LA
USURPADORA
Dolores
no llega a posesionarse de la Casa Presidencial de Turiamo simplemente por un
escrúpulo menor: no quiere que alguien piense que manda más de lo que manda.
Por eso se instala al otro lado de la bahía donde su andar tiene fama y cada
uno de sus atrevimientos tiene el impacto de un golpe de estado en caliente.
Viene al trote con unos pantalones cortísimos que dejan a la intemperie sus
preciosas piernas y relumbran por su sensual transpiración, mientras que su
retaguardia embriagadora mantiene el ritmo de la marcha trotona de los
Cazadores del Ejército. Su franela, húmeda, adosada a su torso batallador,
libera unos hombros carentes de ángulos desde donde descienden brazos cuidados,
hermoseados con las prácticas de judo y de tiro, que concluyen en manos
potentes, de dedos largos y poderosos; con uñas rosadas, cortas, adolescentes.
La
Armada adora a Dolores y no hay almirante que no rinda su flota ante su
presencia; además la admiran porque la muy bicha no se cuida de pregonar la
pésima opinión que tiene de Molero Bellavia, el Ministro, lo que la hace más
popular dentro de los marinos. Siempre recuerda que este Almirante es casi el
último de su promoción y que su máximo esfuerzo ha sido esa conversión forzada
al chavismo, abyección premiada un Jefe ido.
Noto
que cuando se acerca viene envuelta en nieblas de tristeza. No es para menos,
dada la situación en la que reposa ese amor siempre desencontrado que dice que
yace en una cama de La Habana. "También Hugo habría preferido otra
muerte", deja escapar como prólogo a nuestro encuentro.
NOTICIAS
DEL IMPERIO.
Nos
acercamos a la casa vacacional del Comandante de la Base, donde nos espera un
notable hervido de rabo -¡qué otra cosa podía ser!- que, en alusión dialéctica,
se ofrece a la exquisita camarada. Me cuenta de la reunión con Diosdado:
"Ustedes no han captado la naturaleza del juego. Se han metido a buscar lo
que no se les ha perdido y han terminado promoviendo -¡quién lo iba a pensar!-
a nuestro jefe militar. El Raúl Castro de nosotros, pues". Ante mi intento
de argumentación, sonríe y apura el trago de Chivas de 25 años, con agua de
coco; cuando observo la combinación de líquidos aristocráticos y plebeyos,
murmura: "Es mi pequeña contribución a la ordinariez, que tiene sus
momentos Kodak".
-Se
han equivocado con Diosdado. El no quiere la Presidencia; él quiere el poder.
Está donde quiere estar. Mientras Nicolás no puede mover ni un dedo, ni cambiar
a nadie, ni darle órdenes a nadie, Diosdado en los hechos es el Comandante en
Jefe de la FANB.
-No
creo mucho en esta tesis- digo -A nadie le disgusta ser presidente y el
problema de Cabello es que los cubanos no lo quieren bien.
-Los
cubanos adoran a Hugo, o lo adoraban. Y él a ellos. No le daban órdenes pero lo
convencían y él cumplía implacablemente los acuerdos con ellos. Con Nicolás es
diferente: a Raúl y a Ramiro no les importa si el Vice está convencido o no,
sino que le dan órdenes que acepta porque no tiene opción, no posee apoyo en
parte alguna. Si no obedece carece de existencia material y política. Con
Diosdado es distinto...
-¿Por
qué?, deslizo; sé que la camarada no parará de hablar ni de relamerse su grato
bebitivo.
-Fíjate
lo que ocurrió el jueves pasado, el famoso 10E. Sin que Nicolás supiera,
Diosdado ordenó a la Fuerza Aérea que volaran los Sukhoi rusos. Cuando rugieron
"los paladines insomnes (aunque averiados) del espacio soberano", el
susto de Maduro y la sonrisa de los aviadores fue muestra de cómo están los
equilibrios.
¿POR QUÉ NO
DIO LA PELEA?.
La camarada pasa a comerse un par de parguitos
frescos "al grill", como le encanta decir, mientras observo su
cirugía gastronómica, tan perfecta como sus manos. Nadie habría pensado que uno
de esos dedos aprieta gatillos y alguna vez disparó sobre un ser humano; no lo
liquidó pero estableció jerarquías, por la época del Caracazo...
Diosdado,
insiste Dolores, va a dejarse abrazar por Nicolás todo lo que él quiera pero se
ha propuesto hacer de la AN una fuente de gobierno ejecutivo y no cede el mando
militar. Antes tenía influencia sobre los oficiales, ahora es su superior.
"Todo lo demás es poesía", afirma sin que se sepa si su afirmación es
un elogio a la poesía o una desestimación de su practicidad. "Y con él no
hay cubano que valga... quiere sacarse varias espinitas, entre otras la de que
el entorno de Maduro le tiene el nombre-código de 'el enano', que le resulta
insoportable".
-Gente
mía, dice, asistió a una reunión en la que el pequeño jefe aseguró que él no
aceptaría la Presidencia sin hacer cambios importantes.
-¿Cómo
cuáles?, inquiero.
-Devolvería
a Nicolás a la Cancillería y nombraría a Jesse Chacón como Vicepresidente.
EL RIESGO.
Pienso
que Dolores tiene mentalidad crítica pero está obnubilada o, como dice el
Ministro Almirante, "obnibulada". Lo que han hecho es un desastre, le
argumento. Ustedes se dan cuenta que han impuesto un Presidente que no tiene ni
un solo voto a cuestas. Que si se relata en cualquier parte que hay un país en
el cual se acaba de encargar un Presidente que había cesado en la función
pública y que no ha recibido un solo voto, todo el mundo asumiría que es un
golpe de estado. Pero ella, con su sonrisa de bruja de Blanca Nieves, me cuenta
que la solución les llegó del Sur. Pepe Mujica, presidente uruguayo, les dijo
que por qué no hacían lo que era obvio: un referéndum aprobatorio, para que el
soberano confirmara las disposiciones de los cubanos, de Chávez, del PSUV y de
los aliados. En ese caso, todo el tema de la falta temporal o absoluta
desaparecería porque el referéndum sería para aprobar el gobierno tal como está
constituido hoy, hasta que se presentaran condiciones para nuevas elecciones
sobre las cuales deberían ponerse de acuerdo Maduro y Cabello, los
cogobernantes. La usurpadora, la revolución usurpadora, recibiría así -piensan-
un nuevo bautismo de masas.
CIUDAD DE
DESPEDIDAS.
Nos
despedimos. El ambiente ensombrecido. El llanto demorado de la camarada
reaparece. "Esta revolución se acabó hace rato". Desde cuándo,
pregunto. "Desde que los jefes de hoy tienen en sus muñecas relojes de más
de 3 millones de dólares, Vacheron Constantin... Se los dan sus amigos a cambio
del alma". "Sin embargo -me dice- todavía hay un misterio sobre el
cual no te voy a hablar hoy: se trata de la familia... " Ante mi mirada
sorprendida continúa: "Hugo siempre pensó que los únicos que le serían
fieles hasta más allá de su vida eran sus familiares... No pudo catapultar a
Adán, su inspirador y jefe político por años, ni le dio tiempo de hacerlo con
su descendencia". Prosigue: ¿No te parece demasiado sonoro el silencio
familiar?
@carlosblancog
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