sábado, 8 de septiembre de 2012

MILOS ALCALAY, LA GUERRA Y LA PAZ EN COLOMBIA, BRUJULA DIPLOMATICA, CASO COLOMBIA,

Durante medio siglo hemos vivido con angustia, esperanza y preocupación los múltiples esfuerzos realizados por Presidentes Colombianos con dirigentes de las FARC para poner fin a un conflicto sangriento debatiéndose entre la Guerra y la Paz sin obtener resultados.
En los últimos seis lustros, las gestiones de Belisario Betancur, Virgilio Barco, Ernesto Samper, Cesar Gaviria, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, han presentado propuestas en las que se contó con la participación infructuosa de facilitadores de diversos países.
Nuestros vecinos Colombianos sufren una confrontación dolorosa que nos recuerda  la inmortal obra de Leon Tolstoi “La Guerra y la Paz” que narrar 50 anos de viscicitudes vividas en Rusia desde la Guerra Napoleónica hasta la segunda mitad del Siglo XIX.
Esta semana, el Presidente Santos y Timoshenko anunciaron un nuevo intento de negociaciones entre las autoridades de Colombia y las FARC destinado a solucionar el largo enfrentamiento. Esta vez  han invitado a participar en los encuentros fijados en Oslo en la primera quincena de Octubre a Cuba y Noruega; al igual que a Venezuela y Chile. Considero que seria grave que esta reunión se fije antes del 7 de Octubre, porque significaría una inadecuada ingerencia con el fin de influir en las próximas elecciones
Los venezolanos vemos con esperanza este nuevo desafio –al igual que vimos los mecanismos anteriores que lamentablemente fracasaron- no solo como respuesta humanitaria para que nuestro vecino solucione al drama que sufre, sino también nosotros encontremos un fin a las graves penurias que hemos soportado en nuestro territorio. La presencia en Venezuela de miembros de las FARC; el desequilibrio generado por las narco guerrillas convirtiendo a Venezuela en un país trampolín del trafico de drogas; los secuestros que fuerzas irregulares ejecutan en nuestro país; el “boleteo” contra los ganadores y agricultores especialmente en las fronteras; la complicidad de altos funcionarios civiles y militares en el trafico de armas, precursores, y  drogas; los miles de refugiados, son algunos de los interminables problemas que vivimos diariamente, y que se solucionarían si Colombia lograra tener un exitoso proceso de Paz .
No se trata solo de un problema político o militar. Constituye una dimensión económica  producida por los recursos del narcotráfico junto a acciones delictivas en las que el crimen organizado campea con facilidad mientras que ideologías extremistas pretenden “legitimar” acciones revolucionarias en diferentes foros mundiales, algunos de ellos realizados en Caracas. El Gobierno Venezolano debe aprender de los errores del pasado y ser muy cauteloso para no volver a involucrarse en el debate interno como cuando definió a las FARC como “fuerza beligerante”; cuando se extralimito en sus funciones como “facilitador”, o cuando rompió relaciones diplomáticas con el vecino país. Solo con una posición de Estado, podríamos ayudar todos a generar la Paz y poner fin a la Guerra.
milosalcalay@yahoo.com

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