sábado, 17 de noviembre de 2012

FERNANDO FACCHIN B, CONVICCION SOCIALDEMOCRATA,


Soy de convicción socialdemócrata y por eso votaré por la tarjeta blanca para gobernador, reservándome el voto a la CLEC por la nominalidad.
Uno de los partidos, formados en la primera mitad del siglo XX, con mayor importancia en la historia del país es sin duda AD, durante su larga vida ha interpretado la realidad venezolana y ha sido el vocero más cabal de las aspiraciones del colectivo nacional.  

El 13 de septiembre de 1941se efectuó
en el Nuevo Circo de Caracas
una gran concentración:
AD, desde su creación asumió la responsabilidad de emprender una lucha social hacia la transformación democrática del país. AD es un factor fundamental del sistema político democrático venezolano.

Estamos viviendo una etapa dialéctica de crisis, transformación y replanteamiento de las formas de representación política y las banderas de esta etapa deben ser asumidas por AD, en sus manos está la responsabilidad de devolver a los venezolanos la confianza socialdemócrata, se requiere un partido líder, capaz de marcar un punto de quiebre frente el pasado chavista y la esperanza de los venezolanos de encontrar definitivamente el camino de la libertad y el bienestar que nos merecemos.
Votar por la tarjeta blanca para la gobernación, nos permite obligar a restablecer el equilibrio necesario para que funcione la alternabilidad en Carabobo. AD, considerada una de las fuerzas más serias de la socialdemocracia latinoamericana y nacional, debe tomar las iniciativas sobre la participación y la unidad regional. Las ideologías no desaparecen, se modernizan, radican en el consciente de los hombres que las conocen; los que creemos en la ideología socialdemócrata, solo contamos con la consciencia social y política de los ciudadanos. 
El país vive una falta de creatividad para proponer opciones que nos lleven a innovar, opciones distintas a las planteadas hasta hoy por el camino del SXXI . Los seres humanos tenemos la posibilidad de encontrar soluciones; no se puede afirmar que no haya opciones, las hay y deben de construirse en colectivo; no debemos permitir que Carabobo vaya por el camino del caos y la anarquía, por el contrario, existen muchos recursos para salir adelante y podemos lograrlo respetando los pocos espacios democráticos de las gobernaciones y recuperando otros por medio del voto masivo el 16D, lo que le falta es que en el plano colectivo se superen los interés particulares y las contradicciones para trascender a los intereses generales de Carabobo, para lo cual se requiere de un liderazgo partidista adecuado que conduzca el proceso y alcance los acuerdos necesarios. 
Es tiempo de construir, ya no de aclarar lo que fue o no aclarado, de aportar ideas, de construir el Carabobo que nos duele, el de las próximas generaciones, AD y un equipo remozado puede constituirse en el motor del liderazgo regional y estoy seguro que rápidamente empezará a dar sus frutos, así podremos construir un Carabobo mejor. Seamos parte de la solución y no de la contradicción. Hay esperanzas. De Daisaku Ikeda leí: “En la adversidad, es necesario clamar: ¡Esperanza! ¡Esperanza! ¡Y esperanza una vez más!”. Este fue el mensaje que el escritor Víctor Hugo envió desde el lugar de exilio a sus compañeros que sufrían bajo un régimen opresivo. Por adversas que sean las circunstancias, mientras tengamos esperanzas, podremos seguir avanzando.”

 Fernando Facchin Barreto 
ffacchinb@gmail.com
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