A un siglo de la gran hambruna sedienta que causó muerte a miles de paragûaneros,
se produjo en la Península la explosión de la Refinería de Amuay, el mayor de
los 305 accidentes ocurridos desde la intervención rebolucionaria de Petróleos
de Venezuela (PDVSA). En daños humanos cifras oficiales suman 49 a las 77 vidas perdidas del 2003 al 2012, y 86 a los 267
heridos registrados en ese septenio. Según investigación de la agencia
internacional de noticias AFP, es el más grave sucedido mundialmente en 25 años.
Un indiscutible crimen
consecuencia de la crisis que el mismo comandante confesó haber provocado. La inició
con procacidad en su Programa Alo
Presidente. Sonando un pito anunció el despido de gerentes de Pdvsa y continuó
el sarcasmo con el de otros bien entrenados 22 mil trabajadores, sin
reconocimiento de sus derechos.
Cómo olvidar bestiales atropellos
del Destacamento 44 de la Guardia Nacional -cuya sede derribó la explosión y
desgraciadamente 18 efectivos resultaron muertos-, cuando desalojaba a familias
petroleras de sus residencias. Aprovechaban la madrugada para arremeter con lacrimógenas,
perdigones, perros de ataque y granadas sonoras contra enfermos, ancianos, madres
con niños en brazos.
"No
podemos pecar de debilidad, de que ¡pobrecitos!, de que ¡tienen Familia, pero mucho más que
la familia está la patria!”. Así estimulaba los vejámenes el ahora presidente
saliente (PS) en reunión con sus compañeros “socialistas revolucionarios”.
Para el
ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa, “una nube de gas
acumulada tras la fuga produjo el siniestro”, en
concordancia con trabajadores de la empresa que llevaban semanas denunciando. No
obstante, en su tardía aparición el PS proclamó
que “es imposible que haya existido fuga de gas”.
Informe del 2011 de PDVSA
revelaba la previsión de ejecutar nueve mantenimientos, pero alegando falta de
materiales sólo se realizaron dos.
Cuarenta y tres “eventos” en lo
transcurrido del año figuran en la cronología PDVSA, publicada por El Universal
el pasado mes de agosto. De esos hechos, seis corresponden a la siniestrada
Refinería de Amuay.
A esa tragedia
advertida por expertos de PDVSA en 2005 y continuamente por el sindicato, se
agrega la violencia, ahora reinante en
cárceles; la acción de naturaleza con desborde de ríos y falta de
mantenimiento, inicialmente declarado en deterioro de carreteras y derrumbe de
puentes.
El actual desastre es consecuencia
del “Rescate de la refinería” que en perverso
discurso anunció arrogante el inamovible ministro Rafael Ramírez, quien debe responder penalmente por eso. En su
lenguaje robolucionario se jactó de presentar una ¡PDVSA más que nunca roja rojita!
Las denuncias que la pitiyanqui (de
nacimiento) vocera del régimen calificó
de saboteo y l PS de una función que debe
continuar, en verdad constituyen riesgo que debemos frenar.
NOTA AL MARGEN: Que el ex Gobernador de Anzoategui,
David de Lima “haya sido un preso de Chávez” y este enjuiciado por corrupción
se ponga al servicio del régimen, no extraña. Otros adelantados se pusieron a tono con altos
funcionarios.
albertojordanhernandez@yahoo.es
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