El Presidente, candidato del Gobierno para las elecciones,
quiere conquistar el corazón de una parte de la clase media como lo hizo en
1998
El "cincosoleado" (ascendido sin acto, decreto,
Asamblea Nacional y sin que nadie le colocara las charreteras), comandante
presidente, candidato del Gobierno para las elecciones del 7-O, tiene una gran
aspiración electoral. Quiere conquistar el corazón de una parte de la clase
media como lo hizo en 1998. Cuántos están arrepentidos por tamaña equivocación.
La gran diferencia es que hoy la clase media, la que sobrevive en cualquiera de
sus denominaciones, alta, media-media o baja, le tiene una mala noticia al jefe
supremo: por ese lado no van los tiros.
Es un esfuerzo inútil porque usted ha insultado a ese sector
de la población y los ha llamado pitiyanquis, oligarcas, burgueses y traidores
de la patria. Ya no sucumben a sus encantos por una simple razón: es el sector
que usted más ha maltratado. Es la parte de los venezolanos que
mayoritariamente ha sufrido las consecuencias de la corrupción y la
ineficiencia del PSUV en el poder.
Casi un millón de venezolanos de clase media ha emigrado por
su culpa al exterior, es a la que golpea la verdadera inflación de estos años,
lejos por cierto de la que nos anuncian desde el BCV.
Es la que lucha por mantener a sus hijos en la educación
privada porque la pública es deficiente.
Esa clase media se indigna cuando les advierte vestido con su
uniforme militar que sin usted no habrá paz en Venezuela.
Ese segmento de venezolanos suda la gota gorda por mantener
un nivel de vida decente y próspero para sus familias. Sus mujeres se impregnan
de valentía cada vez que las amenaza o las hace sentir que este ya no es su
país. Han aprendido a sacar a sus familias hacia adelante con honor y respeto.
En esa clase media están los médicos, abofeteados con su
programa excluyente; los funcionarios públicos obligados a uniformarse de rojo
rojito; los pequeños y medianos comerciantes arrinconados y endeudados, a los
que les arrebató sus locales en el Sambil de La Candelaria por un capricho
suyo.
En esa clase media están los taxistas, camioneros y
autobuseros: pregúnteles si le agradecen por el mal estado de las carreteras y
el azote del hampa, el costo de los repuestos, la dificultad para sustituir sus
destartalados autobuses.
Los oficiales de la FAN que, por su formación e ingresos,
pertenecen a la clase media. Sorprendidos, la mayoría, de cómo se les cambió su
vocación de servicio a la patria por el culto a la personalidad para poder
ascender, desarrollar sus carreras o simplemente tratar de honrar el código de
honor del cadete, que poco tiene que ver con lo que hoy pasa en los cuarteles.
Esfuerzo perdido comandante, la clase media no es su target.
Si quizás hubiese sido consecuente con ella, con la clase
económica de sus padres, en la que usted y su familia creció, hubiese recordado
que esa parte de la sociedad no es rica y tiene como centro de su existencia la
búsqueda de respeto, seguridad y paz.
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