La Iglesia Católica ha sido una institución
civilizadora y edificadora de la humanidad. Son numerosos los papas protectores
de la cultura y de las artes
El nuevo Papa, el Cardenal argentino Jorge
Mario Bergoglio, hombre conocedor de las realidades de América Latina, quien ha
vivido dictaduras militares y el retorno de la democracia, posee un compromiso
con los derechos humanos, los derechos políticos y el sistema de libertades en
el mundo moderno.
En el año 2006, presentó un libro titulado
“Iglesia y democracia en la Argentina”, texto para la reflexión sobre la vida
política en su país en los últimos 25 años.
Al apreciar “la inmensa y compleja tarea que
fue el restablecimiento de la democracia en nuestra patria”, Bergoglio
reivindica el rol de la Iglesia Católica ante la sociedad como institución
“experta en la humanidad”, a la que “nada verdaderamente humano le es ajeno”.
Aun cuando la perspectiva de la Iglesia sobre
los asuntos sociales es distinta a la de las disciplinas técnicas, por el
ámbito de la fe y por el sentido que Dios le ha dado al ser humano, debe
“alumbrar la realidad”. Resultan legítimas sus posturas “referidas a la
dignidad humana o a las realidades humanas”, con la noble finalidad, según
Bergoglio, de “despertar las conciencias en orden a la consecución del bien
común”.
Considera que si bien la Iglesia no sustituye
al Estado, ni es una empresa política, no “puede ni debe quedarse al margen en
la lucha por la justicia”. Existe la obligación, como expresa Bergoglio, que
los Obispos acompañen el caminar del pueblo de nuestra patria, procurando ser
siempre punto de encuentro y de reconciliación.
“La
construcción de la democracia y de una convivencia plenamente humana es para la
Iglesia inseparable de la defensa de la vida y de la familia”. Defender los
Derechos Humanos debe considerar, según Bergoglio, "los acontecimientos
durante los gobiernos de facto como la correcta comprensión de muchos
acontecimientos ocurridos durante los gobiernos democráticos...", "lo
cual exigía en el libro la inclusión de estos documentos episcopales gestados
en aquellas horas dolorosas de nuestra historia".
Existe pues para la Iglesia “una misma
preocupación y una misma actitud ante gobiernos de distintas orientaciones
políticas”, para aplicar su doctrina social y defender al ser humano y
alcanzar, en definitiva, “una convivencia pacífica en la que se respete la
dignidad de cada ciudadano”.
La Iglesia Católica ha sido una institución
civilizadora y edificadora de la humanidad. Son numerosos los papas protectores
de la cultura y de las artes a través de la historia, y muchas veces bajo la
merced espiritual de ella el mundo renació, en fe, en saber, en progreso, al
propiciar entre los hombres la virtud y la paz.
Su doctrina social ha sido la fuente del
derecho de los trabajadores y de las naciones sin cercenar la libertad, ya que
la justicia debe alcanzarse para el bien de todos. “El secreto de la paz está
en el respeto de los derechos humanos”, indicó Juan Pablo II, inmanente a todos
los hombres sin distingos sociales, políticos y humanos, el reconocimiento de
unos y de otros en un país mejor.
El papa Francisco representa una esperanza
cierta para la humanidad.
jose felix diaz bermudez
jfd599@gmail.com
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