jueves, 27 de junio de 2013

JESÚS PETIT DA COSTA, PORQUÉ NO RECIBIMOS SOLIDARIDAD

La ingeniera María Corina Machado, que ha hecho un inmenso y encomiable esfuerzo por conseguir apoyo internacional a la lucha de los venezolanos por la democracia, ha exclamado con desilusión: “Los demócratas de América Latina nos han traicionado.” 

Se refiere al reconocimiento de Maduro como Presidente de la República y a la falta de solidaridad de los demócratas latinoamericanos, a diferencia del apoyo decidido que recibieron de los venezolanos cuando sus países estaban bajo dictaduras militares. Sus declaraciones me dan pie para unas consideraciones.

1.- América del Sur está dominada por la Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo). Son miembros de esta Internacional los presidentes de Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay, Perú, Ecuador y Venezuela. No lo son únicamente los presidentes de Chile, Colombia y  ahora Paraguay después de la destitución de Lugo.

La Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo) funciona como un sindicato que defiende a sus miembros, cualquiera sea la situación, considerándolos inamovibles como presidentes así violen la Constitución. Lo demostraron en Honduras y Paraguay. Debemos estar preparados porque harán lo mismo en Venezuela si a Maduro se lo destituye o enjuicia. Y entonces deberemos tener la misma firmeza y valor que tuvieron los demócratas de aquellos países pobres, que son ejemplos para nosotros.

No podemos esperar solidaridad por parte de los miembros de la Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo). Todos ellos están interesados en que Maduro se consolide en la presidencia de Venezuela. Ellos funcionan y actúan con el mismo espíritu de cuerpo como actuaron las dictaduras militares en el pasado. A la “Internacional de las Espadas” de antes le ha sucedido la “Internacional Comunista”.

¿Qué hacer entonces? Establecer relaciones con los partidos democráticos de América del Sur con vista a fundar la Internacional Democrática (Foro de Caracas), que enfrente a la comunista actuando con solidaridad militante. Echar las bases ahora mismo y fundarla apenas restablezcamos la democracia en Venezuela.

2.- No hay en Sur América un liderazgo democrático con vocación continental como lo tenían en su época los venezolanos Betancourt (socialdemocracia) y Caldera (democracia cristiana). Piñera de Chile y Santos de Colombia han demostrado no tener talla de estadistas para esta tarea, ni voluntad y valor para emprenderla. Además el primero está sometido al asedio de partidos adscritos al Foro de Sao Paulo (socialistas y comunistas), que usan como punta de lanza a estudiantes radicales. Por su parte, Santos se ha atado de manos con las negociaciones de paz, sometiéndose al chantaje de las FARC y de Maduro. No se puede esperar solidaridad de quienes no tienen condiciones, ni voluntad, para asumir un liderazgo continental.

¿Qué hacer entonces? Hay líderes suramericanos de dimensión continental con los cuales debemos establecer una estrecha alianza, con vista a la fundación de la Internacional Democrática. Ejemplos: Álvaro Uribe Vélez de Colombia, Alejandro Toledo de Perú, Henrique Fernando Cardoso de Brasil, Julio Sanguinetti de Uruguay. No debemos ceder al chantaje de la Internacional Comunista que, con la finalidad de impedir la unión con ellos, sataniza cualquier contacto. Es el caso de Uribe. Hay que demostrarle a los amigos de la causa que somos solidarios en las buenas y en las malas. Y Uribe es un amigo probado.

3.- Los únicos gobernantes suramericanos que han desafiado a la Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo) han sido los paraguayos. Han sido los únicos solidarios con los demócratas venezolanos. Se mantuvieron firmes contra el difunto, negándole el ingreso al MERCOSUR. Pero los políticos de la MUD los han traicionado. Traicionaron a los paraguayos cuando abogaron por el ingreso de la Venezuela comunista, la del difunto y la de Maduro, al MERCOSUR, a los cual se oponían los paraguayos por solidaridad con los demócratas venezolanos y, no conformes con esta canallada,  celebraron el ingreso de la tiranía comunista venezolana al MERCOSUR pasando por encima de Paraguay, que fue suspendido. A Paraguay le ha costado caro la solidaridad con los demócratas venezolanos: están fuera de hecho de MERCOSUR y UNASUR, tratados como los leprosos de América del Sur. Fueron excluidos incluso de la Cumbre Iberoamericana. Y todo por oponerse a la tiranía comunista de Venezuela y enfrentar a la Internacional Comunista de América. Y, sin embargo, fueron traicionados. La traición de la MUD a Paraguay sirvió de lección para todos los demócratas de América. ¿Cómo se puede pedir solidaridad cuando se traiciona al único amigo que se la ha jugado completa por nosotros? Después de lo que le hizo a los paraguayos la MUD no puede esperar solidaridad de nadie ni tiene autoridad moral para reclamarla. Si yo fuera paraguayo, no los saludaría siquiera.

¿Qué hacer entonces? Hacernos perdonar la deslealtad e ingratitud con Paraguay, cambiando de actitud. Hay que tener solidaridad militante, sin miedo ni cálculo, con los amigos y compañeros de causa en América.

petitdacosta@gmail.com

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