viernes, 28 de junio de 2013

JOSÉ LUIS VALLENILLA, SOCIALISMO, PALABRERÍA E INEFICIENCIA, FUENTE HACER

El Socialismo chavista es un estruendoso fracaso por donde se le mire. Uno de los titulares internacionales más difundido ha sido la escasez de papel higiénico y la consecuente importación de varios millones de rollos de papel. Que se une a la escasez de alimentos. Toda clase de controles, obstáculos e intervenciones en la economía solo han traído como consecuencia graves perturbaciones en las actividades diarias de las empresas.

Resultaría risible lo que ocurre con esta banda de incompetentes sino estuviera de por medio el daño que le hacen al pueblo venezolano. Porque es para reírse que quienes pretenden salvar al planeta, quienes supuestamente refundaron a la patria sean precisamente esta reunión de parlanchines socialistas fracasados. Pareciese que hay una relación directa entre el discurso grandilocuente y los resultados gubernamentales desastrosos.

Venezuela es un gran ejemplo de tener un grupo dirigente con una capacidad casi infinita para hablar horas y horas, llenar páginas y páginas de puras tonterías. Y paralelamente mantener al país de las extraordinarias reservas de petróleo y gas en el subdesarrollo. La banda de incompetentes que gobierna ha logrado durante el auge de precios de las materias primas mantener quebradas y sumergidas en la ineficiencia a las empresas del complejo siderúrgico y de aluminio.

Esta mediocre dirigencia con su discurso de estilo grandilocuente y, por tanto, vacío de contenidos relevantes es la que a todo pulmón ha vociferado su combate al latifundio, la que ha proclamado que vamos camino a la plena soberanía alimentaria. Y, para ello, expropió millones de hectáreas de tierra, expropió comercializadoras de productos agrícolas, expropió empresas agroindustriales. Y, con todo ello, el resultado después de toda esa locura de expropiaciones e intervenciones en la economía es una alta inflación en alimentos y una acentuada escasez de los mismos. Aquí un ejemplo de un fracaso seguido de declaraciones delirantes; en este caso del Ministro Gil de Agricultura y Tierra:“Anunciamos la intervención de la planta de pescado de Puerto Cumarebo en Falcón, guerra a la corrupción e ineficiencia”.

En estos primeros seis meses del año en curso, la crisis se manifiesta con toda crudeza en la ausencia de productos esenciales. Las dificultades para conseguir productos de primera necesidad es muestra de lo terriblemente ineficiente que es el socialismo chavista. Controles e intervenciones en la economía que terminan perjudicando a los más pobres. Que son las víctimas directas del desabastecimiento y encarecimiento de los productos.

La prepotencia socialista chavista muestra nuevamente que el gobierno es pésimo administrador, completamente incapaz de ofrecer un suministro apropiado y barato de productos a los ciudadanos. En estos últimos meses ha quedado expuesto que, a pesar de poseer tierras, empresas agroindustriales, de controlar el suministro de materias primas a la agroindustria privada y de controlar hacia donde distribuyen sus productos finales, la inflación y la escasez en alimentos reina.

Pero, en lugar de reconocer lo equivocado e inconveniente de sus políticas, en cuanto, inhiben la iniciativa privada, que siempre es más eficiente que el gobierno. Todo lo contrario, apelan a la retórica barata, al discurso grandilocuente, a la colección de pamplinas y, en consecuencia, vociferaran que es una guerra económica, que es un saboteo, que los empresarios fascitas conspiran, que los especuladores son los responsables, que los empresarios son hambreadores del pueblo. Sin jamás reconocer que la responsabilidad del caos económico es del socialismo, en su variante chavista.

Otro ejemplo de discurso rimbombante y resultados calamitosos es lo que tiene que ver con la generación y distribución de electricidad. Estos personajes que gobiernan Venezuela tienen 14 largos años manejando directamente buena parte de la industria eléctrica y, más específicamente, desde hace 6 años la totalidad de la industria, gracias a la nacionalización de las empresas privadas que existían en el año 2007. Bueno pasó lo esperable, empresas eléctricas que no generan ganancias, incompetencia, planes de inversión que no se ejecutaron. Y como era lo previsible sobrevino una crisis eléctrica que llevo a realizar racionamientos en el suministro de energía a finales de la década pasada. Y ello ocurrió a pesar de que el gobierno nacional había lanzado la Misión Revolución Energética. Revolución que buscaba la eficiencia y la instalación de generación alternativa de energía. Se mandaron brigadas a sustituir por todo el país bombillos incandescentes por bombillos ahorradores. Pero nada, se entró en crisis eléctrica. Luego se anunció a mediados de 2010 que los racionamientos habían terminado. Y ahora en el 2013 se recrudece otra vez la crisis eléctrica y nuevamente se anuncia La Revolución Energética y toda clase de planes y de grandes inversiones para superar la situación grave de la industria eléctrica. Mostrando una gran incapacidad para aprender de los propios errores. Así, pues, a cuidarnos de los charlatanes y de sus delirantes propuestas. La realidad termina siendo un infierno.

Fuente: Asuntos Capitales (México), TOMADO DE HACER Latin American News

http://www.hacer.org/latam/?p=28657

Communications hacer.communications@gmail.com

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