miércoles, 8 de mayo de 2013

SUSANA MORFFE, GOBIERNO DE CIRCOS (ENTRE CIELO Y TIERRA)

La violencia en Venezuela se ha ido formando con los años, cuando y desde que los originales motores del actual gobierno (Venezuela-Cuba) encendieron la luz roja para detener la democracia y abrir paso a un sistema autoritario e inspirado en la mentira y el control de toda la vida social del país. Así fue como paso a paso los venezolanos perdieron la capacidad de impedir los atropellos de una época, permitiendo la entrada del miedo y la violencia que marca la bota militar.
Sin embargo, no todo dura para siempre y ante el paulatino fracaso de la causa, hoy una mayoritaria población de electores, cansados de la mentira, abusos e inseguridad, hablaron con su voto para levantarse del letargo. Ahora se espera que la otra mitad de la población haga lo propio.
En el drama actual, son variadas las formas de violencia que se manifiestan y Venezuela encabeza la lista de los más violentos del mundo. En el país es más fácil ser delincuente que ser empleado público o privado. Peor aún cuando el gobierno considera como “panas” o “muchachos de la delincuencia” a los que tienen conductas torcidas y los califica como sus “fieles camaradas”. Hace rato que en Venezuela no se  hace política y se aplica la politiquería en sintonía con el llamado Plan de la Patria.
“Muéstrame un hombre que no se tome la molestia de hacer cosas pequeñas y yo te enseñaré un hombre al que no se le pueden confiar cosas grandes”, se puede leer en la sentencia del libro sagrado.
Desconocer la verdad es una manera deliberada de provocar la violencia. La numerosa policía que existe en el país, en estados y municipios, nunca está presente al momento de un asesinato, siempre llegan después de la tragedia,  a veces demorados o se hacen la vista gorda. El desconocimiento también es claro cuando se inventa una Comisión Mixta regional que “investigará los daños causados a familias, instalaciones públicas y privadas, por la violencia generada durante las recientes elecciones en el estado Nueva Esparta”, pero no incluye investigar a los agresores que causaron daños físicos a diputados de la región.
Con la actuación de la falange se vio, días atrás a través de la pantalla de televisión, un violento circo al estilo romano. Allí fueron atacados con puños los parlamentarios en la sede de la Asamblea Nacional, a la vista del César, por negarse a reconocer a Maduro presidente y protestar con pitos por no concederles el derecho de palabra; mientras tanto ese mismo día, el gobierno anunciaba por cadena nacional, las funciones de un circo canadiense para agregar más politiquería.
De esta y otras maneras, la violencia ha tenido sus semillas sembradas en la familia, en las escuelas, con los apagones, las divisas, en los supermercados y en la ruina total de este pobre país que refleja la debilidad institucional del gobierno y su falta de tolerancia y respeto hacia la disidencia. Fumigar la causa o seguir con el circo. Ahí está el dilema de alcance nacional e internacional.
Susana Morffe
www.desdelaisla.hazblog.com
@susanamorffe

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