La
mentira ha sido y sigue siendo una fiel compañera de los proyectos
nazi-fascistas a lo largo de la historia. Las trágicas experiencias del nazismo
alemán y del fascismo italiano del siglo pasado, así como las vivencias bajo el
régimen socialfascista bolivariano actual así lo demuestran. Una de las
características más emblemáticas del proyecto socialfascista ha sido la
institucionalización de la mentira. Es decir, el uso del engaño y la falacia
como herramientas comunicacionales a fin desvirtuar la realidad, descalificar
al contrario, así como apaciguar y manipular la conflictividad social.
El
rosario de mentiras oficiales ha sido interminable, como ejemplos: la tragedia
de Amuay, las masacres en las cárceles de La Planta, Yare y Tocorón, el cuento
de la soberanía alimentaria, la fortaleza del Bolívar, la enfermedad y muerte
del comandante galáctico. Recordemos que Maduro anunció que el tte. coronel
-con respiración asistida mediante una cánula traqueal- mantenía reuniones de
trabajo de más de cinco horas con espíritu “enérgico”, pocos días después
fallecía. Sin embargo, ante la grave crisis que afecta al país el engranaje de
desinformación y mentira oficialista se ha activado a fin de justificar
-maniqueamente- las causas de la misma. Han recurrido como buenos
nazi-fascistas a los viejos postulados de Joseph Goebbels, ministro de
Propaganda nazi “Miente, miente, que al final algo quedará, cuanto más grande
sea una mentira, más gente lo creerá”.
Los
socialfascistas mienten cuando acusan descaradamente a los comunicadores
sociales y a los medios de comunicación de ser los culpables de la crisis que
afecta al país. Maduro y su grupete mienten cuando responsabilizan al imperio y
a la disidencia política nacional del sabotaje del aparato productivo nacional
y la subsecuente escases de productos. Lo voceros del régimen mienten al acusar
a nuestra fauna tropical de las fallas en el suministro eléctrico en el país.
El gorilato bolivariano miente al pretender controlar una inflación estructural
(54%) mediante una política de control de precios. El régimen miente al acusar
a los gobiernos anteriores de la terrible crisis carcelaria.
El
hamponato bolifascista miente al afirmar que la corrupción ahora si será
combatida gracias a la fraudulenta Ley Habilitante aprobada recientemente.
Maduro y su pandilla mienten cuando descalifica y acusa a honestos trabajadores
de egoístas y agentes del imperio. El oficialismo miente al afirmar que están
construyendo una economía socialista al estatizar medios de producción e
incentivar el consumo. Estamos ante una institucionalización de la mentira por
parte del régimen a fin de generar falsas matrices de opinión e inducir
comportamientos inicuos en el colectivo social.
El
ungido de Miraflores recurre al igual que su comandante eterno a los libelos
Goebbelianos atribuyéndole al adversario sus propios errores.
Pretende
justificar su monumental e histórico fracaso.
E-mail: reln26@gmail.com
Twitter: @jrlopezpadrino
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