El
Socialismo chavista es un estruendoso fracaso por donde se le mire. Uno de los
titulares internacionales más difundido ha sido la escasez de papel higiénico y
la consecuente importación de varios millones de rollos de papel. Que se une a
la escasez de alimentos. Toda clase de controles, obstáculos e intervenciones
en la economía solo han traído como consecuencia graves perturbaciones en las
actividades diarias de las empresas.
Resultaría
risible lo que ocurre con esta banda de incompetentes sino estuviera de por
medio el daño que le hacen al pueblo venezolano. Porque es para reírse que
quienes pretenden salvar al planeta, quienes supuestamente refundaron a la
patria sean precisamente esta reunión de parlanchines socialistas fracasados.
Pareciese que hay una relación directa entre el discurso grandilocuente y los
resultados gubernamentales desastrosos.
Venezuela
es un gran ejemplo de tener un grupo dirigente con una capacidad casi infinita
para hablar horas y horas, llenar páginas y páginas de puras tonterías. Y
paralelamente mantener al país de las extraordinarias reservas de petróleo y
gas en el subdesarrollo. La banda de incompetentes que gobierna ha logrado
durante el auge de precios de las materias primas mantener quebradas y
sumergidas en la ineficiencia a las empresas del complejo siderúrgico y de
aluminio.
Esta
mediocre dirigencia con su discurso de estilo grandilocuente y, por tanto,
vacío de contenidos relevantes es la que a todo pulmón ha vociferado su combate
al latifundio, la que ha proclamado que vamos camino a la plena soberanía
alimentaria. Y, para ello, expropió millones de hectáreas de tierra, expropió comercializadoras
de productos agrícolas, expropió empresas agroindustriales. Y, con todo ello,
el resultado después de toda esa locura de expropiaciones e intervenciones en
la economía es una alta inflación en alimentos y una acentuada escasez de los
mismos. Aquí un ejemplo de un fracaso seguido de declaraciones delirantes; en
este caso del Ministro Gil de Agricultura y Tierra:“Anunciamos la intervención
de la planta de pescado de Puerto Cumarebo en Falcón, guerra a la corrupción e
ineficiencia”.
En
estos primeros seis meses del año en curso, la crisis se manifiesta con toda
crudeza en la ausencia de productos esenciales. Las dificultades para conseguir
productos de primera necesidad es muestra de lo terriblemente ineficiente que
es el socialismo chavista. Controles e intervenciones en la economía que
terminan perjudicando a los más pobres. Que son las víctimas directas del
desabastecimiento y encarecimiento de los productos.
La
prepotencia socialista chavista muestra nuevamente que el gobierno es pésimo administrador,
completamente incapaz de ofrecer un suministro apropiado y barato de productos
a los ciudadanos. En estos últimos meses ha quedado expuesto que, a pesar de
poseer tierras, empresas agroindustriales, de controlar el suministro de
materias primas a la agroindustria privada y de controlar hacia donde
distribuyen sus productos finales, la inflación y la escasez en alimentos
reina.
Pero,
en lugar de reconocer lo equivocado e inconveniente de sus políticas, en
cuanto, inhiben la iniciativa privada, que siempre es más eficiente que el
gobierno. Todo lo contrario, apelan a la retórica barata, al discurso
grandilocuente, a la colección de pamplinas y, en consecuencia, vociferaran que
es una guerra económica, que es un saboteo, que los empresarios fascitas
conspiran, que los especuladores son los responsables, que los empresarios son
hambreadores del pueblo. Sin jamás reconocer que la responsabilidad del caos
económico es del socialismo, en su variante chavista.
Otro
ejemplo de discurso rimbombante y resultados calamitosos es lo que tiene que
ver con la generación y distribución de electricidad. Estos personajes que
gobiernan Venezuela tienen 14 largos años manejando directamente buena parte de
la industria eléctrica y, más específicamente, desde hace 6 años la totalidad
de la industria, gracias a la nacionalización de las empresas privadas que
existían en el año 2007. Bueno pasó lo esperable, empresas eléctricas que no
generan ganancias, incompetencia, planes de inversión que no se ejecutaron. Y
como era lo previsible sobrevino una crisis eléctrica que llevo a realizar
racionamientos en el suministro de energía a finales de la década pasada. Y
ello ocurrió a pesar de que el gobierno nacional había lanzado la Misión
Revolución Energética. Revolución que buscaba la eficiencia y la instalación de
generación alternativa de energía. Se mandaron brigadas a sustituir por todo el
país bombillos incandescentes por bombillos ahorradores. Pero nada, se entró en
crisis eléctrica. Luego se anunció a mediados de 2010 que los racionamientos
habían terminado. Y ahora en el 2013 se recrudece otra vez la crisis eléctrica
y nuevamente se anuncia La Revolución Energética y toda clase de planes y de
grandes inversiones para superar la situación grave de la industria eléctrica. Mostrando
una gran incapacidad para aprender de los propios errores. Así, pues, a
cuidarnos de los charlatanes y de sus delirantes propuestas. La realidad
termina siendo un infierno.
Fuente:
Asuntos Capitales (México), TOMADO DE HACER Latin American News
http://www.hacer.org/latam/?p=28657
Communications hacer.communications@gmail.com
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