sábado, 20 de octubre de 2012

EDDIE A. RAMIREZ S., SANCIONES A BUENOS CIUDADANOS,

Muchos venezolanos pensaban que los trabajadores petroleros estábamos cómodos en nuestra burbuja y no nos preocupábamos por lo que sucedía en el país, ni nos importaban los principios y valores. 

Se equivocaron quienes así juzgaban. El 4 de  abril del 2002 iniciamos un paro para protestar por el intento de politizar a Pdvsa para ponerla al servicio del régimen. 

En esa oportunidad logramos nuestro cometido y el teniente coronel se vio obligado a destituir a los Directores que había designado violando la meritocracia.   

El 2 de diciembre de ese mismo año, todos los partidos políticos, la Confederación de Trabajadores de Venezuela y Fedecámaras convocaron a un paro cívico para exigir  un referendo consultivo, adelanto de las elecciones, apoyo a la Mesa de Negociación y Acuerdos y constitución de una Comisión de la Verdad para investigar la  masacre del 11 de abril. 

Como buenos ciudadanos nos sumamos a esa convocatoria. Inicialmente el paro fue administrativo, pero Alí Rodríguez, entonces presidente de Pdvsa, militarizó las instalaciones, llamó a los grupos violentos del oficialismo a que se apostaran a las puertas de la empresa, asumió plenos poderes y destituyó a los gerentes de las áreas operativas que estaban trabajando en aplicación del Plan de Contingencia, lo cual precipitó la crisis y gradualmente se paralizaron parte de las operaciones. La Organización Internacional del Trabajo asimiló esta acción a una huelga general y solicitó reenganche de los despedidos. 

Cabe recordar que Chávez declaró a Eleazar Díaz Rangel que necesitaba “tomar esa Colina que era Pdvsa”,  porque  no podía aceptar  el no poder nombrar o destituir a ningún gerente. También en la Asamblea Nacional afirmó  que “la crisis era necesaria, yo provoqué la crisis”. 

Evidentemente su revolución requería inicialmente de las armas y del dinero, es decir controlar la Fuerza Armada y apoderarse de Pdvsa. Después vendrá la educación, las clínicas, los seguros y la banca. 

Diez años después de ese paro, el Auditor Fiscal de Pdvsa, designado ilegalmente a dedo, está aplicando multas y exigiendo reparos por sumas millonarias. 

Los investigados desde el 2006 somos 185 y a la fecha han sido sancionados once, entre ellos un médico y un periodista,  y solo han exonerado a uno que tengo entendido  trabaja en Pdvsa.   

Esta sanción es por motivos políticos, ya que las instalaciones fueron entregadas en perfecto estado, algunas mediante actas formales cuando lo permitieron, lo cual facilitó que en poco tiempo se reactivaran las actividades. Las  aplicación de multas y exigencia de reparos las realizan  después de las elecciones como muestra del “diálogo” ofrecido y que algunos incautos creen. 

Es importante destacar que entre los casi 23.000 trabajadores despedidos, e incluso entre quienes están investigados, había algunos de reposo médico, permiso pre o posnatal, de vacaciones, otros  que se quedaron trabajando y muchos  a los que no se les permitió el ingreso a las instalaciones porque el régimen quería “tomar la colina” ,y uno que otro jubilado. Es paradójico que nos esté demandando la empresa que nos despidió ilegalmente y confiscó prestaciones, haberes en el Fondo de Ahorros y Fondo de Jubilación. 
 
Sea propicio mencionar que el elevado monto de los reparos fue por la gasolina que tuvo que importar Pdvsa durante el paro. 

Cabe preguntar a la Auditoría Fiscal de Pdvsa, a la Contraloría General y a la Asamblea Nacional si investigaron el monto reseñado por Pdvsa, en su informe del 2011, de  39.781 millones de dólares por la compra de petróleo y de productos refinados. 

También por los cien mil millones al año que dejó de percibir por no cumplir la meta de producir seis millones de barriles diarios. Igualmente por el elevado costo en vidas humanas y en plantas dañadas por los frecuentes incendios y accidentes en las refinerías y otras instalaciones.  

Así mismo, por los casos de corrupción del maletín con más de 800.000 dólares  para la campaña electoral en Argentina, la estafa en el Fondo de Jubilación de los trabajadores y el caso de la plataforma Aban Pearl.  
Los petroleros cumplimos como buenos ciudadanos. 

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!¡Seguimos presentes y comprometidos!


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