Toda Venezuela sabe que nos encontramos
frente a un impase decisivo, los pocos días que quedan por delante servirán
para decidir el destino del país y de nuestras familias.
Los profesionales de las cuestiones
económicas, políticas y administrativas saben que nos encontramos a las puertas
de un grave conflicto social, producto de las malas políticas implementadas por
el gobierno y como consecuencia de su ineficacia en la gestión pública.
A nivel del pueblo se siente un malestar por
la escases de productos de primera necesidad, por tanto asesinato, por la falta
de trabajo, porque no se respetan los contratos colectivo ni las mejoras
salariales.
Pero la verdad es que el ciudadano común no
entiende la magnitud del desastre económico y las terribles consecuencias que
se derivaran de ello, las explicaciones de los expertos escapan a la
comprensión del individuo corriente.
Para él lo importante es tener como ganar el
sustento para su familia, vivir en paz y conseguir los productos que necesita.
Pero nuestra sociedad politizada como está
intuye, esa otra forma de comprender sin que sea necesaria una explicación
racionalmente construida.
Siente que algo no va bien, percibe que el
candidato de Fidel no trabaja por Venezuela. Que existe un discurso vacío,
demagógico en el mensaje de Maduro.
Que todo es pura propaganda, que no es
original ni en la mentira, que parecen una repetición de un guion escrito hace
ya 14 años. Que esa historia se agota porque se está acabando el dinero, por
los regalos a otros países, por la corrupción de la gente del gobierno y por la
deuda con China que se lleva gran parte de la producción petrolera.
Para darse cuenta de esto no necesita
explicaciones complicadas, ve a Aristóbulo con yate, avión y una mansión y sabe
que eso no sale de un sueldo. Descubre la lista de las cuentas en dólares de los
rojos-rojitos, recuerda al antiguo mejor amigo Walid Makled, apoyado y nombrado
donde podía actuar y comienza a creer en lo que dice la Agencia Antidrogas de
Estados Unidos (DEA), sobre determinadas cuentas extranjeras en dólares.
No se puede hablar sobre cuál es el origen de
esas fortunas en millones de dólares, pero es evidente que estamos ante un caso
de corrupción, si no se pueden justificar esos ingresos.
El venezolano trae a la memoria otros
titulares: “Andorra congeló las cuentas de “personas del entorno” del
presidente de Venezuela”, “El Departamento del Tesoro ordenó congelar cuentas y
activos de tres altos funcionarios venezolanos.
El pueblo se va dando cuenta que así no
podemos continuar, que divididos, peleando y odiándonos no salimos adelante.
Que no hay futuro por ese camino, que la cuerda no da pa’ más y que está por
reventar.
Tiene el palpito que aquí hay traición, puro
halago para manipular. Que la lisonja y la palabra falsa, destinada a
aprovecharse de nuestros sentimientos, no son ni por amor ni por amistad, sino
por interés.
Comienza a distinguir para terminar por
despreciar, por que “El corazón no siente si los ojos no ven”.
Sus ojos están viendo que el dinero se va
para otros países, se da cuenta que Fidel nos tiene invadidos, escucha hablar a
los cubanos del régimen. Ve su bandera en los cuarteles y escucha el himno
extranjero, cantado por Nicolás Maduro en cadena Nacional. Entonces recuerda
“Cuando la traición te abraza, es porque el traidor camina contigo”.
Ya no se puede justificar que mientras por
las calles de los barrios venezolanos corre la sangre, aquí están ocupados en
complacer a tiranos de otras naciones, a aniquilar estaciones de televisión y a
justificar la masacre del pueblo sirio.
Voltaire decía: “No hay enemigo peor que el
que trae rostro de amigo”. Nicolás tiene apariencia inofensiva pero es dañino,
le gusta manejarse con secretos hasta que sus propias contradicciones lo
descubren.
Se presenta como nacionalista pero trabaja
para el gobierno de Cuba, se comporta con disimulo, finge ser conductor y
sindicalista pero es un topo de Fidel.
Detrás de su sonrisa ladina se descubre que
disimula y se percibe su falsedad, porque es hábil para engañar pero se enreda
en sus mentiras. Hace chistes, se burla, grita, insulta, inventa, ataca a la
persona y no debate ideas. Se impone entre los de su grupo con apoyo extranjero
y ¿después nos asombramos de que pueda ser un traidor?
Buscando sinónimos a la palabra traidor
encontré muchas. Todas
ellas me hicieron pensar en alguien que se metió en un trabajo para
conspirar desde adentro, que tenía fama de reposero, que no se levanta para ir
a su trabajo, que no pensaba en producir y serle útil a la empresa del país que
lo contrató y donde el nació, si no que se fue a formarse en otro país,
obedeciendo a los planes del invasor. Que vibra con el himno de ellos y le
gusta ponerse encima la estrella que simboliza otra nación.
Frente a eso el pueblo concluye en manos de quien estamos, por eso debe poner las esperanzas en un hombre sincero, preparado, con valores familiares, que trabaje dando la cara. Con energía y fuerza para enfrentar lo que viene. Patriota comprometido con Venezuela, que sea leal, fiel y noble con su gente. Sin dobles intenciones, sin cinismo. Sin compromisos con proyectos que no son los nuestros. Que nos tiende la mano y no el puño.
El
pueblo es sabio, tiene que cuidarse del traidor, conoce que es más fácil
esquivar la lanza que el puñal oculto.
Ex
Cónsul de Venezuela en Paris
Presidente
de Venezuela-Futura, Francia
nelsoncastellano@hotmail.com
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