viernes, 26 de octubre de 2012

ANÍBAL ROMERO, ROUSSEAU RESUCITÓ

El llamado “Socialismo del siglo XXI” es un delirio que combina al cacique Guaicaipuro con Rockefeller. Por un lado, el Presidente Chávez exige que se acelere la Ley de Comunas, y asegura que en torno al Palacio de Miraflores “ya debería haber una Comuna”. De otro lado, sin embargo, el régimen se sustenta en el más grotesco populismo, en las dadivas a los pobres acompañadas del enriquecimiento sin límites de una voraz plutocracia, conocida como “boliburguesía”.

Vuelta al Pasado, Oleo de Andrés Bestard Maggio
Artista plástico

Ni sociólogos ni politólogos somos los indicados para diagnosticar la patología de nuestra sociedad. Esta es tarea para antropólogos y siquiatras. El problema es complejo, pues deriva de una fijación, por parte del propio jefe del Estado y líder de la “revolución”, con la imagen borrosa y obsesiva de una especie de sociedad primitiva, de un retorno a lo tribal, de un mundo sencillo de recolectores viviendo en armonía con una naturaleza impoluta.
Debemos armar el rompecabezas de propuestas seriamente formuladas por Chávez a lo largo de estos años, y recordar el trueque (plátanos por cebollas, por ejemplo), los gallineros verticales, la ruta de la empanada, los conucos o bohíos, las Comunas y la limpieza del río Guaire, entre otros elementos constitutivos de la feliz y utópica Arcadia que, en medio de sus diatribas, agresiones e insultos, pareciera invadir los sueños presidenciales.
En esa idílica sociedad, sin dinero ni conflictos, las dóciles y laboriosas mujeres irían (cabe imaginarlo) a lavar las ropas de la familia en las prístinas aguas del Guaire, en tanto los rústicos pero purificados “hombres nuevos” se ocuparían de labrar los campos e intercambiar sus humildes pero nutritivos productos, todo ello por supuesto sin la intervención de los condenables egoísmos capitalistas y las nefastas influencias de la cultura imperial.
Cuando se realicen, más adelante, investigaciones acerca del extraño delirio que mueve a la sociedad venezolana estos tiempos, será indispensable analizar este aspecto, que nos lleva a los terrenos de los mitos de origen, del realismo mágico, de los instintos profundos de carácter tribal heredados de nuestros milenarios ancestros, cuando la especie humana vagaba por inmensos espacios en grupos reducidos, intentando explicarse el sentido de su orfandad cósmica.
Resulta imposible comprender a Chávez sin tomar en cuenta ese sueño arcaico, su obsesión comunal, y su incapacidad autocrítica para captar la verdad, dolorosa y corrupta, de su “revolución” boliburguesa. Todo esto pertenece a los dominios de la psicología profunda y la literatura, de lo que parece intangible pero nos dirige hacia las motivaciones fundamentales de ciertos procesos históricos.
En ese orden de ideas, debo corregirme y decir que sí existe espacio para la intervención de los teóricos políticos en el proceso de análisis de la utopía comunal. 
Es patente la huella de los dislates de Rousseau en todo esto. No afirmo que el Presidente sea un experto en los vericuetos del Contrato social. No lo sé. Pero la influencia de Rousseau es muy amplia y etérea. Hasta la febril mente de Bolívar generó quimeras, a raíz de las ofuscaciones y extravíos del ginebrino. Y Chávez los repite a su manera, sin percatarse de que la utopía rousseauniana estaba concebida para una ciudad de Ginebra con seis mil habitantes.
Las Comunas del Presidente Chávez pertenecen a una muy arraigada tradición del pensamiento político; son una mezcla de anarquismo regulado con primitivismo económico. América Latina no se entiende sin tales regresiones al pasado remoto, y Chávez tampoco.

