Ahora que Jeff Bezos, el fundador de Amazon,
se compró el Washington Post, el periódico que tuvo su momento de gloria cuando
sacó a relucir el affaire Watergate y nunca más brilló, aparecieron los
detractores izquierdistas que se incomodan con su nuevo propietario.
Alan Sloane, el editor de Fortune, la revista
de negocios que representa a los demócratas norteamericanos en contraposición a
Forbes (republicana) criticó a Bezos por autocalificarse de “libertario”.
Según Sloane, para ser libertario hay que ser
de izquierdas. El pensamiento no es nuevo, más bien, es rancio.
En 1980 en San Francisco, California, quise
participar de las actividades del Partido Libertario y me encontré con
admiradores de Castro y el Ché, que en vez de apedrearme me otorgaron clemencia
para continuar mi camino. Es que los libertarios tenían agrupaciones que
abarcaban de la extrema izquierda, a la derecha. Obviamente me metí en la
tienda equivocada.
La definición de libertario, así como la de
liberal, está contaminada. En su acepción original, el término “liberal”
definía al liberalismo europeo protector de las libertades individuales y de la
libre empresa.
Con el tiempo, la palabra “liberal” se
prostituyó y se convirtió en el emblema de las izquierdas norteamericanas y
europeas que son especialistas en apropiarse de las ideas ajenas. El ser
liberal, vino a significar algo así como: “todo vale”, siempre y cuando te
subyugues al estado intruso.
Para diferenciarnos de los liberales
europeos, los liberales de tradición optamos por usar el término: “libertario”.
Aquél que defiende a la libre empresa y al individuo, sin la intervención del
estado. Es irrebatible; mientras menos se inmiscuye el gobierno en nuestras
vidas, más libres somos.
El señor Sloan, siendo de la guardia vieja,
considera que ese concepto es equivocado y que no se puede ser libertario y
magnate, como Bezos, que defiende el libre mercado.
Según el editor-columnista, si eres
libertario debes ser de izquierdas. Algo de esa contradicción se palpó en las
últimas elecciones presidenciales estadounidenses con Ron Paul, el candidato
libertario, que opina igual que Obama en política exterior.
Sloan teme que el Washington Post cambie de
línea, lo cual es imperioso si quiere sobrevivir. No por nada está en caída y
se vendió apenas por 250 millones de dólares.
El New York Times, estandarte de la izquierda
occidental, se salvó de morir gracias al aporte de Carlos Slim. Newsweek
(Q.E.P.D. 1933-2012) no está más, pertenecía al Washington Post.
Por su tergiversación de los hechos, la
prensa progre está en el acabose de sus días.
¿A qué se debe este auspicioso acontecimiento?
A que las torcidas ideas socialistas ya no engañan a las masas del primer
mundo.
Ocurre simultáneamente un fenómeno social
muchísimo más interesante que el cambio de dirección del péndulo político: el
amor por el consumo.
El fanatismo de los seguidores de algunas
marcas, Apple, Android, Ferrari, es de igual intensidad que el que tienen los
extremistas religiosos por su fe.
Los estudios científicos bajo escaneo
cerebral, demostraron, que cuando se habla con un “marquero” acerca de su
producto favorito, se activan exactamente las mismas neuronas que las de los
yihadistas o cualquier religioso radical.
El deseo obsesivo por los juguetes para niños
grandes, ha llegado a un punto que no se ha visto jamás. ¿Cuántos delirados
hicieron vela por el primero o último iPhone?
La ansiedad por el dinero revela que, los
Baby Boomers tenían una aspiración por lo material del 45%. La Generación X
incrementó ese apetito a un 65%, y la Generación Y --los milenarios-- tienen
una avidez por la acumulación económica del 75%.
Resumidamente, el dinero es lo más codiciado, inclusive entre los progres, que son los que más burdamente lo ostentan. Basta con ver a los cleptócratas socialistas latinoamericanos que se pasean en aviones de lujo y se bañan en oro mientras critican al “imperio” y el capitalismo.
Sloan es otro hipócrita progre, que condena a
Bezos por ser rico, mientras él recibe un sueldo millonario por ser el editor
de una popular revista de izquierdas que defiende a los capitalistas, sólo si
son “liberales” de la línea socialista.
http://brechner.typepad.com/jose_brechner/2013/08/ni-liberales-ni-libertarios-somos-todos-capitalistas.html
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