RUBÉN CONTRERAS, ENTRE LA PENA AJENA Y EL DOLOR HUMANO

Ya debatidos los resultados electorales y escuchadas las más diversas opiniones, acerca de lo acontecido ese fatídico 7 de octubre en Venezuela, empezamos a lucubrar acerca de el raro comportamiento de muchos venezolanos ese día.

Obviamente que cuesta digerir y asimilar los esos resultados, especialmente después de escuchar versiones y opiniones de gente ubicada en los diferentes refugios de damnificados y de buena parte del funcionariado público existente en el país, ya que por ese comportamiento inducido y chantajeado por los diversos organismos del estado venezolano, nos dejan entrever que su dignificación cada día se aleja más.

Fue aberrante escuchar a muchas de esas personas contar las visitas de los funcionarios de la misión vivienda, coaccionándoles a asistir a los centros de votación a sufragar por el comandante, ya que de ganar Capriles, este no les daría la vivienda asignada. Luego los coordinadores de los puntos rojos haciendo el mismo llamado y presionando para que no se quedaran sin votar porque de lo contrario los sacarían del refugio. A esto también se suma la visita de integrantes del la fuerza armada bolivariana,  como fue el caso del refugio ubicado en el CANES, en Catia La Mar, conminando a estos refugiados a ir a votar y no equivocarse, ya que el gobierno sabía por quien debía votar, es decir le dejaban entrever que el voto no es secreto.

Igualmente la intimidación de los superiores jerárquicos, en los distintos niveles de la administración  fue traumatico, como el caso de la ministra de transporte acuático y aéreo, cuando visitó las instalaciones del terminal marítimo de La Guayra los primeros días de octubre y les dio una arenga a todos los trabajadores reunidos en las oficinas del ente, coaccionándolos e intimidando a buena parte de ese personal, y también repartiendo dinero, tanto en efectivo como en cesta tickets, para que votaran por el comandante y así mantener las conquistas de la revolución.

Es difícil de entender este proceder por un presidente que habla en los foros internacionales de dignificar y enaltecer a un  pueblo, y a su vez utiliza a escritores tarifados como el francés  Ramonet, para vender ante el mundo un paraíso terrenal que no existe, ya que lo que se está viviendo en nuestro país es como un  purgatorio, o la antesala del infierno. Recordemos lo que dicen los estudiosos que el infierno y el color del diablo, son rojos.

Lo preocupante de esta situación, es que esas personas que actuaron como borregos inducidos, son los que cada día manifiestan, protestan y  piden a gritos que le solucionen sus problemas elementales, ya que sus niveles de vida son los más cercanos a la pobreza crítica, es decir están depauperados. Esos son los que asisten a las diversas misiones, sea Robinson, Ribas, Sucre, el saber y crecer, la del trabajo, barrio adentro, madres del barrio, adolescentes preñadas  y otras, en las cuales les dan y orientan con  el casette, acerca de lo pernicioso que es el deseo de superación en cuanto e elevar y crecer como ciudadano, con  deseos de ser primer mundo, ya que el  Socialismo del siglo XXI, es la igualdad hacia abajo, para arriba nada.

Es preocupante esta situación que ya creíamos superada, debido a que cuando se aprobó la constitución de 1947, el hombre y la mujer venezolana, que hasta ese momento no podían ejercer su  derecho al voto, ya que las elecciones en Venezuela eran censitarias, lograron la libertad plena de sus derechos como ciudadanos, es decir la independencia de decidir su destino, recordemos que solo votaban los hombres que sabían leer mayores de 21 años; y ahora un gobierno que se dice revolucionario, se los conculca y reprime de la manera más vil siguiendo las máximas de Maquiavelo, “El fin justifica Los medios”.

Como decía Luis Herrera Campins, preparemos que lo que viene es joropo, y esto lo decimos debido a que este gobierno tiene 14 años sumiendo a Venezuela en el mayor atraso y oscurantismo de toda su historia, y los efectos tangibles de los resultados educativos  del gobierno los vemos cuando al pueblo no se le permite su derecho a pensar y se le dogmatiza y coarta a un estado mental y físico, de pobreza y mendicidad.

Esa no es la Venezuela que queremos y seguiremos trabajando por cambiar las cosas, con nuestro tesón para abrir el camino.

 rubencontrerasg@gmail.com

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