martes, 12 de noviembre de 2013

FERNANDO FACCHIN B., VANDALISMO DESDE ARRIBA

“Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante.  Pero amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca;  se le salva o se muere por ella.” Robespierre


    El vandalismo desde arriba, es sinónimo de barbarie oficialista, es la tendencia al exterminio, la manipulación de las masas, la aprehensión del terror, la lujuria sangrienta, la eliminación de la disidencia masivamente en nombre de una falsa ideología, de una filosofía gastada, una clara manifestación de esa barbarie es la violencia desatada desde las altas esferas del poder en una forma fría, cínica y despiadada contra la población civil, mediante los vandálicos círculos violentos con la aquiescencia de una Guardia Nacional sin honor y sin divisa.

     El vandalismo desde arriba no es solamente un simple acto de barbarie, sino el más astroso y descarado proceso político actual. Hoy se bloquea, por todos los medios posibles, la acción cívica de la sociedad. Este proceso vandálico y bárbaro se diferencia de la delincuencia común o vandalismo desde abajo, por cuanto éste último se presenta como el resultado de la frustración, de la manipulación, del odio, del resentimiento social madurado por mentes perversas e infectado de agresividad o del sicariato político adoctrinado por la intervención cubana, este vandalismo confina a sus practicantes dentro de los estrechos límites de su propia conciencia, por el contrario el vandalismo desde arriba opera fieramente, con plena conciencia, en contra de la sociedad, del Estado y sus instituciones.

    Ante el vandalismo desde arriba o vandalismo oficial, Venezuela se encuentra ante un grave peligro, pero también ante una gran esperanza y, “La esperanza es como el sol, arroja todas las sombras detrás de nosotros.” S. Smiles., tenemos una heroica resistencia defendiendo la libertad, la dignidad, los valores humanos y sociales universales, ante un canalla que ha tirado por la borda toda forma de integridad, un autócrata afectado de nihilismo, por cuanto niega reiteradamente los valores intelectuales y morales de la sociedad, rechaza el interés colectivo e implanta una “canallocracia”.

   El vandalismo desde arriba, mediante la manipulación informativa, el engaño y la reiterada mentira sobre la realidad de los hechos, pretende negar o minimizar su propia barbarie y endosar la responsabilidad a la oposición, todos vimos “El Petarazo”, acto político organizado por la oposición que tuvo una duración de aproximadamente dos horas, pero también hemos visto que el vandalismo oficialista se ha extendido en el tiempo y todavía subsiste con la incautación del módulo de la Policía Metropolitana por parte de los paniaguados del Tte. Cabello, todo dentro del más burdo maniqueísmo, imperando el ocultamiento, la impunidad y la mentira planificada, norma de conducta seguida por el  vándalo de arriba y sus cómplices segundones, palaciegos de oficio, sencillamente estamos ante la imposición de la barbarie a la vista de todos.

     El vándalo de arriba tratara de impedir la celebración del referendo revocatorio a toda costa, especialmente mediante la violencia física contra la población civil pacífica y desarmada en procura de amedrentarnos para que se produzca una gran abstención electoral, cosa que no logrará, el pueblo venezolano no permitirá acciones que degraden o disminuyan sus derechos, no relegará ante ningún acto de violencia la defensa de sus derechos  inalienables; los opresores vandálicos se aferran al poder, se resisten a perderlo y pretenden suprimir toda manifestación que pueda alterar su “status quo” o que debilite sus prerrogativas y su falsa fuerza moral y física, creyendo que tienen el derecho de dominar a la población mediante el terror, mediante la barbarie o vandalismo desde arriba. Esos funestos personajes y sus cortesanos no son más que depredadores sociales, que ven en las arcas del tesoro público la oportunidad de obtener las ventajas materiales que serían incapaces de obtener bajo su propio esfuerzo, su mayor esfuerzo está en restringir la libertad y la energía democrática del pueblo,  lo  que  solo conduce a la opresión sistemática -vandalismo desde arriba- y a una desmedida corrupción.

     La entereza moral y la sólida fortaleza cívica del venezolano no decaerán, por el contrario, siguiendo las enseñanzas de Sun Tzu en su obra “El Arte de la Guerra” cuando dice, cito: “El camino es aquel mediante el cual se unen las voluntades de los arriba y los de abajo, es el ideal, el principio o medio orientador de metas colectivas. El que sostiene el orden y la moral de una organización.”, ese es el camino que debemos seguir ante la situación actual, la cual, me permito definir como “una guerra de maniobras turbias” a la que hay que darle una respuesta contundente, sin miedo. Recordemos a Thomas Jefferson, tercer presidente de USA, con estos pensamientos: “Nada es inmutable excepto los inalienables e inherentes derechos del hombre.” “... la paz de nuestros conciudadanos, su prosperidad y felicidad, son objetivos que llaman al esfuerzo y sacrificio de todo buen hombre y patriota.””Libertad es el gran padre de la ciencia y la virtud; y la nación será grande en ambas, en la proporción en que sea libre”.

fernandofacchin@hotmail.com          

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