Más que una disertación etimológica, estas líneas escritas para lectores
versarán sobre la apertura o la xenofobia respecto de los nacionales de países
de Latinoamérica llegados legal o ilegalmente al Norte del continente americano
y que hoy se cuentan por millones.
Escribo desde el respeto obligado y la humildad requerida, considerando
que jamás he vivido en Estados Unidos y, por tanto, no tengo todos los
elementos para hacer juicios sólidos. Puedo sí plantear apreciaciones ojalá
desprovistas de prejuicios.
No creo que dé lo mismo estar en Estados Unidos legal o ilegalmente, si
bien los derechos humanos deben ser respetados cualquiera sea la condición
migratoria que una persona tenga en un momento dado. Pienso que no puede ser
igual un individuo que ha cumplido toda la normativa que otro que ha violado
leyes y reglamentos. Si comenzamos a establecer como aceptable cualquier
comportamiento, entonces uno de los valores más importantes de la civilización,
a saber, el Estado de Derecho, no será sino apenas y con penas el boceto
borrado de un concepto que luce bien cuando la oportunidad la pintan como
adorno de discurso.
LA MADRE PATRIA
En la Madre Patria, los individuos provenientes de los países de América
Latina son llamados "hispanos". Curiosa utilización de un vocablo que
refiere, por lógica, a los naturales de la Hispania. Curioso que hispanos
seamos los latinoamericanos y no los españoles. Bueno, al menos es mejor que el
deleznable y grosero "sudaca" que me cuentan se escucha por doquier
en el reino.
En Estados Unidos es relativamente reciente eso del término
"Hispanic" en reemplazo de "Latin". Si bien estoy
persuadida que "lenguaje moldea caminos" y "estructura modela
comportamiento", es una trampajaula suponer que se ha ganado algo con eso
de cambiar "latino" por "hispano".
La historia de la Humanidad está preñada de migraciones. Ellas ocurren
por un abanico de razones, que van desde el dejar una tierra en la que no es
posible desarrollar una buena existencia aunque se la ame con toda el alma,
hasta buscar nuevos horizontes en otro país por eso tan natural en los humanos
como es el ansia de conocer, de explorar, de sumar experiencias. No suelen los
segundos violar leyes algunas, a diferencia de los primeros quienes en muchos
casos se ven forzados a hacerlo a veces por razones tan básicas como la
supervivencia y lograr escapar de hambrunas o persecuciones.
CHILENOS HUYENDO
Cuando la dictadura de Pinochet, muchos chilenos tuvieron que huir de su
país para salvar la vida. Mayoritariamente arribaron a países que les
protegieron a pesar de carecer de válidos documentos de identificación o de
papeles que acreditaran sus estudios o currículo laboral.
Lejos de poner peros, muchos países abrieron sus puertas para recibir a
miles de chilenos que de no haber escapado de su país con pasaportes falsos hoy
estarían ejerciendo la profesión de difuntos.
CUBANOS PERSEGUIDOS
Los cubanos que a lo largo de la dictadura de Fidel Castro han escapado
de la isla enfrentando a un sistema que determina que irse es un delito
gravísimo (traición a la Patria) no lo han hecho por capricho o antojo, sino
porque el inmoral y salvaje tirano que hizo añicos su país, persiguió y
persigue la disidencia y convirtió a Cuba en una penitenciaria de máxima
seguridad donde millones viven tras las rejas del más decadente y barbárico
absolutismo.
ILEGAL
Muy distinto es cruzar fronteras ilegalmente para desarrollar
actividades vinculadas con crímenes y delitos como el narcotráfico, la trata de
seres humanos, el comercio de animales, la prostitución, el esclavismo, el
lavado o blanqueo de dinero, el tráfico de órganos humanos, la transa ilegal de
obras de arte y un muy largo y diverso etcétera.
Esos delincuentes son una plaga tanto en sus países de origen como en
aquellos donde se han ido para desarrollar sus fechorías. A esos hay que
perseguirlos, juzgarlos y castigarlos con todo el peso de la ley.
Sin embargo, la mayor parte de quienes emigran lo hacen por razones de
hambre o de necesidad de salvar la vida. Si, dicho así sin ambages ni adornos.
Hambre celular, hambre de seguridad, hambre de libertad. Necesidad de surgir
del foso donde los han sepultado los errores políticos, las marcadas
equivocaciones en términos económicos o la sequía de esperanzas de posibilidad
de un futuro mejor en su propio país. Por ello es asunto prioritario que cada
nación consiga estructurar esquemas y planes progresistas que hagan de su
espacio territorial ese lugar del que ningún allí nacido desee o necesite irse.
DESPRECIO Y ELEGANCIA
No puedo evitar sentir que el termino "Hispanic" comporta
cierto desprecio. Como si se quisiera calificar despectivamente a los oriundos
de las naciones de habla castellana desde el Río Grande (o Río Bravo) hasta el
confín de la Patagonia. La elegancia, la prestancia y la suavidad del termino
"Latin" es en cambio el reconocimiento de la lengua de la cual deriva
este magnífico idioma que hablamos. El Latín, hoy lengua muerta, fue el
vehículo de comunicación de buena parte de la población humana en tiempos de
civilizaciones que fueron base de lo que somos hoy. Y francamente, herederos de
una de las culturas más interesantes, los latinos sentimos honra en serlo.
Recientemente estuve de visita por Estados Unidos. No dudo que haya
muchos latinoamericanos que sean gente de baja ralea. Pero también existe
desgraciadamente el vicio de la generalización, el meter a todos en un mismo
saco y suponer que todos somos mayoritariamente escoria. ¡Habráse visto mayor
muestra de falta de inteligencia!
ESTADOS UNIDOS
En Estados Unidos ya los latinos se cuentan por millones. La mayoría de
ellos son gente trabajadora y decente. La mayoría no tiene alma de delincuente.
La mayoría cuenta con saberes y pensamientos nada despreciables y, de hecho,
con su esfuerzo han colaborado y colaboran con el desarrollo de la nación. De
allí que la importancia del proyecto "Dreamers"
("Soñadores"), que pone en situación especial a esos muchachos
latinos cuya situación migratoria no ha sido solucionada.
Harían bien en Estados Unidos en reconsiderar el uso de la palabra
"Hispanic". Ella hace que cualquier conversación comience mal.
En este año cuando la elección presidencial de ya muy pronto en ese país
copa la agenda ciudadana, tanto Obama como Romney deben mirar el asunto con los
ojos de la inteligencia y no a través de cristales empañados. Y preguntarse: en
un país de inmigrantes, ¿quién decide la elección?
Smorillobelloso@gmail.com
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