En el régimen y en la oposición hay
descalificadores de oficio. A los
primeros les pagan del erario público y el principal descalificador es el bocón
inquilino de Miraflores. Hoy no vamos a referirnos a esa clase de fauna
oficial. En vísperas electorales debemos llamar la atención sobre los
descalificadores que son opositores, pero arremeten injustamente en contra de
dirigentes y de equipos humanos que
trabajan para intentar neutralizar las trampas del régimen.
Estamos
convencidos de que no actúan de mala fe, sino solo guiados por un
fanatismo que les impide aceptar que hay otros puntos de vista. Parten de las
siguientes premisas: 1- Este gobierno
totalitario no sale por elecciones. 2- Los eventos electorales desde el 2004
han sido fraudulentos y el oficialismo tiene muy pocos seguidores. 3-
Los ciudadanos solo esperan que sus dirigentes hagan un llamado a la
insurrección para seguirlos, pero estos
no proceden porque son “colaboracionistas”. 4- Los representantes de la
oposición ante el CNE están vendidos y el grupo de expertos electorales de La
Colina le hace el juego al gobierno. 5-Las máquinas de votación son manipuladas
para favorecer al oficialismo y las captahuellas identifican por quien se vota. 6- Las encuestadoras están compradas
por el gobierno y nunca pegan los resultados 7- La Fuerza Armada está dispuesta
a actuar apenas los civiles demos una señal contundente.
Al respecto nos permitimos comentar las
citadas premisas:
1- Evidentemente no es
fácil salir de un régimen como este por medio de elecciones. Algunos
“analistas” adoradores del voto sacan a relucir algunos ejemplos como el de
Chile y
Nicaragua, pero las
circunstancias son diferentes en cada país y hay muchos otros ejemplos donde fue necesaria la fuerza. El punto está en evaluar con qué y con
quiénes contamos para decidir el camino.
2- Hoy somos mayoría, pero en el
pasado no lo fuimos y ello no debe darnos piquiña.
3- Betancourt señalaba que
“uno de los prerrequisitos para que un régimen pueda ser subvertido es la
incompatibilidad de todas las clases sociales con el orden de cosas
existentes”. ¿Se da esta condición?
4- Esta es una acusación grave que se lanza
alegremente y sin pruebas. En el caso de La Colina no dudo de la honorabilidad
de los profesionales que la integran.
5- Ciertamente las máquinas pueden
alterar los resultados y la captahuella identificar por quien se vota, pero
siempre que no se realicen las auditorías técnicas. Estamos convencidos que
allí no radica el problema.
6- A veces las encuestadoras se han “pelado”, pero
la mayoría de las veces han acertado. Hay algunas que no son confiables.
7- En
este punto “paso agachado”.
En conclusión, hoy lo procedente es votar el 8D para frenar el avance del totalitarismo y quizá lograr algo más. La trampa la realizan cuando no tenemos testigos o estos no son confiables. No nos enrollemos sobre si determinado candidato nuestro no nos gusta. Elegiremos entre la democracia y el totalitarismo, es decir entre la civilización y la barbarie.
Como en botica: A votar por Ledezma, Ocariz ,
Blyde, Ismael, Muchacho, Cochiola y
todos los candidatos de la Unidad. ¡No
más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
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