El populismo
-según nos dice Wikipedia- es un “término político para designar
corrientes heterogéneas pero caracterizadas por su aversión discursiva o real a
las élites económicas e intelectuales, su rechazo de los partidos tradicionales
(institucionales e ideológicas), su denuncia de la corrupción política por
parte de las clases privilegiadas y su constante apelación al “pueblo” " como fuente del poder. Los
personajes populistas se caracterizan porque afirman enfocarse en el pueblo y
velar por éste.”
Y nosotros preguntamos: ¿No es esto lo que
han estado haciendo los gobiernos de Chávez en Venezuela, la Vda. de Kirchner
en Argentina, el demagogo de Morales en Bolivia, el patán de Correa en Ecuador
y el “yes man” de Ortega en Nicaragua
En nuestra región el populismo se ha diseminado como una plaga,
los cinco países antes mencionados cayeron en la trampa de su irresponsable
oferta, a esta clase de populismo Mauricio Herrera -un escritor Chileno- lo llamó
“populismo payaso y subdesarrollado”.
Este escritor, en un artículo titulado “El
populismo y la crisis” nos cuenta que
fue invitado a Perú por la
Fundación Internacional para la Libertad
a dar una conferencia y allí explicó: “Mi ponencia sobre el populismo del
Estado del Bienestar o Benefactor sorprendió a un público que pensaba que la
desdicha del populismo era una exclusividad latinoamericana. Acostumbrados al populismo
payaso y subdesarrollado de los caudillos iberoamericanos, a las estridencias
chabacanas de un Perón o un Chávez, con su personalismo autoritario y errático,
no habían imaginado que podía existir otro populismo, un populismo de país
desarrollado, más impersonal y menos aparatoso pero, en el fondo, igualmente
destructivo. Menos aún podían imaginar que justamente ese populismo serio
estaba en la raíz de la actual crisis europea.”
Y en el mismo escrito agregaba:
“Esencialmente, el populismo consiste en crear una ilusión de progreso y
bienestar sobre la base de un uso irresponsable e insostenible del poder y los
recursos públicos. Eso fue lo que hizo, por ejemplo, Perón en Argentina,
gastándose las grandes reservas de divisas que había acumulado el país durante
la II Guerra Mundial y derrochando su riqueza agraria. Eso es lo que ha hecho
Chávez en Venezuela, gracias a los petrodólares. En suma, pan y circo, como en
los viejos tiempos.”
Pero a la par de este populismo -nos dice
Herrera en su artículo. “Hay otra manera de fabricar la ilusión populista.
Desde hace ya algunas décadas, diversos países de Europa Occidental vienen
desarrollando un Estado, llamado "del Bienestar" o
"Benefactor", que promete a la gente un presente y un futuro de
bienestar y seguridad y genera una sociedad de los derechos, que siempre van a
más, que siempre son más generosos, y que permiten a la ciudadanía trabajar
menos, jubilarse antes y hacer San Lunes cada dos semanas; en suma, ser felices
y comer perdices todos los días. Los ciudadanos se creyeron el cuento. Se
dejaron alegremente embaucar, como si el Estado o los políticos de turno
tuviesen, tal como los caudillos iberoamericanos, una varita mágica que les
permitiese convertir en realidad tanto derecho a vivir mejor con menos esfuerzo.”
http://revista.libertaddigital.com/el-populismo-y-la-crisis-1276240044.html
Con estos comentarios no nos queda otra cosa
a los ciudadanos de todos nuestros países concientizarnos sobre el tema, estar
alertas y señalar cuantas veces sea necesario lo que puede suceder, porque está
visto que al final de cuentas “la jarana saldrá a la cara”
carlosvilcheznavamuel@gmail.com
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