El
ambiente económico-social general, que tenemos en Venezuela es deprimente.
Parecemos
un país del cuarto mundo y lo que damos es pena ajena: todo un show a todo
trapo, cual pan y circo, para entretener al resto del mundo y para que pongan
cara de asombro, desparpajo, cuando vean lo que aquí sucede con esta especie de
saqueo organizado; que arma el gobierno de Maduro y dirige, usando sus cadenas
de radio y TV; así como los medios de
comunicación bajo su influencia, para transmitir odio, violencia, acción contra
los comercios , etc., en vez de propiciar que la ley y los organismos
fiscalizadores intervengan supervisando la realidad y el comportamiento
económico de aquellas empresas que especulen y atenten contra la estabilidad
monetaria.
¡Gracias
a Dios-hay que decirlo-, no ha habido muertos, ni incendios, ni traumatismos
violentos en la sociedad, pero ha habido detenidos, presiones indebidas, etc.!
No cabe duda, que el comunismo está pasando uno de sus peores momentos en la antesala a las elecciones municipales del 8 de diciembre.
Todo indica, que el gobierno ha volcado su
aparato de propaganda, manejando colectivos y sectores sociales para arremeter
contra el comercio importador de línea blanca y artefactos electrónicos para el
uso domestico. Asunto que ha generado saqueos en Valencia, conatos en otras
ciudades y largas colas de ciudadanos en todas las ciudades del país para
tratar de obtener un bien que posiblemente no se verá en el corto y
mediano plazo, a juzgar por el estado en
que quedará el sector comercial, vendiendo por debajo de sus costos y
beneficios.
Un
sector que se mueve en el mundo de las divisas, para poder comprar y vender ha
sido el blanco del gobierno, para ejecutar su populismo electoral. Pero,
igualmente se encuentran productos con altos precios en el área automotriz; en
el área de zapatería, vestido, farmacia, laboratorios, ferretero, etc.,
entonces, todo indica que se verá también una situación de desmadre en esos
sectores, tal como ha sucedido con la gente de línea blanca y afines. ¿O acaso,
el sector de repuestos automotrices, no necesita dólares para surtir el mercado
y tiene que recurrir al dólar libre-pregunto-? ¿O acaso, no hay especulación en
otros sectores?-se pregunta uno-.
Evidentemente,
sobre todo este asunto deberá haber una incidencia. Uno se pregunta si los
comercios podrán mantenerse operando con su flujo económico normal, con
movimiento financiero, recursos humanos, transporte, y relacionados. Uno tiene
que preguntarse necesariamente-, si el empresariado seguirá invirtiendo en
Venezuela. Uno se pregunta si el clima de confianza en los inversionistas
estará allí el próximo año para generar empleo.
Gente
como uno entiende perfectamente, que la especulación es un verdadero
problema-eso no se discute-, y sobre todo, en momentos de dificultades para
adquirir divisas y convenir la importación de productos, insumos, etc. Pero, es
que no hay manera de controlar el
comercio del dólar que monopoliza el mismo gobierno.
Uno
se pregunta: ¿Si el gobierno de Maduro no es un gobierno malandro?
luis
rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
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