El martes 4 de Febrero de 1.992, un grupo de
militares ejecutó un intento de golpe de estado en Venezuela contra el entonces
presidente constitucional Carlos Andres Perez R. La intentona golpista no logró
sus objetivos y los rebeldes se rindieron. Para 1992 la situación se había
complicado y la inestabilidad de la vida política se quebranto por la asonada,
los intereses mezquinos y la falta de visión dieron su fruto en los
protagonistas del ayer.
Hoy luego de veintiún años las razones por
las cuales fueron fuente de inspiración, se asoman en la realidad política,
pero, con unos nuevos enfoques y realidades que difieren de las actuaciones
militares de entonces.
El análisis general de los catorce años de gestión,
marcados con un enfoque populista nunca visto en el país, denota un espíritu
empobrecido y una sociedad cuyo retraso socioeconómico, viene acompañado por
una relación paternalista del Estado.
Las Políticas “Neoliberales” Implementadas
entonces en el país se han convertido hoy por hoy, en suaves soplos del humo
fino del mejor tabaco cubano; ante esta realidad que azota la nación, cuya
inflación, desempleo, hambruna y la ausencia intencionada de aparatos de
producción privada, hace que la devaluación sea ahora el instrumento que sin
duda alguna como ayer tuvo que pagar el pueblo por la pésima conducción
financiera del País.
A diferencia del ayer, los ingresos per
cápita de la nación por exportación petrolera, no justifica ningún discurso que
logre darle la razón a esta suerte de forajidos y bucaneros, para haber logrado
destruir las prácticas de ahorro e inversión de los burócratas de antaño.
Además, pudiésemos incluir la destrucción institucional del Estado y su necesaria autonomía que lograría el
justo equilibrio en la vida ciudadana.
Como ayer, el descontento de los sectores
medios y bajos de las Fuerzas Armadas por los hechos de corrupción verificados
en los altos mandos militares. La subordinación de las Fuerzas Armadas ante un
liderazgo extranjero que consideran una entrega de la soberanía y la
meritocracia convertida como el ayer, a un “culto” inmoral, común y al mismo
estilo del patrioterismo cubano.
La utilización de las Fuerzas Armadas, en
particular del Ejército y de la Guardia Nacional, la creación y legalización de
las milicias revolucionarias, que gracia a Dios no pasan de ser unos becados
más del populismo existente. Mellan constantemente la moral del sector, cuyas
familias no gozan de los privilegios del generalato y sus condiciones se
empobrecen al igual que la sociedad en general.
A diferencia de antes, tenemos la moral
lograda con sacrificios y muertes, la existencia de artículos constitucionales
que favorecen la reacción nacional, como LA determinación de un pueblo lograra
sin duda alguna vencer la incertidumbre gubernamental y ponerle fin a este
símbolo de muerte del 4 de febrero. La valentía, será como ayer, el símbolo de
la gallardía del espíritu y la libertad obtenida en otros tiempos, sea un 23 de
enero, un octubre 26, entre otras.
…Manos a la Obra!
joseponschene@hotmail.com
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