El discurso rojo se agotó. Siguen
rellenándolo con mentiras.
A estas horas de la mañana, Diosdado Cabello
estará presentado al país un trabajo acerca de cómo la oposición producirá
acciones para desconocer los resultados electorales y desestabilizar al país.
El guión viene precedido de una denuncia acerca de la entrada de unos
mercenarios hondureños, cuyas acciones se descubrieron de manera adelantada en
un llamada telefónica entre dos centroamericanos. Con esa trama, se puede hacer
una película similar a la que ganó el Oscar.
Cuando uno le da seguimiento a la conducta y
las acciones del oficialismo, entiende que los números no les favorecen. Siento
un fresquito por dentro cuando observo como reaccionan y ahora
incuestionablemente, responden a la agenda y pauta que les marca Capriles. Anunciaron un aumento del salario minino ayer
–de manera fraccionada- y Capriles los zarandeó más tarde anunciando el suyo en
un solo tolete, apenas gane las elecciones. Capriles se mueve en varias esferas
y cubre territorio en actos de calle, en televisión y en escenarios que nadie
espera.
Los actos de masas de Capriles cambiaron de tono y tamaño. Memorables las concentraciones de Aragua, Tachira, Caracas y ayer, en pleno sur de Valencia, no en los territorios de clase media, les roncó con una concentración de gran formato. Capriles transmite en términos concretos su promesa de cambio y los venezolanos estamos leyendo en ese discurso el mensaje que todos queremos escuchar y en el que todos nos sentimos reflejados.
Venezuela está dejando atrás esta
parafernalia revolucionaria que acabó con el país, con el progreso, con la
industria y el abastecimiento. Venezuela no está dispuesta a seguir escuchando
acciones de odio, con lenguaje de amor revolucionario y tampoco está dispuesta
a seguir soportando cortes de luz, mientras nuestro dinero y empleo se lo
llevan los chinos, iraníes y bielorrusos. Venezuela entera votará por la
posibilidad de acabar con la regaladera de nuestros –ahora- escasos recursos.
Tengo la certeza de que Capriles tiene más
votos que el pasado octubre. Los logra cuando en tan solo veinte días nos
convence de que tenemos la oportunidad de ganar las elecciones. Esa es la mitad
de la pelea. Hace tres semanas decíamos que sería muy difícil ganarle al
gobierno, hoy comentamos a viva voz que estamos ganando. También tengo la
certeza de que Maduro tienen menos votos que los que recibió Chávez. No tiene
el carisma, ni el liderazgo de su mentor y eso lo ha hecho perder adhesiones.
Muchos chavistas ahora hablan de abstención; no votar contra el comandante,
pero tampoco a favor de Maduro.
La Venezuela que todos queremos la tenemos
ahí cerquita. Cada voto cuenta. Ahora sí, prepare su dulcito de lechosa.
@pereiralibre
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