domingo, 3 de marzo de 2013

RAFAEL DÍAZ BLANCO, CONDICIONES ELECTORALES, ALZANDO LA VOZ

La inhabilitación presidencial es cuestión de tiempo. Desde diciembre, Hugo Chávez designó su sucesor y eventual candidato. 
Por su parte, la Mesa de Unidad Democrática discute desde el pasado domingo sobre “un candidato preventivo”. 
Antes, en el punto 12 del Manifiesto del 23 de enero, habían dicho, con carácter de juramento, que “si se precipitará un nuevo proceso electoral presidencial garantizamos que por la vía del consenso presentaremos un candidato unitario para encabezar un Gobierno de Unidad Nacional”. Asimismo, en el punto 11, la dirigencia democrática se comprometía a la “lucha contra el obsceno ventajismo y por condiciones electorales equitativas, en la ruta democrática que transitamos por convicción. Para escoger libremente y en condiciones de igualdad a nuestros gobernantes enfrentamos denunciamos, y derrotaremos los abuso que empañan los procesos electorales”. Asimismo, la Junta Patriótica en su Manifiesto de instalación advertía que “si la decisión mayoritaria de las fuerzas democráticas de la nación es participar de nuevo en un proceso eleccionario, luchará con el pueblo hasta lograr un sistema electoral transparente y un Consejo Nacional Electoral equilibrado y respetuoso de las leyes y la voluntad popular. Es imperativo depurar el Registro Electoral Permanente y elegir a los nuevos rectores del CNE”.
Entendemos que el compromiso asumido por la dirigencia democrática con los venezolanos supone la revisión de la estrategia electoral exclusiva e incondicional que solo ocasionalmente ha permitido la victoria popular. Creemos que frente a una dictadura, con un proyecto totalitario en marcha, participar electoralmente de manera incondicional y sin la transparencia necesaria es, para decir lo menos, una ingenuidad de gravísimas consecuencias. A una dictadura para derrotarla comicialmente y desalojarla del poder es indispensable obligarla a aceptar condiciones electorales que permitan expresarse en las urnas a la mayoría democrática, así como a reconocer la derrota. Para obligar a la dictadura es necesario derrotar el miedo, un claro deslinde del régimen, la movilización popular permanente y la unidad nacional efectiva y afectiva, entendida como consenso incluyente, que pasa de electoral a unidad política y programática.
La vía electoral es el único camino cuando de una democracia se trata, pero puede ser absolutamente inconveniente cuando hace imposible derrotar a la dictadura. Es necesario transitar otros caminos que pueden ser tan democráticos como el electoral y que conjuntamente con éste, paralelamente o incluso desechando las elecciones, permitan efectivamente salir del régimen de facto en el menor tiempo al mínimo costo posible. Participar en las elecciones de una dictadura solo tiene sentido si es para triunfar o para desenmascararla y avanzar en su derrocamiento. 
rafidiaz2000@yahoo.com

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1 comentario:

  1. Por fin Dios mío hay alguien con la mente clara. Gracias Sr. Díaz, gracias.

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