No hay duda de que el régimen ha comenzado a demostrar su cariz tiránico. Sus decisiones constituyen actos de gorilaje puro y duro, compostura ésta propia de sistemas políticos arbitrarios, autoritarios y despóticos.
DEMOCRACIA
VACÍA
Basta
con leer las principales páginas de un periódico ecuánime, oportuno y veraz,
para advertir –sin mayor dificultad– el desarreglo institucional que vive
Venezuela. Así como para inferir el deterioro al que se ha llegado por causa
del despojo ético y moral que el actual régimen ha propiciado como parte de su
desvergonzado proyecto ideológico dirigido con la mayor saña posible para hacer
del país una copia al calco de lo que fue Cuba con el arribo de su artera
revolución.
La
praxis de democracia, se ha agravado con el devenir de estos años de engrosado
y penoso militarismo. Los valores primigenios que engrandecen el sentido de
democracia: libertad e igualdad política, se han visto solapados por
intenciones encubiertas y alevosamente organizadas a propósito de infundir
ínfimas esperanzas a un pueblo desesperado por reconquistar la calidad de vida
que en otrora había alcanzado. No obstante, percatarse de las oprobiosas
maniobras adelantadas por el régimen sin haber intentado disimular la alevosía
que personalizan sus ejecutorias, dan cuenta de la ausencia de otros valores
que igualmente presupone una democracia. Como en efecto son una concepción de
sociedad basada en la importancia del individuo y del pluralismo como eje
medular de la tolerancia.
El
régimen muestra una gestión con tal grado de abominación, que el atropello a
los derechos humanos ya forma parte del anecdotario revolucionario. Las
tendencias tomaron otro vuelo. El elevado nivel de desfiguración que estropeó
la democracia en el curso de los actuales tiempos, que además ya están pisado
terreno de dictadura, azotaron crudamente la Constitución Nacional. Incluso,
quedó achaparrada cuando su preámbulo aducía “refundar la República para
establecer una democracia participativa y protagónica en un Estado de justicia,
federal y descentralizado (…)”. Pues bien, no logró ni lo uno ni lo otro. Faltó
gobierno en el sentido estructural y funcional, para alcanzar la concepción de
Estado que retrata el aludido párrafo constitucional.
No
hay duda de que el régimen ha comenzado a demostrar su cariz tiránico. Sus
decisiones constituyen actos de gorilaje puro y duro, compostura ésta propia de
sistemas políticos arbitrarios, autoritarios y despóticos que la ciencia
política califica como “casos de inadmisible comparecencia ante los ojos de la
democracia”. Aún así, el régimen niega toda acusación en su contra sin alguna
vergüenza de por medio lo cual resulta tan grave como cuando asume las
perturbaciones que sus criterios de acción política provocan. No conforme con
esos arrebatos de ruindad, exhibe un obsceno cinismo con que manifiesta su
iracunda obstinación para rebatir toda crítica posible que evidencia sus
descaro. Además, la impunidad la aprovecha como un “salvavidas” para así
permitirse continuar su asedio como justificación a partir de la cual cometer
los mismos o peores desafueros de un régimen que presume ser intocable e
inacabable.
El
sistema político instalado por el régimen, carece de toda consideración que
exhorte las libertades y los derechos humanos que configuran el sentido de
democracia. A decir por lo visto, ni siquiera llega a la condición de
simulacro. Menos a la de remedo. Y es que no puede entenderse democracia sin
que su presupuesto histórico y lógico descanse sobre el pensamiento liberal. No
el pensamiento único al que insta el proyecto político de gobierno que el
régimen ha procurado sembrar con el auxilio del agotado recurso petrolero y de
la consternación sembrada a través de fuerzas paramilitares con la complicidad
del Ministerio Público y del Tribunal Supremo de Justicia. Deberá reconocerse
que el país está a merced de un ejercicio despótico y pasional del poder bajo
un control desmedidamente militarizado. Esto lleva a concluir que Venezuela
está padeciendo los brutales efectos de una democracia vacía.
