Esta expresión popular que se utiliza para demostrar cuál es el
verdadero líder, la vamos a poner a prueba en Venezuela el 16 de diciembre
próximo. Ahora vamos a saber cuáles son los reales dirigentes regionales que
tiene el país. Será un nuevo desafío, una nueva contienda, para saber cuál es
el gallo que realmente es gallo. Lo que nos queda decir es: “pica mi gallo”,
porque mientras el gallo esté picando, está ganando.
Después del domingo aquel que nos ganaron, realmente sentimos el dolor
de haber perdido, pero igualmente recibimos en nosotros la suerte de estar
vivos. No es una expresión para consolarnos, sino que los números nos indican
lo siguiente: La oposición en las presidenciales de 2006, sacó 4.292.466 votos
(36,9%) y ahora en las presidenciales del domingo, sacó 6.468.450 votos, lo que
significa que en este período presidencial que concluye de Chávez, la oposición
creció en un 51 por ciento. Entretanto, los números para Chávez no son los
mismos. En el 2006 sacó 7.309.080 votos (62,84%) y ahora sacó 8.062.056 votos
(55,14%), logrando un crecimiento de apenas el 11 por ciento. Entonces el gallo
no es como lo pintan.
Pero volviendo a lo nuestro, a las elecciones regionales, tanto para
gobernadores de estado como para diputados a los consejos legislativos, la
situación es aún peor para el oficialismo. Todos los gobernadores del chavismo
están mal en las encuestas. En Trujillo, por ejemplo, donde Chávez ganó bien,
los resultados logrados por la oposición ahora, superan a los niveles de
aceptación que tiene el gobernador de esa entidad. En Zulia, Táchira y Lara,
los gobernadores de la oposición superan en más de 15 puntos a los candidatos
del oficialismo. Y en los estados donde el oficialismo estima que los
candidatos de su lugar no tienen ninguna oportunidad, acordó llevar aspirantes
de otra parte, para ponerlos como candidatos.
Para los galleros, el buen gallo no es el que gana una pelea, sino el
que gana varias. De allí sale en el refranero popular: “gallo que no repite, no
es gallo”. Esta expresión no sólo es válida para los candidatos, tanto a
gobernadores como a diputados, sino también para las propias maquinarias
políticas. Una buena maquinaria debe ser considerada como un buen gallo, porque
las maquinarias políticas no son de hierro, son de carne y hueso, tienen
espíritu de lucha y en ellas están concentrados los mejores dirigentes que
integran la base de las organizaciones políticas. Este artículo que escribo
hoy, lo hago motivado por la maquinaria política.
Dos días después de las elecciones de aquel domingo, fui invitado para
la reunión de una maquinaria política en una parroquia de Maracaibo. Decidí ir
y pensé en darles un mensaje de aliento. Yo conocía el lugar, pero nunca había
asistido tanta gente como esa noche. Los escuché, guarde silencio y pensé: “No
se ha perdido la pelea, el gallo está picando y mientras pica, está ganando”. A
todos los que lucharon por llevar y cuidar los votos (la maquinaria) quiero
decirles que el país democrático se siente orgulloso de ustedes y que
recuerden: “Gallo que no repite, no es gallo”.
leninvalero1@hotmail.com
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