miércoles, 3 de octubre de 2012

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES ¿LOGRAREMOS NUESTRO SUEÑO?

Este domingo 7 de octubre tendremos la gran oportunidad de marcar huella en este país que solo espera del aporte de cada uno de nosotros para que nuestros sueños puedan hacerse realidad.
"Soñad y os quedaréis cortos". Esta es una de las frases que más me ha marcado en la vida y que siempre trato de poner en práctica cuando siento que las cosas se me hacen difíciles.  Algunos tildan de ingenuos a los soñadores, pero todos los soñadores que he conocido han logrado alcanzar metas superiores a las que se habían trazado en su vida, y han logrado marcar huella en la sociedad donde viven, así sea una huella mínima, pero huella al fin.
Como me encanta soñar, para poder continuar adelante mi vida en este país con tantos problemas, me senté hace días a escribir una pequeña lista sobre lo que sueño para mi patria amada.  Esa palabra amada la repito sin cesar porque mi amor por Venezuela es inmenso, y es inmenso porque en estos años que Dios me ha permitido vivir he conocido miles de venezolanos valiosos (de todos los sectores políticos, religiosos, sociales, académicos, profesionales, laborales, culturales, militares, etc.), quienes me dan la convicción ¡total! y ¡absoluta! que mis sueños sí se pueden convertir en realidad.
¿Qué sueño para mi país? En primer lugar sueño con un país pacífico, donde las armas solo las tengan los policías. Policías bien educados, bien formados y bien pagados. ¡Que provoque ser policía! ¡Que queramos que nuestros hijos sean policías y estemos tranquilos porque no nos los van a matar en la calle! Un país donde podamos dejar las puertas de nuestros hogares abiertas para poder compartir, a la hora que sea y con quien sea, un cafecito o una arepa; para hablar de nuestras alegrías, de nuestras angustias, de los proyectos o planes que tenemos para mejorar, trabajando unidos con la ayuda del Gobierno, los problemas que cada uno tiene en su comunidad.  Sueño con un sistema judicial intachable, donde se acabe con la "normal" corrupción de los tribunales y la escandalosa corrupción de las altas esferas.  Sueño que no haya presos políticos; con unas cárceles cómodas, limpias, dignas, donde solo los guardias tengan armas, donde se ayude a los presos a reivindicarse y salgan de allí convertidos en ciudadanos de bien.
Sueño con un país convertido en potencia turística porque no es por nada, pero ustedes me pueden decir ¿dónde existen mejores playas que las de Venezuela? Una potencia turística con excelente infraestructura y con venezolanos serviciales, amables, eficientes... Y de que es posible es posible porque si hay algo que hemos aprendido muchos venezolanos estos últimos años es a fajarnos duro, a trabajar sin descanso, a estar dispuestos a hacer lo que sea, con tal de ver mejor nuestro país.  Sueño que nuestros maravillosos recursos naturales sean usados para desarrollar la nación, para crear empresas con mucho empleo donde los empresarios apliquen la Doctrina Social de la Iglesia y no un capitalismo salvaje o un socialismo lleno de corrupción.  Sueño con un país donde tengamos vías de comunicación y medios de transporte que nos pongan a rodar en el siglo XXI; con servicios públicos eficientes que no nos dejen sin luz y sin agua a cada rato; con viviendas dignas para todos en lugares bien planificados donde podamos tener acceso a un buen empleo y a buenos centros educativos para nuestros niños y jóvenes.  Sueño con una educación de calidad accesible a todos y que enseñe valores humanos, familiares y ciudadanos.  Sueño con hospitales bien dotados y llenos de nuestros maravillosos médicos y enfermeras venezolanos, que estén tan bien protegidos y pagados que ni piensen en irse a una clínica privada.
¿Pero se puede hacer realidad tanto sueño? ¡Claro que sí! porque aquí lo que sobra son recursos humanos y materiales para lograrlo.  Aquí lo que sobra son jóvenes (en edad y en espíritu), talento de todo tipo.  Aquí lo que sobra es fortaleza, paciencia, experiencia... lo que sobran son ¡ganas! de trabajar sin importarnos exprimirnos hasta la última gota para poder construir un país donde no haya delincuencia, desempleo, violación de las leyes y/o derechos humanos, corrupción, ineficacia... Aquí lo que sobra son ¡Ganas y esperanza! para echar pa lante,  para construir una patria verdaderamente grande y con un futuro donde quepan todos nuestros queridos hermanos venezolanos ¡sin odio! y ¡con paz!
¿Y tú que sueñas para Venezuela?  Sueña y verás que te quedarás corto.  Pero eso sí, pon todo lo que esté a tu alcance para que lo que sueñes pueda convertirse en realidad.  Si juntamos nuestros sueños, y los ponemos en práctica (cada uno en lo en que le toca hacer), nos quedaremos cortos ante la maravilla de país que juntos podremos construir, y viviremos al fin como hermanos en una nación con progreso, justicia y paz para todos.
Este domingo 7 de octubre tendremos la gran oportunidad de marcar huella en este país que solo espera del aporte de cada uno de nosotros para que nuestros sueños puedan hacerse realidad.
mariadenissecapriles@gmail.com

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