jueves, 11 de julio de 2013

ANTONELLA S. MARTY, MICHELLE BACHELET, CAMILA VALLEJO Y EL FUTURO DE CHILE.

El pasado 30 de junio, Michelle Bachelet -ex presidente de Chile entre 2006 y 2011- arrasó casi con el 74% de los votos en las elecciones primarias, con miras a las elecciones generales de noviembre del año en curso.

Sin embargo, el programa de gobierno de Bachelet remite a fórmulas que pueden resultar muy familiares para el lector, y que ya se han visto en América Latina. No son pocos quienes advierten que el país vecino se encuentra a punto de dar un brusco giro hacia el populismo latinoamericano.

La ex presidente expresa en sus propuestas un número de reformas a las que cabe prestar especial atención:

Bachelet en discurso ante comunidad chilena en Cuba
·   - Nueva Constitución: argumentando la necesidad de la misma para no “frenar los anhelos de cambio de la mayoría” y además poder “garantizar los derechos económicos, sociales y culturales”.

· - Reforma tributaria: asegurando que el país debe ser más efectivo en lo que respecta a la fiscalización, y proponiendo elevar de forma gradual en 4 años el impuesto a las empresas desde el 20% actual al 25%. Tal reforma tendría como objetivos “aumentar la recaudación tributaria, avanzar en equidad y mejorar la distribución de los ingresos”.

·  - Reforma educacional: la cual sería llevada a cabo para –según sus palabras- “ver a la educación como un derecho social y no como un consumo”. Tal reforma se expresa en cuatro pilares básicos, siendo estos “el fin al lucro, calidad, fin de la segregación y avances hacia la gratuidad universal”. Además, Bachelet afirmó que se crearán dos nuevas universidades públicas regionales en las regiones de O’Higgins y Aysén.

CAMILA VALLLEJO DOWLING
Resulta necesario, sin embargo, observar algunas cuestiones específicas de la educación chilena, que hoy suele identificarse con movilizaciones estudiantiles motorizadas por jóvenes que persiguen una determinada forma de educación. En este terreno, no podemos dejar de tener presente la popularidad y el rol que juega la ex líder del movimiento estudiantil chileno, la militante comunista Camila Vallejo, quien lanzó su candidatura a diputada del PC por la comuna de La Florida (Sureste de Santiago de Chile) para las elecciones generales del 17 de noviembre. Vallejo compite dentro del pacto electoral de "Nueva Mayoría" (coalición opositora chilena liderada, precisamente, por Michelle Bachelet).

La joven referente estudiantil visitó Cuba hace muy poco tiempo, donde tuvo la posibilidad de reunirse con Fidel Castro. Declaró, con motivo del encuentro, “valorar mucho lo que representaba Cuba y lo que ha encabezado aquél proceso revolucionario”. Para Vallejo y la juventud comunista que representa en Chile, "Fidel es uno de los liderazgos más importantes en el mundo, y un gran visionario".

En tal sentido y en el marco electoral, Bachelet elogió a  Vallejo, diciendo sobre ella que "le haría muy bien a Chile"; La joven replicó a las loas, citando que la ex presidente es "la única que puede desplazar a la derecha que lidera al país actualmente". Extraño: Camila Vallejo había brindado una entrevista al diario español El País y, en aquella oportunidad, declaró que "jamás estaría dispuesta a hacer campaña por Bachelet, ni a llamar a los jóvenes a votar por ella". 

La preocupación en Chile y parte de América Latina coincide con las grandes chances de que, a través de Vallejo y Bachelet, parte de las ideas comunistas retornen a La Moneda en las próximas elecciones, arribando -junto a aquél- iniciativas que destruyan la estabilidad política y económica cosechada por el país desde hace ya algunas décadas.

Basta solo con repasar algunas de las expresiones de la propia Camila Vallejo, desde su cuenta en la red social Twitter: 
* "Hoy la ciudadanía votó en mayoría porq la Educación deje d ser un bien d consumo y pase a ser un Derecho Social Universal..."
* "La educación debe dejar de ser un bien de consumo para pasar a ser un derecho social universal" y "debe ser financiada por el Estado" (gratuita, ergo, pagada por los contribuyentes chilenos). Vallejo no disimula una ferviente admiración por una reforma tributaria que -propuesta por Bachelet- eleve la presión impositiva en perjuicio del sector privado para, a posteriori, financiar políticas sociales que incluso sirvan para alimentar la propaganda política de un futuro gobierno.

Sin embargo, si observamos el estado actual de la educación pública en América Latina, nos encontramos con un Estado que gasta cada vez más en educación y se obtienen resultados cada vez peores.

Los programas actuales plantean que una carrera puede realizarse en un promedio de 4 o 5 años, mientras abundan alumnos que completan su carrera en un promedio de 8 o 9 años, es aquí cuando cabe preguntarnos quién paga además por esos 4 años extra de universidad.

La propuesta de Vallejos parece invitar a la ciudadanía de su país y a sus empresas privadas a que financien -a través de impuestos- esos costos extra. Y que los chilenos garanticen, a la vez, la pauperización del sistema educativo: en el ámbito de las universidades públicas, la competencia no existe, por lo tanto no hay forma de demandar mejor calidad. 

El mes de noviembre definirá si los chilenos caen en la trampa y optan por la senda del populismo  para sumarse a la larga lista de países. Lecciones que no deben desatenderse: no solo es importante optar por el camino correcto; lo fundamental también es mantenerse en él.

Antonella S. Marty ‏
@AntonellaMarty

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