El Decreto de Estado de Guerra anunciado por
el dictador hereditario de Corea del Norte, Kim Jung Un, constituye una
inaceptable violación a la Carta de las Naciones Unidas, que estableció por
primera vez en la historia del Derecho Internacional Publico, la erradicación
de las declaraciones de Guerra al fijar en su texto –que es obligatorio para
todas las Naciones- no solo la
prohibición del “uso de la fuerza”, sino también la prohibición de la “amenaza
del uso de la fuerza” con el fin de "preservar a las generaciones
venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha
infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles" tal como declara en su
Preámbulo.
KIM
JUNG UN
EL HEREDERO
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Por ello ha sido acertada la denuncia hecha
por María Corina Machado como vocera internacional de la MUD al condenar la
posición tibia de la Cancillería Venezolana, que en vez de denunciar la grave e
ilegitima amenaza de guerra nuclear de la misma forma en que lo han hecho la inmensa mayoría de los países
miembros de las Naciones Unidas, sitúa a
nuestra diplomacia en una posición muy parcializada al poner en el mismo saco a
las dos Coreas, evitando pronunciarse sobre las implicaciones de la grave
amenaza nuclear que pone en peligro a la humanidad entera.
Al eludir su responsabilidad, la Casa
Amarilla vuelve a repetir la misma posición “Orweliana” de defensora de la
“Paz”, como hizo con su aliado Kadafi cuando a pesar de la condena por todos
los miembros del Consejo de Seguridad (incluyendo a China y Rusia) por los
atropellos genocidas del régimen totalitario,
hizo caso omiso a la posición planetaria; o la misma actitud que adoptó
al asumir una “posición pacifica” en
defensa del genocida Bashir El Assad de Siria; o también en la defensa a
ultranza de Ahmadinejad y sus amenazas nucleares en eliminar del mapa al Estado
de Israel
No es la primera vez que el Gobierno
Venezolano apoya a Corea del Norte. Hemos sentido una gran indignación como integrantes de la comunidad
democrática venezolana con la posición que hace algunos días asumió el Gobierno
de Venezuela, al estrenar su nueva condición de miembro del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU oponiéndose al consenso mundial de condena al régimen
Norcoreano, por violaciones sistemáticas, generalizadas y graves a los derechos
humanos.
La actual crisis de la Península Coreana debe
ser vista con profunda preocupación, y la forma moderada como la diplomacia
“bolivariana” reacciona ante el tema de la escalada nuclear, puede dar un
mensaje equivoco y envalentonar a los militares ideologizados por el mas joven
y desequilibrado de los Megalomanos de la Dinastia Kim, que pone en peligro la
Paz Mundial. Estas posiciones dudosas de defensa de la “Paz” y de protección de
“los derechos humanos”, aumentan el aislamiento
de nuestro país, ya que podría ser interpretado como si las actuales
autoridades de Venezuela le dan su apoyo a Pyongyang, que ciertamente no
constituye un ejemplo a seguir.
@milosalcalay
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