El próximo 14 de abril, 2013, el pueblo venezolano se debatirá en un nuevo proceso electoral, entre dos visiones y proyectos de país, uno que busca un futuro de democracia, libertad, justicia y progreso y otro que representa el continuismo de un régimen castrista.
Tal y como expresan todos los ciudadanos
conscientes en Venezuela el próximo 14 de abril, 2013, el pueblo venezolano se
debatirá en un nuevo proceso electoral, entre dos visiones y proyectos de país,
uno que busca un futuro de democracia, libertad, justicia y progreso y otro que
representa el continuismo de un régimen castrista con el cual se pretende
aniquilar la soberanía venezolana, dar al traste con el país y transformarlo en
la provincia número 15 de Cuba.
También es necesario repetir que desde que
llegara al poder el fallecido presidente de Venezuela, hasta el presente se han
dado 19 procesos electorales y referendarios. Lamentablemente en cada uno de
ellos el régimen Castro comunista que tiene como objetivo apoderarse de
Venezuela para sobrevivir y continuar envenenando al Hemisferio Occidental ha
logrado que se ahonde el fraude electoral, mediante la acción de un Consejo
Nacional Electoral (CNE) que diseñó y adapta un sistema electoral amañado con
el que se pretende ahogar a la verdadera voluntad popular y como consecuencia
“legitimar” nuevamente a un gobierno que lo único que ha hecho es rendir la
soberanía, saquear las arcas, destruir al país en todos los órdenes, envilecer
a los ciudadanos y lograr que una comunidad internacional sin pizca de decencia
se arrime a aquellos que sin escrúpulo alguno, le ofrecen todo tipo de
prebendas con tal de que le brinden apoyo para justificar el hecho de que en
Venezuela se lleve a cabo todo aquello que no quieren para sus respectivos
países.
Veamos lo que ha representado para Venezuela
esa alianza mortal con la Cuba de los hermanos Castro:
Hoy en día el país está gobernado desde La
Habana por Raúl Castro y tiene a Nicolás Maduro, un títere ignorante e irrito,
como “presidente encargado” y candidato presidencial, por obra y gracia del
golpe de Estado Constitucional continuado llevado a cabo por el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) venezolano, corroborado por una Asamblea Nacional
(AN) que no delibera sino que conforma, por un Poder Moral que es todo lo
contrario y una Fuerza Armada, que no sirve al país y a su Constitución sino al
castrismo. Un Ministro de Defensa que públicamente y sin vergüenza alguna sale
defendiendo al Partido de gobierno y al candidato de la “revolución”
Venezuela el país más rico de Latinoamérica,
tiene una economía quebrada, PDVSA la que una vez fuera su industria insignia,
hoy en día está endeudada hasta el tuétano con los chinos. La Faja del Orinoco
regalada en pedacitos a los diferentes chulos y amigos. Plagada por la desinversión,
la descapitalización, la venta de sus activos en el exterior que representaba
una ventaja competitiva y de mercado, la falta de mantenimiento, los accidentes
laborales y ambientales. El desastre ha llegado al punto que hoy PDVSA necesita
importar de USA la gasolina que regala para el consumo interno. La corrupción
administrativa, la politización de la empresa, el desvío de los recursos que
son utilizados para acometer proyectos que nada tienen que ver con su misión de
empresa petrolera.
Con la industria básica de Guayana sucedió lo
mismo que con la petrolera estatal, la región que una vez fuera polo de
desarrollo, hoy en día está en completa ruina, no se produce la electricidad
necesaria para el país, no hay cabillas, ni aluminio, los iraníes que manejan
esas empresas implantaron un sistema esclavista que ha dado origen a una serie
de conflictos laborales y asesinatos de líderes sindicales, la región se ha
transformado en tierra de nadie y como en toda Venezuela el crimen organizado y
la violencia han tomado cuerpo de una manera alarmante.
La industria privada, la agricultura, la
producción de alimentos en un país que había alcanzado la soberanía alimentaria
han desaparecido por obra y gracia de la revolución, que tiene maestría en
confiscación, expropiación, nacionalización para luego entregárselo a rusos,
bielorusos, iraníes, chinos. En fin el robo que se le ha hecho a los
industriales, agricultores y ganaderos venezolanos ha traído como consecuencia
que el país dependa de la importación, con unos puertos y aeropuertos manejados
por cubanos, especialistas en administración para la quiebra de todo lo que
funcionaba. Después y antes que todo, su misión es robar. Por supuesto esto ha
traído como consecuencia el desabastecimiento. En la actualidad hacer un
mercado semanal en el país es una verdadera odisea, los anaqueles de los
mercados están vacíos, si se consigue pollo, no se consigue carne, no hay papel
higiénico, no hay jabón, cuando aparece un producto, desaparece otro y la gente
se pelea a puño limpio para agarrar cualquier producto que ha aparecido. Es
decir la miseria se apoderó del país rico que está siendo administrado por
aquellos que tienen el don de Midas al revés.
La infraestructura del país está en el suelo,
las carreteras, casas, edificios, hospitales, escuelas , tuberías, nombre lo
que sea que todo está derruido, sucio, sin mantenimiento, lo que da es
tristeza, las ciudades y pueblos venezolanos se parecen a Calcuta, no son ni
sombra de lo que una vez fueron.
No hay empleo, solo aquello que los
venezolanos llaman “tigritos”, un trabajito ocasional, con el que logran salvar
la semana o el mes. Los jóvenes que se gradúan de unas universidades que viven
bajo el asedio de las fuerzas destructoras de la revolución, no consiguen un
trabajo digno, por esa razón la emigración de sus mejores recursos continua en
aumento. Los asesinatos en el año 2012 llegaron a la cifra de 21.600, pero
además cometidos con una saña característica de un submundo infernal. En los
hospitales además de no tener ni siquiera gasas, hay pacientes que por falta de
camas duermen en el suelo. En Venezuela tener cáncer es morir por causa doble,
no solo a consecuencia de la terrible enfermedad, sino también de mengua. Por
no hablar de las escuelas que ofrecen cualquier cosa menos oportunidades de una
buena educación. En su afán de cubanizar al país la educación revolucionaria
quiere borrar la historia, para contarla de acuerdo con la fábula castrista.
Es hora que el candidato Capríles se
comprometa con el pueblo a cuya voluntad apela a exigir el respeto a los
derechos políticos de los venezolanos que es la única forma de conocer mediante
elecciones auténticas cual es la verdadera voluntad de los ciudadanos. El país
de todos tiene que ser recuperado. En Venezuela existe la necesidad perentoria
de recuperar su libertad y democracia, representada por la independencia de los
poderes del Estado y el respeto y cumplimiento del articulado de su
Constitución.
mechemon99@yahoo.co.uk
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