martes, 7 de mayo de 2013

CARLOS E. AGUILERA A. EN DEMOCRACIA TODO, SIN DEMOCRACIA NADA….

Se entiende que la democracia es un sistema que permite organizar un conjunto de individuos, en el cual el poder no radica en una sola persona sino que se distribuye entre todos los ciudadanos. Por lo tanto, las decisiones se toman según la opinión de la mayoría. 
También se entiende como democracia al conjunto de reglas que determinan la conducta para una convivencia ordenada política y socialmente. Se podría decir que se trata de un estilo de vida cuyas bases se encuentran en el respeto a la dignidad humana, a la libertad y a los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos.
La democracia tiene un significado útil sólo si se le define en términos institucionales. La institución clave en una democracia es la elección de los líderes por medio de elecciones competitivas. Joseph Schumpeter en 1942, señaló que: "El método democrático es aquel mecanismo institucional cuyo fin es llegar a decisiones políticas, en la cual los individuos adquieren la facultad de decidir mediante una lucha competitiva por el voto del pueblo".
En democracia se puede ganar por un voto de diferencia y el triunfo será legítimo en la medida en que el proceso electoral, incluyendo el conteo, sea transparente, para lo cual se requiere que el organismo rector electoral actúe con independencia y al margen de cualquier presión política. Cuando eso no ocurre y la institución electoral se muestra dependiente y servil, las sospechas acerca de un eventual fraude no deben ser descartadas.
Queda también claro que la experiencia de procesos políticos como el de nuestro país tiene marcada la huella del caudillismo, cuya fuerza vital surge de la poderosa presencia de un liderazgo el cual, casi de forma inevitable, no contempla herederos, sucesores ni delfines. Nicolás Maduro podrá invocar cuantas veces quiera el espíritu del ex presidente fallecido, pero jamás será su  duplicado y ese es su gran problema. Maduro es un político del montón, sin carisma ni madera de liderazgo, por lo que ahora se comprende la urgencia con la que se convocó a las elecciones una vez fallecido el ex presidente pues si las elecciones se hubiesen dado, por ejemplo el 15 de mayo, con toda seguridad el resultado hubiese sido un gran revés para Maduro. En todo caso la lección es categórica y se aplica a procesos similares en otros países de la región.
Cuesta admitir, por otra parte, las opiniones de algunos gobernantes amigos del proceso chavista, al manifestar que la victoria electoral de Maduro simboliza el triunfo sobre el oprobio y el yugo representados por la derecha reaccionaria, pues de ser cierta aquella afirmación estaríamos presenciando una verdadera revolución política en Venezuela. 
Lo que ocurrió simplemente es la constancia de una nación que, más allá de estar dividida electoralmente en partes iguales, exhibe las señales de un notable enervamiento social que tiene su origen en el discurso atropellador, excluyente y divisionista que ha caracterizado siempre a la verborrea oficialista. La mitad de Venezuela está harta, no solo de la inseguridad y del mal manejo económico, sino principalmente de ser rehén política de un proceso clientelar y amargo.
La otra lección que nos deja el proceso electoral celebrado el pasado 14 de abril es que en ocasiones se gana perdiendo, pues en realidad si alguien ha salido victorioso en estas circunstancias es Henrique Capriles, quien tuvo el valor de enfrentarse a la enorme logística estatal puesta al servicio de Maduro.  Esto significa que el liderazgo de Capriles y de la oposición se ha reforzado, pero también que el descontento de la población con el manejo del país empieza a sentirse, pues Venezuela  pese a ser el primer productor de petróleo de Sudamérica y el quinto a escala mundial, atraviesa por una situación calamitosa en el ámbito económico e incluso social. La inflación es la más alta de la región (20,1% en el 2012). La escasez de alimentos de primera necesidad como carne, arroz, azúcar y café ronda en el 20%.
El gobierno chavista contrajo  una deuda pública que alcanza los 200 000 millones de dólares, sin contar las obligaciones con China por la venta anticipada de petróleo. Luego el 70% de todo lo que se consume en el país es importado, lo que nos lleva a considerar que el aparato productivo está destrozado. A esto se añade el golpe que ha representado para la economía popular las dos recientes devaluaciones de la moneda.
Pese a que el castro comunismo  se ha jactado de tener una inversión social considerable, los índices de inseguridad y homicidios son uno de los más altos de América Latina y el mundo. Ha rebasado incluso los niveles de México y Colombia. La violencia en Venezuela cobró el año pasado 21 692 personas. En consecuencia, tanto el modelo económico como social aplicado muestra ahora sus debilidades.
No funcionó en su totalidad la estrategia de endosar los votos del difunto a Maduro. Si se analiza en detalle los resultados de las votaciones, todo hace prever que estamos ante el declive del castro comunismo en venezuea. Si finalmente el oficialismo, a través del Consejo Nacional Electoral, logra imponer los resultados, Maduro enfrentará una situación realmente difícil.
El colapso de la economía. La creciente violencia e inseguridad ciudadana. La polarización ideológica y la inminente confrontación política a raíz del cuestionamiento de los resultados electorales, avizoran tiempos extremadamente difíciles.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.