miércoles, 5 de septiembre de 2012

ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ, PAREMOS ESTA FUNCION, CON VOZ PROPIA,

         A un siglo de la gran hambruna sedienta que causó muerte a miles de paragûaneros, se produjo en la Península la explosión de la Refinería de Amuay, el mayor de los 305 accidentes ocurridos desde la intervención rebolucionaria de Petróleos de Venezuela (PDVSA). En daños humanos cifras oficiales suman 49 a las 77  vidas perdidas del 2003 al 2012, y 86 a los 267 heridos registrados en ese septenio. Según investigación de la agencia internacional de noticias AFP, es el más grave sucedido mundialmente en 25 años.

Un indiscutible crimen consecuencia de la crisis que el mismo comandante confesó haber provocado. La inició con procacidad en su  Programa  Alo Presidente. Sonando un pito anunció el despido de gerentes de Pdvsa y continuó el sarcasmo con el de otros bien entrenados 22 mil trabajadores, sin reconocimiento de sus derechos.

Cómo olvidar bestiales atropellos del Destacamento 44 de la Guardia Nacional -cuya sede derribó la explosión y desgraciadamente 18 efectivos resultaron muertos-, cuando desalojaba a familias petroleras de sus residencias. Aprovechaban la madrugada para arremeter con lacrimógenas, perdigones, perros de ataque y granadas sonoras contra enfermos, ancianos, madres con niños en brazos.

"No podemos pecar de debilidad, de que ¡pobrecitos!, de que ¡tienen Familia, pero mucho más que la familia está la patria!”. Así estimulaba los vejámenes el ahora presidente saliente (PS) en reunión con sus compañeros “socialistas revolucionarios”.

         Para el ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa, “una nube de gas acumulada tras la fuga produjo el siniestro”, en concordancia con trabajadores de la empresa que llevaban semanas denunciando. No obstante, en su tardía aparición el PS proclamó que “es imposible que haya existido fuga de gas”.

Informe del 2011 de PDVSA revelaba la previsión de ejecutar nueve mantenimientos, pero alegando falta de materiales sólo se realizaron dos.

Cuarenta y tres “eventos” en lo transcurrido del año figuran en la cronología PDVSA, publicada por El Universal el pasado mes de agosto. De esos hechos, seis corresponden a la siniestrada Refinería de Amuay.

         A esa tragedia advertida por expertos de PDVSA en 2005 y continuamente por el sindicato, se agrega  la violencia, ahora reinante en cárceles; la acción de naturaleza con desborde de ríos y falta de mantenimiento, inicialmente declarado en deterioro de carreteras y derrumbe de puentes.

El actual desastre es consecuencia del “Rescate de la refinería”  que en perverso discurso anunció arrogante el inamovible ministro Rafael Ramírez, quien debe responder penalmente por eso. En su lenguaje robolucionario se jactó de presentar una ¡PDVSA más que nunca roja rojita!

          Las denuncias que la pitiyanqui (de nacimiento)  vocera del régimen calificó de saboteo y l PS de una función que debe continuar, en verdad constituyen riesgo que debemos frenar.

          NOTA AL MARGEN: Que el ex Gobernador de Anzoategui, David de Lima “haya sido un preso de Chávez” y este enjuiciado por corrupción se ponga al servicio del régimen, no extraña. Otros  adelantados se pusieron a tono con altos funcionarios. 

albertojordanhernandez@yahoo.es

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