Para preservar nuestra humanidad no olvidemos
ser personas y tratar a los demás como personas.
El mayor daño que ha hecho y hace la
revolución Castro comunista no es el económico –a pesar de que la depauperación
que sufrimos ha sido perversa-, es el moral.
Voy a referir algunos hechos cuyo horror
mueve la conciencia de la gente decente: Según información de los medios el
27-09-13, un grupo de motorizados saqueó el camión que chocó contra la barra
protectora del puente en los Ruices, robó al chofer mientras éste agonizaba y
atracó a los conductores que quedaron atrapados en la tranca.
Hemos y estamos observando el asesinato
público, en cámara lenta, de hombres inocentes: Franklin Brito, Iván Simonovis
y Leocenis García.
Varios reclusos fueron torturados y mutilados
el 18-09-13, en la cárcel de Sabaneta, en la guerra de pranes por el control
del penal.
La gente pelea por comida, cemento y otros
productos escasos.
Este sálvese quien pueda, este “hombre
nuevo”, este instinto de supervivencia suscitado, es en gran parte consecuencia
de la guerra librada por el totalitarismo Castro comunista contra los
venezolanos (por la toma del poder en Venezuela, desde los años 60 y desde el
poder, desde 1999) que mediante el odio y la mentira ha impulsado esta gran
descomposición social que, de no corregirse, terminará por extinguir la
humanidad que caracteriza a los venezolanos.
Cuando algo es tan importante como es la
condición humana en la persona no hay duda de que el asunto debe ser revisado,
porque de lo contrario la convivencia se hace muy difícil, se impone el más
fuerte, que en la realidad que vivimos es la crema y nata de la maldad.
Debemos recuperar nuestra esencia de
humanidad y con ella en nuestro entorno más cercano, la familia, los vecinos,
el trabajo; donde estemos promover la verdad, la caridad, la justicia, la
bondad y la libertad en la construcción de una sociedad más humana.
Como padres
asumir nuestros hijos; en el trabajo cumplir el horario y hacer el trabajo
bien, no cobrar sin trabajar; en la calle ceder el paso, no atropellar; no
colearse; si usted es enfermera ese paciente le tiene que doler; si es
empresario de calidad, cantidad y precio justo; si presta dinero a quienes no
pueden ir al banco no preste con usura; si el servicio que presta usa taquilla
contrate el personal que necesita, no haga esperar a la gente para compensar la
ausencia de personal; si es transportista y justifica el aumento del servicio
en calidad de las unidades de transporte, repárelas; si administra bienes no
robe porque alguien lo va a pagar y lo vamos a pegar todos los venezolanos; hay
muchos ejemplos, sencillamente debemos entender que los demás son personas como
uno mismo y como tales debemos respetarlos.
Si el chofer, los motorizados, los que
observaron inconmovibles y las autoridades que no llegaron con la prontitud
debida entendieran esto, no hubiese ocurrido lo que ocurrió.
@elinomontes
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