jueves, 22 de noviembre de 2012

MANUEL MALAVER, MIRANDA, CARABOBO Y ZULIA: LAS JOYAS DE LA OPOSICIÓN QUE NECESITA EL CHAVISMO

Para dar unos datos simples: Miranda, Carabobo y Zulia concentran el 29, 02 por ciento del total de la densidad demográfica del país (Miranda: 3.028.965 habs. Carabobo: Carabobo: 2.245.744 habs) (Zulia: 3.704.404 habs) del total 28 millones, 946 mil , 101 habs según el último censo); el 30, 69 por ciento del patrón electoral ( Miranda, 1.950.657 electores; Carabobo: 1.516.240 electores y Zulia: 2.334.529 electores de un total de 18.903.143 según el REP oficializado por el CNE y un componente social de clase media y baja que los hace inmunes a la demagogia chavista.


No es que el resto de los 20 estados no sean necesarios para cualquier proyecto con vocación neototalitaria que pretenda enseñorearse del país, sino que, al no tomar los tres bastiones que concentran la mayor riqueza, densidad demográfica, patrón electoral y poder político y militar podría decirse que lo lograría a medias.


Verdad del tamaño de un templo que solo aprenden quienes la sufren y se apresuran a corregir en cuanto el enemigo que juzgan usurpador se descuida y deja abiertas puertas y ventanas para el arrebato.


