Esa
si puede ser la maldición de Maracapana, aunque el CNE de la tibi y su combo de
esbirros electorales del régimen, que reparte claves secretas de acceso al
sistema de votación en el vecindario para meterse en las máquinas, maquillen
cifras como agradecimiento y mucho más a Maduro, pero no los voluminosos votos
que pueden mantenerlo en el poder. Porque se puede hacer fraude para completar
una o dos décimas decisivas, pero no una avalancha en contra, que es lo que
viene... Se abrió la autopista del progreso, Capriles será presidente.
Maduro
entró barrena, en picada, se derrumba, en catástrofe, ¿Cómo decirlo, para que
se tome al pie de la letra lo que los números dicen que está pasando?
Hace
casi tres años seguía yo con mucho interés la política interna colombiana,
cuando me preocupó que el Uribismo perdiera el poder, porque el candidato J.M.
Santos aparecía con un gran rezago ante el avance arrollador de Antanas Mockus.
Pero alguien descubrió que la victoria de Santos era aún posible si se asumía
plenamente de la defensa de la obra del Presidente Uribe, así se hizo y su
Ministro de Defensa, terminó alzándose con el 70% de los votos, y eso en pocas
semanas.
En
Venezuela, ante la evidencia que la adhesión política al comandante terminó con
el entierro, aunque siga por décadas en la memoria agradecida de muchos
adeptos, si alguien aconsejara a Maduro defender la obra de Chávez, solo
lograría mantener el llamado voto duro y si le aconsejaran atacarla pasaría por
loco.
Y
este es el drama de indecisión e insipidez del hombre, al que se le ocurrió
asesorarse con silbidos de ánimas canoras, porque como candidato de la
continuidad de este desastre de 14 años solo puede ocurrirle que obtenga 30% de
los votos, si frente a él como ocurrió, había una estrategia para derrotarle.
Esa
si puede ser la maldición de Maracapana, aunque el CNE de la tibi y su combo de
esbirros electorales del régimen, que reparte claves secretas de acceso al
sistema de votación en el vecindario para meterse en las máquinas, maquillen
cifras como agradecimiento y mucho más a Maduro, pero no los voluminosos votos
que pueden mantenerlo en el poder. Porque se puede hacer fraude para completar
una o dos décimas decisivas, pero no una avalancha en contra, que es lo que
viene.
Siempre
hemos sostenido que a esta gente tramposa solo podía ganársele obteniendo dos
tercios de los votos, porque si no te peinan con sus maquinitas y sus cubanos
castristas. Pues bien esto es posible: la candidatura de Capriles con su
estrategia frontal lo está logrando y al parecer lo ya inevitable es que la
derrota de Maduro está frente a nosotros como una posibilidad real.
Recuerden
esto: si la Tibi llega a decir que Capriles ganó por 4 o 5 puntos, es porque la
diferencia fue por lo menos de 20. Ya nos enteraremos en su momento, porque no
hay nada oculto entre cielo y tierra, sobre todo cuando el poder cambia de
manos.
Para
mí una de las muestras más serias de la plena conciencia de Maduro, o de
quienes lo asesoran fue pronunciar, o hacerle pronunciar en Maturín, lo
siguiente:
“Yo
he tomado una decisión. Voy a lanzar una gran misión que será centro de mi
gobierno. Así siento que debe ser mi compromiso con ustedes. Voy a lanzar la
Gran Misión Eficiencia o Nada, para perseguir la corrupción, el burocratismo,
para acabar con lo mal hecho”
Decir
esto es igual a confesar que existe un gran malestar en la base electoral
chavista con los colaboradores del “comandante”, que todo lo hacen mal,
empezando por Maduro, quien por eso ahora no logra entusiasmar con la
continuidad del gobierno y confiesa que si harían frente a las decepciones,
porque constatan que los fieles de muchos años se les están volteando
masivamente, como voto castigo, o como abstención, que en ese caso opera a
favor de Capriles, aunque no es para nada el caso de alguien que siendo de
oposición se abstenga, porque solo disminuye la ventaja con la que se va a
obtener la victoria.
Algo
muy importante o muchas cosas confluyeron en esta corta campaña, para provocar
un cambio de 180 grados en nuestro destino nacional. En Colombia aquel fenómeno
que ocurrió con Santos demostró que nada es imposible, porque aun en pocos días
se logró invertir las tendencias. En Venezuela ocurre igual pero denunciando
los herederos y hasta la herencia como se ha hecho. Se abrió la autopista del
progreso, Capriles será presidente.
http://www.albertofranceschi.com
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