ANALÍTICA PREMIUM
ORDEN EN EL CAOS
EDITORIAL
VIERNES, 21 DE JUNIO DE 2013
Una de las consecuencias más graves de estos
14 años de presunta revolución ha sido el caos que ha sembrado en el país sin
tener claro que hacer para reconstruir un nuevo orden que substituya al
maltrecho anterior.
Son tantos los ejemplos de anomia que resulta
complejo determinar cuáles son los más graves. Para empezar por uno de los
síntomas más evidentes para todos los que tienen que desplazarse por calles y
avenidas y autopistas es el comportamiento anárquico, agresivo y peligroso de
los motorizados que no creen que las leyes de tránsito y el comportamiento
cívico sea aplicable a ellos.
Otro ejemplo de desintegración es la idea que
tiene el gobierno de que la excelencia, la meritocracia y el trabajo académico
son un lastre de un orden social incompatible con el presunto espíritu
revolucionario. Por ello se asfixia económicamente a las universidades
autónomas y se crean nuevas instituciones que no se basan en la excelencia
académica sino en un confuso adoctrinamiento para una utopía mal construida.
Un elemento preocupante que tiene mucho
parecido con lo que ocurrió en el principio del nazismo es la proliferación de
bandas armadas que responden a diferentes sectores del chavismo y que en alguna
medida parecen tener su propia agenda.
Dentro de la mescolanza de medidas económicas
resalta el intento de eliminar empresas eficientes privadas para sustituirlas
por nuevas empresas públicas que solo se mantienen con base en un fuerte
subsidio del Estado y que por lo demás son fuente inagotable de corrupción.
¿Cuál es el resultado de esta presunta
revolución? La mayor inflación de América Latina y posiblemente del mundo
porque ya hace tiempo que Zimbabue la corrigió. La farsa de un Bolívar fuerte
que ha sufrido una devaluación mayor que la que ocurrió en el viernes negro. El
mayor crecimiento en el índice de criminalidad que supera incluso las cifras de
países en guerra civil. Un desabastecimiento de productos esenciales que por lo
general solo ocurre en caso de guerra. Un brote de enfermedades que antes
estaban bajo control y que ahora resurgen con características epidémicas. Una
presencia cada día mas notoria de distintas mafias en nuestro país ,entre las
que se pueden señalar como nuevas la rusa y el cartel de Sinaloa, entre otras.
Un empobrecimiento de la clase media y un enriquecimiento escandaloso de
algunos miembros de la nueva nomenclatura que ya es la nueva clase de la que
hablaba hace años en Yugoslavia Milovan Djilas.
Para reconstruir nuestro país se requiere un
cambio radical en el que la tarea sea restablecer entre otras cosas la ley y el
orden y el adecuado funcionamiento de las instituciones del Estado que deben
dejar de ser el feudo personal de un partido político. Por ello se impone la
necesidad de un amplio acuerdo nacional para hacer los cambios necesarios para
encontrar la necesaria sindéresis que permita que Venezuela pueda crecer en paz
y armonía para beneficio de todos sus habitantes.
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