viernes, 15 de noviembre de 2013

JUANCARLOS VARGAS, MADURO Y SUS BATERÍAS ANTIAÉREAS

El pasado 7 de noviembre, Nicolás Maduro anunció mediante alocución la puesta en marcha de la Misión Barrio Nuevo Tricolor en el Estado Miranda, y su decisión de instalar baterías antiaéreas en puntos clave del país, incluyendo barrios y áreas ubicadas en la zona montañosa de toda Venezuela.

Estas defensas antiaéreas que consistirían en cohetes aire-tierra y distintas clases de misiles que el Gobierno venezolano ha adquirido durante los últimos 14 años a Rusia, Bielorrusia y China, tendrían como objetivo hacer frente, de acuerdo a Maduro, a una eventual injerencia imperialista en el espacio aéreo venezolano, pues para quien actualmente ejerce la presidencia, el país se haya en medio de una guerra económica y debe enfrentarse a planes conspirativos organizados por la derecha internacional conjuntamente con quienes él ha denominado como la trilogía del mal.

Este anuncio, que es sumamente grave y debe ser condenado por las consecuencias que generaría a la población civil conforme al derecho internacional, ha sido opacado por hechos noticiosos relacionados con  medidas económicas y acciones emprendidas supuestamente para luchar contra el acaparamiento, la especulación y la usura que terminaron en saqueos en tiendas de electrodomésticos, los cuales han monopolizado la atención de la opinión pública nacional e internacional. 

Paradójicamente, Nicolás Maduro quien ocupó el Despacho de Relaciones Exteriores por más de 6 años vuelve a demostrar su ignorancia en materia de derecho internacional, por lo que se considera oportuno alertar a Maduro, a sus asesores y a la opinión pública en general sobre las implicaciones que acarrearía la implementación de estos planes. La instalación de armas de guerra en zonas donde habitan civiles traerá como consecuencia convertir a estos civiles en blanco militar, y por ende es contrario al objeto y fin de normas de derecho internacional humanitario contenidas en tratados que han sido suscritos y ratificados por Venezuela, específicamente el Acuerdo de Ginebra relativo a la protección debida a los civiles en tiempos de guerra de 1949 y los Protocolos Adicionales a los Acuerdos de Ginebra de 1977.

Estos tratados establecen los principios de distinción y protección, el primero de estos principios acarrea que la población civil está protegida en todo momento durante las hostilidades, por lo que no debe intervenir en conflictos armados, mientras que el segundo principio trae como consecuencia que se deba evitar exponer a civiles a fin que sean confundidos de cualquier manera con objetivos militares, razón por la cual no deben asimilarse bajo ninguna circunstancia con los combatientes, quienes son los que intervienen en el conflicto armado y por ende asumen la condición de objetivos militares.

Asimismo, se debe advertir que la instalación de baterías anti-aéreas en puntos claves de zonas habitadas por civiles, como lo son los barrios ubicados en las zonas montañosas del país, traerán como consecuencia que Maduro y quienes lo acompañen en esta iniciativa, se conviertan en criminales de guerra a quienes se les podría exigir responsabilidad penal individual por la comisión de crímenes de guerra conforme al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

Se espera que Maduro rectifique, porque de lo contrario, convertiría a civiles indefensos venezolanos en objetivos militares y Nicolás pasará a la historia  como criminal de guerra.

@jeisakuvargas
juancarloseisaku@gmail.com

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