La práctica totalitaria de someter a
debate instrumentos que violan derechos humanos es nula por inmoral, ilegítima
y absurda.
Luego del fraude del 7-10 y sus daños
colaterales, el régimen considera oportuno proponer un supuesto “Proceso
Constituyente para el Segundo Plan Socialista 2013-2019 (corolario de la
constituyente inconstitucional e ilegítima de 1999), que retoma mucho de lo
rechazado por los venezolanos en el 2007.
En la “democracia participativa y
protagónica” la permanencia del poder único por siempre, el control total y el
sometimiento de la gente se consolida dando carácter constitucional a los
instrumentos propios del comunismo totalitario que dan apariencia de legalidad
al irrespeto de la dignidad de la persona humana, los cuales son sometidos a la
ratificación, por sus víctimas, en las farsas-trampas electorales o en
“debates” que no son para debatir sino para adoctrinar e imponer el pensamiento
único con apariencia de consulta.
Así, sistemáticamente se coloca a la
gente en la posición degradante de escoger entre la opresión-pensamiento
único-control o la libertad, la injusticia o la justicia, la discriminación o
la igualdad en dignidad y derechos, la dependencia o la independencia, la
propiedad social o la propiedad privada, el adoctrinamiento comunista en los
colegios que asegure la lealtad de los estudiantes a la jefatura para que sean
capaces hasta de denunciar a sus padres o la educación libre y de calidad, que
la célula fundamental de la sociedad sea la comuna o la familia como fuente de
amor y educación en valores, el espionaje o la vida privada, en fin, si quiere
socialismo castrocomunista o democracia, lo cual niega el carácter
irrenunciable, imprescriptible e innegociable de los derechos humanos.
El comportamiento irracional de quienes
lo aceptan evidencia que 14 años de totalitarismo comunista han bastado para
convencerlos de que está bien votar Pactos Sociales (2007), y debatir
legislaciones y planes de gobierno inmorales, es decir, participar
protagónicamente en la práctica totalitaria de usar la Ley, las “elecciones” y
ahora los “debates” para “legalizar” lo que no se puede legalizar: la violación
de la dignidad de la persona humana desde las instituciones del Estado-partido.
Los derechos humanos tienen como base
la dignidad de la persona humana (creada por Dios libre e igual, a su imagen y
semejanza), son inherentes al ser humano por el sólo hecho de ser persona, son
irrenunciables, imprescriptibles e innegociables, en consecuencia, los
instrumentos que los conculcan se rechazan de plano, no se debaten, ni se
someten a votación porque la pérdida de la votación o la no inclusión de las
sugerencias hechas en el debate por los demócratas significaría la pérdida de
sus derechos humanos y eso es nulo por inmoral, ilegítimo y absurdo.
Para que el respeto de los derechos
humanos deje de ser mera ilusión, es necesario proscribir en el mundo los
sistemas políticos que en la práctica son totalitarios, como el socialismo
marxista, a fin de que, como expresa la Declaración Universal de los Derechos
Humanos: “el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión
contra la tiranía y la opresión”.
elmon35@gmail.com
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