jueves, 3 de octubre de 2013

JUAN PAEZ AVILA, LA LEY HABILITANTE,

            La supuesta aprobación de una  Ley Habilitante para el cuestionado Presidente de la República, por su contenido puede constituir uno de los mayores abusos de poder cometidos por un Jefe de Gobierno contra la soberanía nacional, y una provocación a los sectores democráticos del país con la finalidad de crear un peligroso desconcierto que los puede inclinar a una reacción violenta y a olvidarse de las elecciones del 8 de diciembre, en las que el madurismo tiene asegurada una contundente derrota.

           
Todo gobernante de espíritu o tendencia autocrática y personalista puede iniciar su gestión con un aparente apego a la legalidad del país que le ha  otorgado democráticamente el derecho  a ejercer  funciones de gobierno, pero en la medida en que considera que puede perder esas facultades, comienza a restringir los derechos de la oposición y generalmente termina persiguiendo hasta a quienes le apoyaron para ascender al poder, si tratan de disentir de algunas de sus decisiones unilaterales.

            El abuso en el ejercicio del poder va rompiendo las reglas que caracterizan a un régimen democrático, como se operó en los regímenes del socialismo real y del nazismo alemán. En principio se respetaron ciertas libertades, pero cuando la legislación imperante no le permitía al gobernante tomar las medidas que a su juicio único e inconsulto, creía que debía tomar para “bien del pueblo”, se fue tornando cada vez más autoritario, hasta llegar a la tiranía. La resistencia nacional no contó con la unidad interna, ni respaldo internacional porque las naciones democráticas carecían de una organización multilateral para impedirlo, hasta que se vieron obligadas a intervenir, cuando el abuso del poder traspasó las fronteras y se manifestó en la invasión a los países vecinos.

            En una época como la actual, en la que las naciones democráticas han creado organizaciones multinacionales y han hecho aprobar una legislación respetuosa de los derechos humanos y de las instituciones y poderes públicos independientes, el camino hacia la tiranía se dificulta. Pero la represión puede aumentar  incluso contra algunas  individualidades democráticas o sectores internos, disconformes con las promesas incumplidas y la represión también recae sobre ellos. Es lo que hemos presenciando a lo largo de casi 15 años de gobierno autocrático. El abuso de poder se extiende a toda disidencia.

            Frente a ese abuso, la oposición y la disidencia chavista  podrían reencontrarse en las  elecciones del 8 de diciembre  y propinarle una  derrota definitiva al   autoritarismo madurista.

El mensaje que los voceros de la Alternativa Democrática, además de Henrique Capriles como Jefe del Comando de Campaña y Antonio Ledezma que tiene la responsabilidad de coordinar todas las Alcaldías del Área Metropolitana, todos la candidatos a Alcaldes y a Concejos Municipales, tienen la oportunidad y la obligación de acercarse a los chavistas que no se sienten representados por Nicolás Maduro, para llamarlos a la Unidad Nacional, para contribuir seriamente a sacar el país de la profunda crisis que atraviesa, y evitar, en lo posible, un colapso total de las instituciones por la incapacidad y la corrupción de los jerarcas de madurismo.

            El fracaso del régimen autocrático, centralista, que ha llevado a Nicolás Maduro a desconocer los liderazgos regionales y locales, imponiendo candidatos sin ninguna vinculación con la sociedad y sin conocimiento de sus problemas económicos y sociales de la gente de menores recursos, no sólo es un atropello a los dirigentes sociales y a la base de su Partido, sino también un abuso de poder que ha generado una mayor crisis interna, que en muchos casos se hace irreversible. De allí que los desafueros como gobernantes los extienden al seno del Partido de Gobierno, y pretenden gobernar contra la mayoría de la nación, para beneficio personal, por lo que sería una tremenda irresponsabilidad otorgarle una Ley Habilitante al cuestionado Presidente.

            Una Ley Habilitante que extienda los poderes que hoy tiene por la Constitución Nacional Bolivariana, más las facultades que él asume violando casi todo el Ordenamiento Jurídico del país, sería una complicidad con el colapso que se avecina y contribuir a hundir a toda la nación en un abismo insalvable, con consecuencias impredecibles.

            Frente al intento del madurismo de sobornar a un diputado de la oposición para logar los 99 votos que se requieren para aprobar una Ley Habilitante, la Dirección Política de la MUD y los candidatos a Alcaldes y Concejales, pueden darle una lección de dignidad y de cultura política a toda la población venezolana, persuadiendo a los disidentes del madurismo, de la importancia de coincidir para hacer más contundente la derrota que ya tienen asegurada quienes pretender recibir más poder para profundizar la represión contra todo el que discrepe de sus planes para imponer una tiranía al estilo de comunismo cubano.                  

Juan Paez 

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