Empezó a sufrirla el oficialismo después de las elecciones para gobernadores del 23 de noviembre del 2008, cuando una oposición democrática en ascenso desalojó a Diosdado Cabello de Miranda y entronizó a Henrique Capriles Radonski, derrotó a dos candidatos chavistas en Carabobo e impuso a Henrique Salas Feo y mantuvo el Zulia con la golpiza que Pablo Pérez le aplicó a Gian Carlo Di Martino.
Pero que ahora podría tocarle experimentar a la oposición si no se apresura a hacer las estrategias y tareas que requiere para triunfar y validar el paradigma de política que mantiene viva la esperanza de un regreso de la democracia y la inestabilidad y desajustes que impiden la consolidación del chavismo: Venezuela es un país irremediablemente dividido en dos mitades, y cualquier suceso que implique la prevalencia de uno de los dos, no significa necesariamente que llegó para quedarse.
Para ello son irreemplazables tareas urgentes para superar el trauma de la derrota en las presidenciales del 7-O, sin restarle importancia, claro está, pero sin dejar deslizar la idea de que, ganar la presidencia de la República, es pasar a convertirse en el dueño absoluto del país, siendo que, lo que queda de descentralización, y la elección de alcaldes y gobernadores, permiten un contrapeso de poderes donde la lucha se hace más aguda según la cuota de poder se incline de un lado u otro.
En este orden, nada más importante que exorcizar el fantasma de la abstención, que en elecciones donde no está en juego la cabeza del Poder Ejecutivo suele ser abultada, pero que en circunstancias en que la derrota opositora está fresca, y la explicación a las fallas que la proporcionaron no ha encontrado una dirigencia opositora serena que explicara por qué ahora el chavismo si jugó limpio y nos derrotó porque aún no somos mayoría, sino que lanzó a una suerte de pandilla de fiscales Vichinski a llamar “perros sarnosos” y “víboras venenosas” a cualquiera que dudara de la honestidad de Hugo Chávez y Tibisay Lucena, puede hacer estragos.
Panorama no precisamente alentador que, de todas maneras, no las hace tiernamente fáciles para el chavismo “conquistador” que tiene que desatar vínculos y lazos de cuatro y más años entre una oposición cuyos gobernadores se fajaron, y un electorado habituado a acompañarlos en la ímproba batalla de enfrentar el boicot oficialista, mientras se hacía obra buena para el pueblo.
Son las imágenes de un Henrique Capriles en el lodo, el barrial y los torrentes en las inundaciones de finales del 2010, en tanto Chávez recorría la zona en una cómoda 4×4 último modelo, o las de un Salas Feo luchando brazo a brazo con la policía de Carabobo contra la intrusión del narcotráfico en el estado, o la de Pablo Pérez en el Zulia con sus programas de becas escolares y universitarias y en guerra contra los invasores profesionales que han sido enviados a devastar la economía regional más productiva del país.
Pero más allá de Miranda, Carabobo y Zulia está el hecho de que, no en Caracas y el área metropolitana, sino en el interior del país es donde el chavismo deja muestras más contundentes de su histeria destructora, con ciudades, pueblos y campos donde el servicio eléctrico prácticamente ha desaparecido, la vida ha pasado a ser un lujo porque si no se muere por la acción del hampa puede fallecerse de mengua en un hospital, las pocas escuelas que existen se derrumban para no reconstruirse, y la vialidad de cualquier tipo es un recuerdo que apenas se reconoce en veredas y trochas.
Y ni hablar de la corrupción, extendida como una peste sin alivio ni control, con inmensas fortunas surgidas al amparo del poco gobierno, del dispendio y el despilfarro que generan la incompetencia y el voluntarismo, y una voracidad sin medida por la riqueza fácil y cuantiosa que repite el fenómeno universal de las élites emergentes que surgen cuando hay un proyecto político usurpador y al margen de la ley que las auspicia y alienta.
De los estados vienen la quiebra de las empresas públicas y privadas de Guayana, el desastre ecológico del río Guarapiche, el derrumbe del Puente de Cúpira, las inundaciones de Cumanacoa, el incendio de las Refinerías de Amuay y El Palito, y tanta desgracia, muerte, violencia y destrucción nacida por la acción del narcotráfico, el terrorismo, los secuestros y las vacunas que suceden en todo el territorio nacional y la revolución chavista asume como parte de una guerra civil no declarada.
De los estados vienen también los nombres de los Rangel Gómez, Carrizalez, Adán Chávez, Castro Soteldo, Yelitza Santaella, García Carneiro, Estela Lugo, y, sobre todo, los de Elías Jaua, Francisco Ameliach y Arias Cárdenas que llegan a garantizar que el absolutismo de la dictadura neototalitaria castrochavista se instaure sobre las ruinas de toda Venezuela.
Porque sin Miranda, Carabobo y Zulia, no es que el neototalitarismo se hará imposible, sino que nunca se sentará sobre pilares que no se harán añicos en las primeras crecidas de un auge opositor que puede preverse arrasador y deslumbrante como el reventón del Pozo La Rosa, el relámpago del Catatumbo y las crecidas del Orinoco, el Arauca y el Apure.
En cuanto a la oposición, debe enterarse (por si no lo sabía) que se trata de una guerra o batalla estratégica de la cual depende, en todos los plazos, la salud de la democracia y sin cuyos recursos se haría inmensamente más difícil y cuesta arriba recuperarla.
Para dar unos datos simples: Miranda, Carabobo y Zulia concentran el 29, 02 por ciento del total de la densidad demográfica del país (Miranda: 3.028.965 habs. Carabobo: Carabobo: 2.245.744 habs) (Zulia: 3.704.404 habs) del total 28 millones, 946 mil , 101 habs según el último censo); el 30, 69 por ciento del patrón electoral ( Miranda, 1.950.657 electores; Carabobo: 1.516.240 electores y Zulia: 2.334.529 electores de un total de 18.903.143 según el REP oficializado por el CNE y un componente social de clase media y baja que los hace inmunes a la demagogia chavista.
Pero hay más, mucho más: el Zulia continúa a la cabeza de la producción de crudo en el país con un 46, 6 por ciento del total de la producción nacional, y lidera en la producción de leche, petroquímicos y carbón.
En cuanto a Carabobo, si bien la revolución chavista ha golpeado su otrora poderosa planta industrial, es sede de Puerto Cabello, el principal puerto del país, y de su capital Valencia se dice que en los últimos años pasó a ser el centro de las operaciones del narcotráfico, que sube del sur y se distribuye a Oriente, vía Guárico, y a Caracas, vía el estado Aragua.
En cuanto al comercio ilícito internacional que se hace a través de la delincuencia organizada y que incluye intercambio de drogas, armas, uranio, inmigración ilegal, y entrada y egreso de operadores de distintos oficios como pueden ser mercenarios, paramilitares y terroristas, igualmente se sostiene que tiene en Puerto Cabello su estación principal que resguardan funcionarios cubanos y la flor y nada de los servicios de inteligencia globales establecidos en el país.
Por último está el estado Miranda, único acceso vial desde el centro al Oriente del país, con más de 4 municipios del Este de Caracas integrados a su territorio, y una planta industrial y comercial que puede aún señalarse como un residuo robusto de lo que fue la otrora poderosa economía privada.
En lo que se refiere a poderío militar, no exagero al establecer que concentran mas del 50 por ciento del apresto operativo de la FAN y que sin sus comandos, brigadas, divisiones, cuarteles instalaciones y pertrechos es imposible imponer, ni defender a ningún gobierno en Venezuela.
Mensaje este último que dejo sobre todo a la dirigencia opositora y a los votantes democráticos, ya que si no hacen su trabajo el próximo 16 de diciembre, le estarán asestando una herida difícil de curar a la amenazada Venezuela.

manumalm912@cantv.net

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