Hay encuestadores que hablan de cómo la
"franja de los indecisos" se estaría moviendo hacia el
"flaco"
Faltan ya menos de dos semanas y el ambiente
habla por sí mismo. Es como si, de pronto, la emoción se hubiera apoderado de la
mayor parte del país. Así, de la nada, la gente se grita en la calle ante
cualquier eventualidad: "hay un camino", a manera de exorcismo de los
problemas cotidianos que vivimos día a día. Sí, antes hemos tenido consultas
populares, bien sea por elecciones o por referéndum pero esto que se está
sintiendo en el país es inédito en estos catorce años.
La "tenebra" (como decía un autor
de telenovela) no ha servido de nada. Las tramoyas, inventos, compra de
conciencias, se les han "volteado" a sus autores. Quedan unos cuantos
días por delante en la campaña y, por supuesto, hay que esperar otros
capítulos. Pero, ¿serán realmente efectivos? A estas alturas ya no hay
indecisión. Quien votará rojo rojito así lo hará, los que quieren el cambio ya
tienen su opción y aquellos que optaron por abstenerse actuarán en
consecuencia. Por eso, cualquier intento de "torcer" lo que ya es una
posición asumida es muy difícil que resulte.
El "remate" de campaña está
luciendo muy disparejo. Mientras Capriles le está dando su última vuelta al
país en actos multitudinarios, el líder de la Revolución aparece en gestiones
de gobierno, o en sesiones "bajo techo" o, cuando mucho, en la
carroza, escaseando la tarimas y los discursos largos porque como se ha puesto
de moda en el léxico de los líderes de la tolda roja "esto es lo que
hay" o, mejor dicho, lo que ya "no hay": fervor popular.
Una campaña limpia, sin insultos, con
propuestas, pero al mismo tiempo con un candidato que luce humilde, cercano y
con un lenguaje que le habla a la gente de sus problemas del día a día han
podido más que las agresiones, las burlas, los remedos y esa retórica
ideológica que de tanto repetirse ya lo que genera es rechazo. La gente está
harta del odio y esa es la única oferta creíble de este gobierno: más separación
y controversia entre los venezolanos.
Por eso estamos "curados de
espanto" y cuando alguien nos habla de futuro, de progreso, de "echar
para adelante" funciona aquello del autobús, porque ¿quién no quiere estar
mejor? "Entren que caben cien", como dice aquel tema que tanto se
bailó.
Hay como una suerte de alegría contenida,
unas ganas de que llegue el 7 de octubre que ya es evidente hasta el punto que
encuestadores que "daban por seguro" el triunfo del comandante, ya
comienzan a hablar de cómo la "franja de los indecisos" se estaría moviendo
dando como un escenario que el "flaco" pueda remontar la diferencia.
Es un "secreto a voces", Capriles
puede ganar. Ahora, hay un detalle: el asunto no es sólo "quién saque más
votos", sino cuidarlos y defenderlos en las mesas. Allí es donde se ganan
y se pierden los comicios.
mariaisabelparraga@gmail.com
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