrocomunismo sigue ganando elecciones. Y, lo que es peor, ni siquiera los ocho meses de pésimo gobierno de Maduro ha podido cambiar este rumbo. Ganó Maduro y en efecto parece que Chávez vive.

Esa es la situación. Acorralamiento total. No hay manera, salvo que la oposición se caiga a cobas, de crear esperanzas favorables que no impliquen sacrificios de verdad. Dicen algunos analistas que el proceso cubano va avanzando en Venezuela a pasos agigantados después de la muerte de Chávez. Y es verdad. Chávez no era ninguna barrera con relación a la invasión de los Castro, pero sí era una manija que graduaba. Maduro, por el contrario, entre sus inseguridades y sabiéndose sin la formación necesaria para gerenciar a un país, pues empuja hasta el fondo dejando que los cubanos entren hasta en las pocetas de Miraflores. Y la radicalización está funcionando perfectamente.

No es tan complicado establecer las bases de la estrategia cubana. Si la oposición, en todos sus grados, ni protesta ni sale a la calle ni vota, la mitad del trabajo está hecho. Y si además están locos por irse del país, dejar sus trabajo y no quieren saber nada de política "porque si no trabajo no como"; entonces el G2 tiene camino libre. Y lo anda perfectamente.

De aquí en adelante no habrá elecciones en dos años. El chavismo debe inventar alguna medición para mantener su imagen democrática que ahora, después del triunfo del 8D, está más arriba que nunca. Maduro está legitimado. Ya no tiene problemas. Ganó las elecciones del 8D con casi un millón de votos. Las denuncias de fraude, como ocurrió con el comandante muerto, están fritas y guardadas en archivo. 

El chavismo es mayoría. Así de simple. Esa medición, bajo los esquemas actuales de ventajismo y fraude que genera que la oposición no vote o se vaya a Morrocoy o se mude al exterior, no permitirá que la democracia gane elecciones nunca. Es y será más chavismo hasta que no aguante más por su incapacidad y corrupción. Pero para ese fondo falta mucho. Todavía entra una millonada de dólares todos los días por Pdvsa.

Y siguen con hambre de dólares.

Erojas@eluniversal.com / @ejrl

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1 comentario:

  1. Permitame decirle algo Elides. Usted esta pelado. Desde hace rato, el gobierno no gana una eleccion. Lo que funciona es el fraude parejo y la cageta de los dirigentes de oposicion. Si hablaramos de equidad, desde hace rato, el chavismo no existiria.
    sisofre@gamil.com

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