lunes, 23 de diciembre de 2013

CARLOS BLANCO, LA VIEJA GUARDIA ATACA, TIEMPO DE PALABRA


"Las discrepancias en la oposición sólo estaban atenuadas por los eventos electorales"

LA VIEJA GUARDIA ATACA

Era inevitable que después de las elecciones del 8D se produjeran deslindes. Sin elecciones en perspectiva salvo en dos años, con contabilidades dispares sobre los resultados recientes, con objetivos cada vez más disímiles, una vez liberados los grupos políticos de la urgencia electoral, era natural que cada cual pugnara por plantear sus objetivos y estrategias. Estas redefiniciones tendrán lugar en un ambiente poco propicio debido a que el régimen, entre otras cosas por las heterogéneas conductas dentro de la oposición, por ahora se ha consolidado más de lo que estaba antes del 8D. Nada definitivo; nada que un golpe de luna no pueda cambiar; pero es el resultado.

En la MUD ha habido explicables discrepancias solo atenuadas por los eventos electorales. Pero, lo que era una diferenciación soterrada ha hecho aparición.

LA COMISIÓN HOSPEDALES. 

Tras la derrota del 7-O la MUD designó una comisión integrada por Arístides Hospedales, coordinador; Carlos Guillermo Arocha, Pedro Benítez, Colette Capriles, Eduardo Gómez Sigala, Gabriel Puerta, Andrés Stambouli, Ricardo Sucre, e Ysrrael Camero, como secretario. Esta Comisión produjo planteamientos esenciales no tomados en cuenta. El informe fue presentado en diciembre de 2012 y contiene elementos que por su valor se citarán en extenso:

 "El cambio de régimen por medios pacíficos, constitucionales, y electorales, debe dirigirse a la construcción del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, hoy vulnerado por el despotismo.
 La estrategia debe dirigirse a construir una mayoría amplia y sólida a través de una política que la distinga de la del Gobierno, que comunique un proyecto alternativo y evite que se consolide un Estado despótico en el país. Para cumplir con este cometido, se considerarán los medios electorales y los medios de resistencia civil pacífica.
La MUD debe discutir si deja de comportarse como una coalición electoral para actuar también como una gran alianza estratégica y políticosocial en vinculación orgánica con la sociedad para construir fuerzas mediante la representación y el acompañamiento social en el trabajo de base.
La MUD debe ser un centro de conducción política capaz de planificar, desarrollar, y ejecutar la política unitaria tanto en el plano nacional, como en el plano regional, al reforzar las MUD-regionales, y llegar hasta las estructuras debajo del nivel parroquial, independientemente de las instancias permanentes o ad hoc que se creen o surjan en función de las circunstancias políticas (por ejemplo, comandos de campaña).
En su constitución y relaciones político-sociales, la MUD debe ampliarse incorporando a diversos sectores, en atención a su representatividad, sin que dichas adiciones resientan su eficacia a la hora de tomar y ejecutar decisiones. La MUD debe generar una estructura funcional para ello.
La MUD no debe evadir el debate de ideas. Tiene que reforzar la identidad de su visión, tener audacia en sus propuestas, y contrastar con el Gobierno para establecer una conexión entre el modelo y sus resultados, e interpelar a la sociedad sobre lo que está en juego...
La MUD debe tener una estrategia de fortalecimiento social y político. Esto implica el diseño de una estrategia de crecimiento electoral, y luchar para corregir las desigualdades electorales derivadas de las omisiones y acciones del CNE y del uso ilegal de recursos por parte del Gobierno.
La MUD debe tener una estructura flexible que le permita responder de forma rápida y ajustarse a los diferentes escenarios políticos. Su instancia ejecutiva, la Secretaría Ejecutiva, debe contar con el apoyo político y los recursos para poder adelantar las políticas y decisiones que tome la MUD, y al mismo tiempo ofrecer elementos para evitar la rutinización(sic) de la MUD y que ésta caiga en la inercia.
La MUD debe ser capaz de superar los mitos que obstaculizan su desempeño. Por ejemplo, que no se puede competir electoralmente con el Gobierno y al mismo tiempo exigir al CNE condiciones justas establecidas en la Constitución y las normas electorales."
SIN UNA ESTRATEGIA, VARIAS ESTRATEGIAS. 
Esa estrategia no se adoptó porque tal vez la MUD no pueda transformarse. Lo que quedó fue la búsqueda de acuerdos electorales tanto para la candidatura presidencial del 14A como para el 8D, lo que se logró aun con las inevitables "trompadas estatutarias".  Los resultados agridulces estimularon los enfrentamientos lo cual también es explicable. Hubo una derrota estratégica para los demócratas porque el régimen se impuso con una mayoría de votos cuyo proceso de obtención no fue cuestionado por la mayor parte de los dirigentes, y el gobierno se alzó con una mayoría de alcaldías del 75%. La oposición  obtuvo victorias tácticas nada despreciables: repetición de alcaldes en varias ciudades y nuevos triunfos en otras fundamentales. Pero, el centro de la cuestión que era plantear el relevo de Maduro en Miraflores como producto de la mayoría que la dirección opositora aseguraba lograr, no se produjo, ni se cuestionó el fraude sistemático que llevó (o contribuyó) a tal resultado. Hoy se ha presentado como inevitable la diferenciación dentro de la oposición que, seguramente, llevará a un debate que sólo pueden oscurecer los agravios y las viejas facturas pendientes.

Por ahora lo que se ha visto es un torneo de ofensas en Carabobo, así como las acusaciones de los principales dirigentes de AD y Copei en contra de María Corina Machado, Leopoldo López, Tomás Guanipa, y diagonalmente contra Henrique Capriles, Voluntad Popular y Primero Justicia. 

En el caso del reciente ataque copeyano resultó esclarecedor por lo patético que el Secretario General hubiese aludido a "los amos del valle" para referirse a varios de los mencionados, tal como hace el régimen, por haber firmado solicitando la convocatoria de la Constituyente al lado de Douglas Bravo y Gabriel Puerta. 

Es esta diferenciación en ciernes lo que explica el contraste de actitudes en la reciente reunión de alcaldes y gobernadores opositores con Maduro, desde la firmeza sin desplantes de pocos hasta el empalago de varios. Reunión iniciada con la trampa del coro al Himno con Chávez como intérprete. Allí Maduro obtuvo otra victoria estratégica que fue su reconocimiento-de facto- como legítimo Presidente por los asistentes, y victorias tácticas opositoras (trato menos agresivo y devolución de competencias). A lo mejor Capriles no anduvo descaminado en su ausencia...

Ahora está transparente la naturaleza del neoautoritarismo: espacios "libres" aunque controlados para los enemigos, y férreo control para impedir el recambio de la cúspide del poder.

Twitter @carlosblancog
www.tiempodepalabra.com

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