lunes, 10 de junio de 2013

LUIS ALFREDO RAPOZO, ¿CUÁL ES LA ONDA?

Ahora resulta que nos alegramos cuando conseguimos un potecito de mantequilla, un kilo de harina, o  un rollo de papel toalleta. Es decir, que nos estamos acostumbrando a sobrevivir en una especie de miseria perpetua en un mar de deficiencias de productos para comer.
MALETA SIN NADA
No solo estamos expuestos a la escasez de productos básicos en la alimentación, también tenemos problemas serios para conseguir repuestos para vehículos, para maquinarias y ni hablar de los insumos necesarios en la producción. Entonces, uno piensa que algo está fallando en la administración del país y que nadie se puede comer el cuento que todo se debe a empresarios perversos, lacayos del imperio, traidores a la patria, gusanos, esperpentos, sucios, etc., etc., que tienen al pueblo de rodillas con su manejo económico contra el gobierno.
Naturalmente, cualquier cristiano expresa su molestia a  gritos, mientras compra en un supermercado, cuando observa que la vida se nos esté poniendo cara y escupe palabras duras contra Bolivia, que  nos debe 400 millones de dólares y cuya deuda crece interanualmente a un ritmo del 5% como si ellos estuviesen aceptando su falta de pago como algo natural; también los dominicanos nos deben 3000 millones de dólares y los nicaragüenses 2000 millones de dólares, la lista sigue dando su paseíto oscuro por Argentina y este gobierno del obrero Maduro, parece que no tiene gente formada en el área de Cobranzas.
Lo desagradable de la cosa, es que la clase media teniendo plata para comprar, no consigue los productos. Eso da pena ajena ante el concierto de las naciones latinoamericanas. Es vergonzoso que este gobierno haya destrozado el aparato productivo nacional y los venezolanos no tengamos para limpiarnos con papel toalleta después de cumplir con el necesario proceso excretor: da pena.
Lo desagradable del asunto, es que nuestra clase trabajadora que comprende los sectores D y E, que nosotros los sociólogos llamamos clases populares, perciben cada día que su ingreso sufre el efecto de una piel de zapa, que se encoge y se encoge, avisando que la vida se acorta como si fuera una maldición china.
Obviamente, la gente se encuentra en callejón sin salida cuando se pregunta necesariamente ¿Cuál es la onda con este socialismo? El líder rojo que anunciaba diariamente que el país sería una potencia mundial se murió dejando una fortuna que sus herederos se pelean a dentelladas como perros rabiosos por un pedazo de pellejo. El hombre dejó una fortuna como si fuera un Aristóteles Onasis cualquiera en 14 años de duro trabajo: cosa impresionante.
La llamada boliburguesía está dejando ver su costura, el forro de su hechura en una marea de negocios especulativos amparados por el Poder  y que se ha tejido en una componenda corrupta de extorsión política y negocios extraños de importaciones, construcciones, financieros, comerciales  amparados, financiados por el propio Estado, en una conchupancia que pareciera ser el momento histórico más corrupto que se ha vivido en toda la historia de este pobre país. Yo me pregunto: ¿Cuál es la onda de este socialismo?
Luis Alfredo Rapozo 
luisrapozo@yahoo.es

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