lunes, 14 de octubre de 2013

JUAN PAEZ AVILA, CAMPAÑA MEDIATICA

En la realización de cualquier elección en el mundo de hoy,  los medios de comunicación social siempre juegan un papel importante, aunque no es el único, y para algunos expertos, ni siquiera el fundamental, no obstante los avances de las redes sociales y su utilización masiva. 

Para lograr éxito en los resultados electorales es necesario el contacto directo de los actores o candidatos  con la ciudadanía y la credibilidad del mensaje y las factibles soluciones a los problemas de la población. 

Las denuncias del cuestionado presidente, Nicolás Maduro, acerca de una campaña mediática en su contra con motivo de las elecciones del 8 de diciembre, orientadas a deslegitimar su truculenta elección del mes de abril, tiene como finalidad crear las condiciones políticas que le permitan convertir su nueva y definitiva derrota en un nuevo triunfo

Los medios de comunicación social privados no tienen por qué hacer ninguna campaña contra su candidatura, porque basta con informar veraz y oportunamente lo que ha hecho y sobre todo lo que ha dejado de hacer de acuerdo con las atribuciones que le otorga la Constitución nacional aprobada en 1999. Empezando porque en los 14 años que estuvo al lado del difunto ex presidente Chávez nunca levantó la voz para proponer la ejecución de alguna obra importante o por lo menos reparar alguna averiada por falta de mantenimiento  El deterioro de toda la infraestructura vial construida en los últimos 50 años, es algo sobre lo cual sólo hay que preguntarle a los venezolanos que la transitan diariamente, para luego informarle a toda la nación. No es ninguna campaña mediática mostrar cómo se cae a pedazos un porcentaje importante de puentes y viaductos. 
No han sido mantenidos los hospitales ni las escuelas, con algunas excepciones desde luego, construidos antes del ascenso al poder de la revolución bolivariana y militarista. De allí que lo que deslegitima al gobierno del presidente Maduro es, además de su cuestionada proclamación y juramentación sin realizar la auditoría que se comprometió con Henrique Capriles y con Unasur, la incapacidad del equipo ministerial, gobernadores y alcaldes escogidos a dedo por el propio jefe del Estado para hacerlos elegir por un CNE dependiente también de Miraflores.
Ninguna campaña mediática puede cambiar la conciencia democrática de la población si no encuentra plena justificación en lo que informa. Por eso, la campaña mediática que ha realizado Nicolás Maduro durante nueve meses, a través de cadenas de radio y televisión, no ha podido convencer, según todas las encuestas publicadas -incluso las mandadas a realizar por el Gobierno-, a la mayoría de los venezolanos para que vayan a votar el 8 de diciembre por los candidatos del oficialismo, escogidos a dedo y muchos cuestionados por  sus aliados por corrputos.

De allí que el llamado de Nicolás Maduro para que los organismos públicos bajo su control, investiguen a los medios de comunicación social porque hacen propaganda de guerra cuando informan sobre la escasez de alimentos, no inclinará al electorado a votar por sus candidatos impuestos contra la voluntad de las bases de su  Partido y contra las aspiraciones de los líderes locales  que han realizado trabajo social entre la población, que conocen y sufren la escasez.

La inmediata amenaza de CONATEL contra Globovisión de abrirle un nuevo procedimiento administrativo, es una clara expresión de amedrentamiento con éste y otros medios de comunicación social por parte del Poder Ejecutivo con, la finalidad de provocar la autocensura y consolidar la hegemonía comunicacional del gobierno, porque la cadena de radio y televisión que posee apenas la oye y ve un 8% de los radioescuchas y televidentes. La campaña mediática la realiza el gobierno todos los días no sólo a través de los medios oficialistas, sino también por los medios privados mediante el abuso de las cadenas, pero como no obtiene un resultado positivo que lo registren las encuestas, porque sólo hace propaganda y no exhibe una obra importante de beneficio social, aunque diga lo contrario, su fracaso se lo endilga a los medios que informan acerca de lo que está pasando en el país, por la crisis económica, social y moral.

El fracaso de las políticas económicas y sociales del gobierno con la invasión de fincas en plena producción y las expropiaciones de industrias, forjadas por generaciones de hombres y mujeres dedicados al trabajo productivo,  que ha generado la disminución de la producción agroindustrial, no la pueden superar los jerarcas del madurismo achacándole a otros la culpa, porque a la larga  la mentira ha sido descubierta por la mayoría de los venezolanos, entre quienes se encuentran miles de chavistas, hoy ya desengañados. Frente a esta realidad, no hay campaña mediática ni represión  gubernamentales que la cambien, porque las personas que van al mercado no encuentran todos los alimentos, y los que por fortuna descubren o hallan,  son muy caros y muchos no los pueden comprar. 

Juan Paez 

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