Con el celestinaje y complicidad de todos los poderes públicos, con deplorable
sentencia del TSJ, indebido pronunciamiento del Ministerio Público y autogol de
Diosdado y la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro usurpó la presidencia de la
República luego de que oficializaron en Caracas, en marzo de 2013, la muerte
del Presidente ocurrida en La Habana, en diciembre 2012.
Maduro no deja de estar bajo las luces de las cámaras de TV, abusa sin
límite de los canales oficiales, donde aparece veintitrés de las veinticuatro
horas al día, y abusa de las cadenas que someten a las radios y televisoras
independientes, sometiendo igualmente al pueblo a la tortura de ver sin fin al
señor Maduro, lo que resulta más pesado que saco’e cemento. Es bueno que
Nicolás sepa -ojalá alguien se lo diga- que quemar todas las horas del día en
publicidad, y no trabajar en cosas efectivas y tangibles, acentúan su condición
de mentira fresca. Trabaja Maduro, si usurpaste, por lo menos gobierna.
Venezuela ha
criticado su injustificado reciente viaje a Uruguay, Argentina y Brasil, donde
gastó más de un millón de dólares, con una comitiva de cien personas, de los
cuales treinta y seis son familiares suyos, y que incluía hasta un chef. Esto
es una grosería, un delito contra el pueblo que pasa dificultades, mientras el
Presidente, familiares y miembros del cogollo -los enchufados como diría
Capriles- disfrutan a costilla nuestra. Trabaja Maduro, si usurpaste, por lo
menos gobierna.
La inflación y el desabastecimiento son hoy dos escaparates pesados en
los hombros de los venezolanos. La inflación convierte los salarios en sal y
agua, se los traga el incesante incremento de precios, particularmente de los
productos importados, lo que se traduce en casi todo lo que consumimos. A la
inflación inclemente la acompaña el desabastecimiento inocultable, que mentira
fresca pretende esconder tras la falacia de que los productores no quieren
producir, y de que además acaparan lo producido. Acaparar es imposible por los controles que
el Estado tiene instalados en todas las empresas productores de bienes, y
particularmente de alimentos. Ningún productor corre el riesgo de que le
expropien su mercancía. Afirmar que un productor voluntariamente disminuye la
producción, es una solemne estupidez. Trabaja Maduro, si usurpaste, por lo
menos gobierna.
El desempleo y el subempleo son otro azote, mientras el gobierno no hace
otra cosa que darle palo a los productores del campo y la ciudad, estableciendo
más restricciones, leyes asfixiantes y controles que atan manos; no otorga
divisas para insumos y, en general, no hace otra cosa que echarle la burra pa’l
monte a los empleadores, a quienes golpea mientras les exige incrementar la
producción. Trabaja Maduro, si usurpaste, por lo menos gobierna.
La delincuencia que es el peor de nuestros males, es otra vez objeto de
la demagogia y falsedad. Ya mentira fresca anuncia e inicia un nuevo plan, el
número veintiuno, contra la delincuencia y ordena sacar la Fuerza Armada a la
calle para combatir el delito, medida esta que encierra males potenciales; la
delincuencia es asunto de la policía, no de la Fuerza Armada, que no tiene al
respecto la pericia y experiencia requeridas. Trabaja Maduro, si usurpaste, por
lo menos gobierna.
E-Mail: pacianopadron@gmail.com
Twitter: @padronpaciano18EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
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