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

THAELMAN URGELLES, ES URGENTE ATENDER LAS CONDICIONES ELECTORALES

Ahora que millones de electores tienen historias sobre ventajismos, atropellos, trampas y argucias de todo tipo en las elecciones presidenciales -practicadas por el presidente, su gobierno, el PSUV y algunos militares con la abierta complicidad del CNE- resulta insólito que algunos dirigentes políticos y articulistas insistan en disminuir y banalizar el tema, algunos con actitudes francamente ofensivas hacia quienes exigen mayores controles sobre tales abusos y una conducta más vigilante de parte de la MUD y los candidatos.
He sido de quienes han polemizado con mayor franqueza con aquellos compatriotas opositores que colocan la hipótesis de fraude en el centro de todo esfuerzo electoral. Durante todos estos meses les exigí subordinar sus planteamientos a la tarea de buscar el voto y evitar el escepticismo con el acto electoral, porque el mismo conduciría a la abstención. Hoy -sin necesariamente retractarme de aquellas posiciones, pero visto lo acontecido durante la “trampaña electoral” chavista y sobre todo el día de las votaciones- he de reconocer una considerable porción de validez en los llamamientos de varias organizaciones ciudadanas y voceros particulares hacia la exigencia de mayor equidad, confiabilidad y transparencia en todos los aspectos concernidos en el proceso electoral.
Hoy día el clamor por tales exigencias rebasa con creces a esas organizaciones e individuos. Son millones los venezolanos insatisfechos por la manera desigual y técnicamente opaca como se desarrollaron tanto la campaña como las votaciones. Corresponde a los dirigentes políticos dar respuesta a ese clamor, porque esta vez la culpa de la tendencia abstencionista se ha colocado del lado de quienes ignoren su deber de luchar con firmeza por unas condiciones electorales menos humillantes y sesgadas de lo que hoy tenemos.
Nadie es aquí tan ingenuo para esperar que en el contexto paradictatorial que nos envuelve tendremos unas elecciones totalmente limpias, transparentes y democráticas. Pero es indudable que una denuncia sustanciada de tales excesos y la exigencia unida de mejores condiciones, formulada con determinación y en escala nacional e internacional, lograría contener y limitar en alguna medida la hiperbólica tramposería de la que estamos siendo víctimas los electores venezolanos de todas las ubicaciones políticas.
No será fácil el encuentro de una posición unida en torno a este vital asunto. La diversidad y desigualdad de las hipótesis, énfasis y soluciones que se barajan en los distintos grupos, especialistas y organizaciones partidistas –algunas claramente descabelladas- dará lugar a un complejo debate para alcanzar un pliego común de denuncias y exigencias concretas en la materia. Pero tal dificultad no descalifica la urgencia de tal esfuerzo.
Sugiero a las organizaciones civiles que se ocupan del tema electoral que inicien de inmediato un camino de encuentro en ese sentido. Las exigencias mínimas que acaba de publicar el Grupo la Colina, las investigaciones presentadas por Esdata y las propuestas de Luis M. Aguana, entre otras, junto al acopio de miles de denuncias y testimonios de electores comunes, son un punto de partida idóneo para tal propósito.
Resulta criminal que estas legítimas preocupaciones reciban el tratamiento arrogante y socarrón que algunos insisten en prodigarle por estos días.
@TUrgelles

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

JOSE ERNESTO PONS BRIÑEZ, ES NECESARIO ESCUCHAR TODAS LAS VOCES

El liderazgo político regional debe ser capaz de movilizar a la gente aún diciéndole la naturaleza perversa de los obstáculos que deben ser superados antes del 16 de diciembre, si bien sabemos que ser dirigente, no es ser líder; entonces se debe asumir el liderazgo social que no desea poseer un gobierno regional o local en manos de los contrarios a pesar de no ser tan eficiente en resolver los problemas o en mostrar obras de gobierno coherente con las realidades.

Si bien nadie, en su sano juicio, niega la importancia de votar el 16 de diciembre, hay en cambio de discrepancias sobre cómo debe reaccionar la oposición frente a los resultados del 70. Como estas han generado una profunda necesidad de interactuar con más inteligencia las necesidades de compromiso, motivación y acciones contundentes para así establecer un compromiso necesario con los factores y el electorado que es el auténtico mandante con: Inclusión, participación, creatividad y desarrollo.

Cada región tiene sus pormenores, de lo cual cada quién sabe cuáles son sus compromisos, ofertados o no, pero necesarios en cada localidad por todos los elementos que intervienen y de los cuales todos hacen falta para la suma en las urnas electorales. Por lo menos así las escuelas electorales exitosas nos han indicado el camino a transitar.

En particular creemos que el pueblo venezolano ha crecido en estos últimos años y sus convicciones son más firmes sea el que fuere su posición en el espectro político. Como también los analistas, sugieren que desde el 2004, el gobierno vienen manejando una población “flotante de electores” que ha bien puede utilizar cuando así lo requiera ganar las elecciones. Ahora en las regiones  seguramente lo sabrán utilizar

En esta recta que recién inicia no hay que temer enfrentar a su electorado natural con la verdad por delante, aunque esta, en algunos casos, no sea agradable de decir. Por lo menos al Presidente de Venezuela le ha dado muy buenos resultados; Si las estrategias nunca se han utilizado pues es momento para hacerlo ya que luego es tarde, no para a los gobernantes dejen de serlo únicamente, sino, para aquella población de su partido que dependen de esta instituciones para poder vivir y trabajar honestamente para darle la seguridad a sus seres queridos.

Según afirma el editorial de Alcalá en días reciente, “El liderazgo debe ser capaz de movilizar a la gente aún diciéndole la naturaleza perversa de los obstáculos que deben ser superados. Nadie quiere ir a una nueva batalla con una venda en los ojos; eso no implica que conocer la naturaleza  y los aspectos fraudulentos del proceso electoral venezolano sean razones suficientes para botar tierrita y no jugar más”.

Finalmente, cambiamos las formas o nos cambian. Esta afirmación se realiza en los patrios del análisis racional y técnico que nos permite en tender que luego de a los siendo gobierneros a muchos le llega el desgaste habitual o se plasma el principio de Peter, de la ineficiencia por cansancio, lo cual nos permite visualizar lo poco que se ha hecho y lo mucho que se pudo haber hecho en las políticas y acciones regionales o locales. 


EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,