Mi
hermano gemelo tiene en su casa de La Quebrada una hermosa mujer tallada en un
tronco de pino, obra de Dimas, un artista de La Mesa de Esnujaque.
Se trata de
un altorelieve que muestra la belleza de una campesina de cuerpo proporcionado
y rostro con una expresión de serena angustia. La llamó “Venezuela”. A la talla
le cayó polilla que ya destruyó parte de una pierna y la tiene cundida de
agujeritos. El poco peso revela que por dentro ha perdido madera. Ha sido
tratada con diversos productos pero la polilla sigue depredándola.
Conversaba
con Francisco sobre el saqueo al Centro de Historia de Trujillo, perpetrado por
un colectivo de ignorantes que creen haber reescrito la historia trujillana a
partir de lucubraciones personales, observaba la talla que aún conserva su
belleza, pero carcomida por fuera y por dentro por un mal que no ha sido
posible curar. Recorremos los campos de la infancia y en cualquier casa nos
reciben con una taza de café recién colado. Se cultiva hasta en las laderas más
empinadas que ofrecen generosas su increíble fertilidad.
Me pregunto cómo se
sostiene la yunta de bueyes en aquellos precipicios. Aquí el tema político se
ve: Una que otra casa conserva un afiche de Capriles o de Maduro, las vías son
trochas intransitables, montones de
arena esperando un cemento que no llega, cualquiera tala el bosque y no hay autoridad ambiental,
el pueblo destruido porque no hay autoridad urbanística. Aquí también hay
boliburgueses que alardean de su dinero mal habido. A pesar de todo, en el
paisaje destaca el trabajo honrado porque es lo que los quebradeños hacen desde
siempre. Pero allí, en aquellos lejanos parajes, como a “Venezuela”, como a
Trujillo y como a todo el país, ataca la más voraz de las polillas.
El
grupito que saqueó el Centro de Historia de Trujillo es una reproducción en
pequeño del que saquea a Trujillo y al país, responsable de la carcoma que lo
mantiene en el atraso pese al esfuerzo de su gente. Porque los muchachos van a
la escuela, los campesinos a su barbecho, los trabajadores a sus lugares de
trabajo: es buena la madera con la que está hecha el venezolano; pero la
escuela imparte muy mala educación, la infraestructura productiva está
destruida, los productos básicos no se consiguen y sobre todo hay desafueros,
mala educación, conductas insociables gracias a la polilla de maleducados,
altaneros y ladrones que nos ha caído como una maldición.
Fortunato
González Cruz
morochodos@gmail.com
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.