VENTANA
DE PAPEL
CONTRA
LO ABSURDO, VOTA
A
una semana de las elecciones municipales, se tejen múltiples conjeturas. A
pesar de ser una elecciones regionales que exhortan un llamado bastante
localizado, los comicios del próximo domingo tienen un sello definitivamente
bastante particular. La oposición ha querido darle el carácter plesbicitario o
refrendario a objeto de reivindicar el espíritu político de la votación del
pasado 14 de Abril. Así, se busca que la votación sea abrumadora para hacer
verle al país político que la razón asistía los reclamos de entonces. Sin
embargo, el ambiente que respira la economía nacional, dada las decisiones
marcadamente populistas del régimen, pueden desvirtuar la dinámica del proceso
electoral.
Sobre
todo, cuando el alto gobierno habla de estar “combatiendo” una presunta “guerra
económica” a pesar de no saber enfrentar los problemas derivados de la elevada
inflación, del acentuado desabastecimiento de importantes rubros de la cesta
básica y de la desmedida inseguridad que afecta a todos por igual. En medio de
tan desequilibrada situación, van a darse las elecciones municipales signadas
por un manipulador y obsceno ventajismo de Estado descaradamente convalidado no
sólo por el abusivo poder del oficialismo y de aquellos núcleos del partido de
gobierno representados a través de Consejos Comunales, Comunas y hasta de
huestes de violentos motorizados. También, por el propio Consejo Nacional
Electoral. Pero no por ello, la oposición va a intentar adelantarse a dichas
maniobras mediante una consciente convocatoria que evidencie los graves riesgos
de seguir el país estando en manos de un régimen cuyos objetivos revelan un
espeluznante retroceso social, político y económico.
A
esto deberá sumarse el inmenso apoyo que vienen recibiendo los factores
democráticos de la oposición con el cual ha de contarse al momento de apuntalar
una victoria que demuestre al resto del mundo que en el país, realmente, si hay
voluntad política para superar las dificultades que –por ahora– han
desacomodado al país. De manera que pensando en recomponer el horizonte
político sobre el cual descansa el futuro del venezolano, es necesario que el
8-D haya un pronunciamiento popular a favor de la democracia ejercido mediante
el voto razonado y crítico.
Así que contra lo absurdo, VOTA.
“CONTRADICCIONES”
Alejarse
del mundo, no siempre termina confinando las intenciones de reivindicarse de
cara a los problemas que afectan la vida de todo ser humano. También hay
momentos en que los resultados destacan propuestas que enaltecen la moral del
hombre. Eso, posiblemente, fue lo que motivó al joven Joaquín González Muñoz,
graduando de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de
Los Andes, además admirable músico y mejor compositor, a escribir una de sus
canciones (preferidas) a la que intituló: Contradicciones. Por eso, la inicia
reconociendo que “paso horas enteras intentando romper fronteras, fronteras
llenas de obstáculos e infinitas barreras”.
Pero
González Muñoz es más punzante en su reflexión poética cuando hace ver que “el
cuerpo humano se contradice también, porque nuestra mente y nuestra alma
constantemente piensan al revés”. Es así que más adelante, invita a que
“eliminemos esas contradicciones sin razón” por cuanto “sólo debemos dejar de
maquinar y empezar a actuar con el corazón. Los pensamientos sólo fluirán como
el agua por el río y nuestros actos nos guiarán alejándonos del precipicio”.
Joaquín
ruega a meditar desde lo más profundo del ser cuando con la mayor fuerza de su
espiritualidad evoca crudamente a deslastrarse de todo aquello que envicia el
alma y el cuerpo. Es cuando profiere “malditas contradicciones, sólo complican
la toma de las decisiones;. Pongamos en concordancia nuestro ser, o moriremos
por paros en nuestros corazones”. Termina insistiendo que “la mente del ser
humano puede ser su propia autodestrucción. Así que mi hermano, no vuelvas un
bizcocho la cabeza y abre ese invencible corazón”. La inspiración de Joaquín
González Muñoz, debería funcionar en este mundo ávido de soluciones aunque
infestado de gruesas y perniciosas Contradicciones.
“Cuando desde el poder se halaga en demasía la democracia, es porque en el fondo de las realidades políticas no ha quedado ni su sombra. Puede decirse que la democracia se vació pues quedó sin fundamentos sobre los cuales descansa su praxis” AJMonagas
antoniomonagas@gmail.com
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