miércoles, 15 de agosto de 2012

MARÍA MAS HERRERA, ¿MERCOSUR ENDÓGENO?

Venezuela se estrena en Mercosur. Como todo lo que acontece en estos tiempos, el advenimiento se anega de conflictos y distancias. Su génesis está enterrada en la arena de la política conflictiva, bipolar y electoral que nos caracteriza.
El gobierno lo muestra como un logro de política internacional sureña; una integración añorada por años. Del otro lado, se aduce unas condiciones políticas y económicas deplorables para competir internacionalmente. Los síntomas de nuestra economía desde la tarima oposicionista son: desequilibrio de la balanza de pagos, comercial y capital; mercado interno deprimido, inflación, falta de inversión, mano de obra sindicalizada y poco calificada, incapacidad crediticia, etc.
Todo sin contar los factores exógenos: dependencia externa tecnológica, escasez de factores productivos, desconfianza y falta de incentivos para la inversión por las expropiaciones, carencia de soporte jurídico, alto grado de conflictividad social, falta de competencia laboral, etc. Un dinamismo económico inestable, nacional e internacionalmente. Visto así, Mercosur es un trágico popurrí de desventajas.
Cualquier mercado tiene un ritmo que depende de la acción de los actores, los procesos que impone la gente en la relación oferta y demanda, más allá de los precios, la cantidades intercambiadas, las ganancias. Un mercado es siempre una negociación entre humanos. La palabra mercado es social; hay organizaciones, intereses, capacidades y recursos. Venezuela entró al juego del Sur siendo totalmente "petrolera". Estamos perdidos si sólo hay que extraer y vender. Eso no mejora nuestra economía, incluso nos perjudica. Hay que abolir el petróleo de la ecuación del mercado del Sur.
Si se promueve el desarrollo endógeno en Mercosur hay que generar una organización empresarial interna cooperativa y competitiva, donde el gobierno sea un jugador más, que impulse las organizaciones económicas de base y éstas, a su vez, cooperen con las medianas empresas y la industria intermedia. Asimismo, este correaje comercial-financiero debe ir en sintonía con la gran empresa exportadora, fuerte para exportar, diversificar la producción y crear tecnología propia. Si cada empresita asiste al mercado internacional de forma unitaria, pronto estarán todas liquidadas. Hay que unirse. Cooperar internamente para competir externamente. Esa es la estrategia endógena para enfrentar Mercosur.
Mercosur es una oportunidad si hay cooperación, participación, planificación y decisión conjunta de los actores, económicos y extraeconómicos. Sería un gran logro si se alcanzan acuerdos económicos internos para que las comunidades más carentes participen de este mercado. Hay que considerar el esfuerzo político del gobierno y la oposición para ganar las elecciones. Lo mismo hay que hacer en economía. Unirse para el éxito. Hagámoslo, ¡somos capaces!
Profesora.
Web. www.mariajosefinamas.com
Twitter: @mariamasherrera

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