lunes, 20 de mayo de 2013

JOAQUIN CHAFFARDET, ¿EL BENEFICIO DE LA DUDA…? ¿DIÁLOGO?

En entrevista en el programa Aló Ciudadano, el respetado diputado Hiram Gaviria, dijo que había que darle el “beneficio de la duda” a Nicolás Maduro por su aparente intención de establecer un “diálogo”  con diferentes sectores de la sociedad. Se entiende por “dar el beneficio de la duda” darle a alguien la oportunidad de demostrar que es confiable, que puede realizar algo que se esperaría de él. 
Resulta por lo menos ingenuo, creer que en algún momento Nicolás Maduro tenga la intención de “dialogar” con nadie, ni siquiera con los mismos los seguidores del régimen. Maduro al igual que su padre adulterino, Hugo Chávez, a quien imita hasta en su acento cubanoide,  han sido reiterativos en decir que no hay ni habrá nunca posibilidad de “negociar” con la “derecha fascista”, con la “burguesía”, entendiendo ellos por “derecha fascista” y por “burguesía” a todos aquellos, individualidades u organizaciones, que mantengan posiciones políticas o ideológicas contrarias al régimen o que reclamen frente a éste sus derechos.
De allí que parece totalmente fuera de la realidad esperar que quienes durante quince años han mantenido esa posición hoy se pueda creer que hayan sufrido una repentina metamorfosis y estén sinceramente dispuestos a oír las razones de todos, o de algunos sectores de la sociedad.
La mejor demostración de que la actitud altanera, prepotente y totalitaria del régimen Hugo Chávez sigue vivita y coleando, a pesar de la muerte del cultivador del odio y la violencia, son los acontecimientos que han venido teniendo lugar en la Asamblea Nazi-onal. Sin embargo, observo con preocupación que diferentes voceros de sectores democráticos y algunos analistas deslindan los hechos sucedidos en el parlamento de la conducta de Nicolás Maduro, atribuyéndole la responsabilidad de los mismos  exclusivamente a Diosdado Cabello. Creer que la conducta de Cabello es una iniciativa personal es una terrible ingenuidad. Su conducta es la línea oficial del régimen frente al país. Creer lo contrario y tratar de presentar a la conducta de Cabello como contraria a la política y los intereses del ilegítimo es una necedad irritante. Cabello es la representación genuina del régimen, el verdadero rostro político del régimen: arbitrario,  militarista y totalitario.
A pesar de tener ya más de seis años en exilio, trato de seguir los acontecimientos en Venezuela minuto a minuto. Y no puede escapar al más desprevenido de los observadores que Maduro, en medio de su torpeza, no deja lugar a dudas sobre su espíritu totalitario. Pretende sustituir su ilegitimidad de origen con una conducta y un discurso insolentes, altaneros y amenazantes, con gestos y lenguaje propios de un malandro “cobrador de peaje” que se quiere hacer temer en el barrio, lo que indica con meridiana claridad que con él no hay posibilidad alguna de entendimiento ni siquiera de simple conversación.
La reunión con Lorenzo Mendoza ha sido calificada por algunas individualidades y medios de comunicación como un importante hito que, a su juicio, pareciera presagiar un cambio en el talante antidemocrático del régimen y del ilegítimo. Es evidente que eso no es así. Mendoza se reúne con el “vicepresidente” Arreaza, especie de albacea del muerto, y luego con el  mismísimo ilegítimo, tras ser conminado a ello y haber sido expuesto al desprecio público por Maduro en cadena de radio y televisión. Esa reunión no ha sido producto de un cambio de actitud frente a la sociedad, ha sido el producto de la presión generada sobre el gobierno por la escasez de alimentos. Esa reunión se dio porque Polar tiene la sartén por el mango. Establecer un “modus vivendi” con el Grupo Polar, el más eficiente conglomerado industrial del país, es importante para un régimen que hace esfuerzos desesperados  para contener el acelerado deterioro de su base política. La reunión con Lorenzo Mendoza no contribuirá a reducir la escasez de harina pre cocida de maíz ya que como ha dicho Mendoza, la empresa está produciendo al máximo de su capacidad. El logro para el régimen es que Mendoza haya acudido a esa cita forzosa, que ha creado la sensación, pese a las amenazas previas, de que el gobierno está dispuesto al diálogo y de que el más importante grupo empresarial venezolano, reconoce a Maduro como “presidente legítimo” de República. .
A todas estas, no hay signo alguno de “diálogo” con la oposición que hoy, finalmente, es una clara mayoría, que hasta la encuestadora IVAD se ve forzada a plasmar en sus estudios de opinión. Maduro trata ahora de generar encuentros con lo poco que queda del sector productivo privado, más que para buscar soluciones, para obtener un reconocimiento tácito a su dudosa “presidencia”.
Mientras tanto, en la asamblea Cabello, en un nuevo atropello, dice “no le puedo pagar a quienes no trabajan”, como si los diputados fuesen sus empleados; en el TSJ se designa a Fernando Vegas como presidente de la Sala Electoral, un chavista empedernido, de los que se refieren a Chávez como el “comandante eterno”; la Fiscal General amenaza con acciones penales a Capriles, Leopoldo López y otros dirigentes opositores y conjuntamente con los jueces  locales del horror encarcelan al General Antonio Rivero; el CNE se niega a hacer una verdadera auditoría porque quedaría al descubierto el verdadero corazón del régimen, la fuente de su permanencia en el poder: el fraude continuado.
Pensar que todo esto sucede a espaldas de Maduro es, por decirlo en palabras decentes, una inocentada. Darle a Maduro el beneficio de la duda, aplaudir emocionados una reunión con Polar, la asistencia de un ministro a la asamblea de Fedeagro, presentar a Merentes como un moderado y eficiente jefe de las finanzas públicas, hablar de que se abre una puerta al famoso “diálogo” y la muy esperada “reconciliación”, no es darle “el beneficio de la duda”, es tirarle un salvavidas a un régimen ilegítimo que se hunde en su incompetencia y se cocina en su salsa totalitaria.   
A Nicolás Maduro no le importa el mensaje el Papa Francisco, llamando a la paz y la tolerancia en Venezuela. Nicolás Maduro se comporta y se seguirá comportando en congruencia con el mensaje de odio, violencia e intolerancia que heredó de su “papá” Hugo Chávez.
Han sido quince años de terca y sólida negativa a reconocer la existencia y representatividad de quienes difieran del régimen en cualquier sentido. ¿Entonces por qué darle el beneficio de la duda? Han sido quince años de atropellos a los derechos ciudadanos. ¿Entonces por qué darle el beneficio de la duda? Quince años de persecuciones, torturas, presos políticos y exiliados ¿Entonces por qué darle el beneficio de la duda?. Quince años de la más descarada y escandalosa corrupción que haya presenciado ninguna nación latinoamericana. ¿Entonces por qué darle el beneficio de la duda? Pero fundamentalmente han sido quince años de restricción sistemática de las libertades individuales para imponer un régimen similar al cubano. 
¿Entonces por qué darle el beneficio de la duda? La lucha de los venezolanos de hoy es por la verdad y por la libertad, no es por un kilo de harina pan ni por un rollo de papel tualé y menos aún por “dialogar” con un patán aprendiz de tiranuelo. De manera que, a mi juicio, no hay lugar a darle el “beneficio de la duda”. Veamos hasta cuando hablarán de “diálogo”. Les doy un mes.
jchaffardet@gmail.com
@jchaffardet

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